(CNN) – El martes, el presidente Donald Trump puso fin de manera abrupta a una entrevista con Lesley Stahl de “60 Minutes” y se negó a regresar para una segunda entrevista junto al vicepresidente Mike Pence.
¿Por qué? Kaitlan Collins y Khalil Abdallah de CNN lo explican: “Trump se retiró de la entrevista porque estaba frustrado con la línea de preguntas de Stahl, dijo una fuente. Otra persona dijo que la mayor parte de la entrevista se centró en el coronavirus”.
Lo cual tiene mucho sentido dado lo que sabemos sobre el presidente.
Este es un presidente que, a lo largo de su vida, ha vivido en una burbuja creada por él mismo. Mantiene un círculo íntimo muy estrecho, que puebla, principalmente, con miembros de la familia y hombres y mujeres de los que dicen “sí”. Cualquiera que se desvíen del relato que prefiere —que es siempre “usted es genial, señor presidente”— es expulsado de su círculo íntimo o despedido.
(Nota: Ivanka Trump dijo el lunes que su padre “en realidad quiere saber de personas que están en total desacuerdo con él”. Lo cual es una broma muy divertida. Excepto que creo que hablaba en serio).
Esta burbuja se extiende, por lo general, a las entrevistas en medios de comunicación que decide conceder. El martes por la mañana, Trump llamó a “Fox & Friends”, el programa matutino de la red de cable conservadora que funciona efectivamente como un escuadrón de animadores del presidente y todas sus políticas. El miércoles por la noche, aparecerá en un foro de una hora presentado por Eric Bolling de Sinclair Broadcast Group, otro canal de televisión conservador.
Según el corresponsal de CBS News en la Casa Blanca, Mark Knoller, Trump ha concedido 10 veces más entrevistas a Fox que a cualquier otro medio desde que asumió la presidencia. Aquí está el recuento de Knoller:
Fox News (todas las plataformas): 115
Wall Street Journal: 10
NBC / CNBC: 9
Washington Post: 8
Reuters: 8
New York Times: 8
ABC: 7
CBS: 7 (incluyendo la entrevista de “60 Minutes” del martes)
Associated Press: 2
CNN: 0
A medida que las elecciones de 2020 se acercan —y las encuestan sugieren, una tras otra, que Trump está en desventaja contra el exvicepresidente Joe Biden—, el presidente se ha retirado más y más hacia los cómodos confines de los medios conservadores, donde todavía se lo presenta como un ganador que lucha por Estados Unidos y los demócratas y los medios son fuerzas profundamente corruptas que encubren diversas actividades ilegales. O algo así.
Sin embargo, ocasionalmente Trump se ve obligado a salir de esa burbuja con la esperanza de llegar a votantes fuera de su base incondicional. Y ahí es cuando surge el problema. Porque los periodistas reales fuera de la burbuja de autoafirmación de Trump hacen preguntas reales y difíciles. Preguntas sobre su mal manejo del coronavirus. Preguntas sobre sus problemas para decir la verdad. Preguntas sobre sus cuestionables hábitos en Twitter.
La semana pasada, Trump participó en un foro en horario central con Savannah Guthrie de NBC. Y, como era de esperar, no salió bien para Trump. Sobre todo porque Guthrie se negó a dejarlo decir cosas que no eran ciertas o dilatar su discurso cuando no quería responder una pregunta. Trump fue noticia –no del tipo bueno de noticias– por su negativa a desautorizar a QAnon, una teoría de la conspiración en Internet que el FBI etiquetó como una potencial amenaza terrorista nacional. Y también por sus divagantes pero reveladoras respuestas sobre sus declaraciones de impuestos.
Trump, con su burbuja pinchada, respondió como lo hace siempre: con ataques personales.
“Todo el mundo pensó que fue tan inapropiado”, dijo Trump sobre Guthrie en una parada de campaña el día después del foro. “Savannah… era su cara, la ira, la locura”, dijo. También sugirió que Guthrie había “desaparecido” después del foro. “Nadie puede encontrarla. No es tan popular en este momento”, dijo. Guthrie, vale la pena señalar, estaba presentando el programa “Today”, como siempre lo hace, la mañana en que Trump afirmó que había “desaparecido”.
Lo que me lleva a la retirada de ’60 Minutes’ de Trump.
Trump, siendo Trump, inmediatamente buscó darle un giro al hecho a su favor. Tuiteó un fragmento de video de Stahl sin mascarilla como evidencia de la supuesta hipocresía en los medios. Una persona familiarizada con la situación le dijo a CNN que el video tuiteado por Trump se grabó inmediatamente después de que Trump finalizara la entrevista.
Como señalaron Collins y Abdallah: “Stahl aún no había regresado a buscar sus pertenencias personales para volver a ponerse la mascarilla. Llevaba puesta una mascarilla desde el momento en que entró en la Casa Blanca y justo antes de que comenzara la entrevista”.
Trump también amenazó, a través de Twitter, que “en aras de la precisión en los informes, estoy considerando publicar mi entrevista con Lesley Stahl de 60 Minutes, ANTES DE LA HORA DE TRANSMISIÓN! Esto se hará para que todos puedan vislumbrar de qué se trata una entrevista FALSA y SESGADA”.
¡Lo que podría hacer! Pero es casi seguro que la entrevista no mostrará ningún tipo de sesgo. Más bien, mostrará a Stahl haciendo preguntas difíciles (¡y justas!) sobre el manejo de Trump del covid-19, que ha enfermado a más de 8 millones de estadounidenses y ha matado a más de 221.000.
Debido a que Trump rara vez se ve obligado a salir de su burbuja de fantasía, no puede soportar la presión cuando reporteros reales le hacen preguntas reales. Así que tomó su pelota y se fue a casa.