(CNN Español) – La cantidad de nuevos casos diarios de covid-19 alcanzó un nuevo máximo esta semana en Uruguay, pero la situación sigue siendo privilegiada en comparación a otros países. Uruguay atraviesa su séptimo mes de pandemia con casi todas las actividades en marcha. El talón de Aquiles, ahora mismo, parece ser la zona fronteriza con Brasil. Estas son algunas claves de cómo convive Uruguay con el coronavirus en medio de marchas, elecciones, bares y escuelas abiertas, y con una temporada de verano que cada vez está más cerca.
El último viernes de septiembre, decenas de miles de personas salieron a las calles de Montevideo, muchas de ellas sin mascarillas, para participar de la Marcha por la Diversidad.
Dos días después, más de dos millones de personas votaron en persona en las elecciones departamentales. Ese total incluyó, según el ministro de Salud, al menos 6.000 personas que llegaron a votar desde el exterior. Esa misma noche, salieron a las calles personas de todos los departamentos del país a festejar la victoria de cada uno de sus candidatos. Muchos sin tapabocas.
Una semana más tarde, decenas de sitios de valor histórico y cultural abrieron sus puertas a miles de personas para celebrar el tradicional Día del Patrimonio.
Mientras tanto, cada fin de semana la ciudad fronteriza de Rivera recibe a cientos de brasileños que llegan desde el interior del país en decenas de buses a realizar compras al por mayor en las tiendas libres de impuestos, para revender luego en su país según reportan medios locales. Brasil es el tercer país con más casos del mundo.
Los bares están abiertos. Con aforo limitado, los teatros y los cines están abiertos. Los uruguayos ya empiezan a disfrutar del buen tiempo de la primavera austral y copan los espacios públicos.
“Si zafamos es porque zafamos nomás”
Los días siguientes a la marcha y las elecciones, Uruguay contuvo la respiración. La marcha, sobre todo, fue objeto de críticas desde el gobierno. En declaraciones a medios locales, el presidente Luis Lacalle Pou la calificó como una “irresponsabilidad” Y auguró: “Si zafamos es porque zafamos nomás”.
El Colectivo Ovejas Negras, que formó parte de la marcha, declaró a través de un comunicado que la organización del evento exhortó a mantener las medidas de distanciamiento y el uso de mascarillas, repartió barbijos durante la marcha, cambió el recorrido y eliminó el tradicional espectáculo de cierre para evitar concentraciones. Además, cuestionó que las autoridades no se acercaron a acompañar el trabajo de prevención.
Las elecciones, que se realizaron bajo protocolos sanitarios, derivaron en festejos que el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, calificó en diálogo como CNN como “un poco desordenados”, especialmente en el interior del país.
El promedio de casos a nivel nacional aumentó levemente en las semanas siguientes. Según los últimos reportes del Sistema Nacional de Emergencias uruguayo (Sinae), esos últimos incrementos se explican por brotes en dos residenciales de ancianos, en un centro de salud y en la ciudad de Rivera, entre otras situaciones.
En los días recientes Uruguay tuvo tres picos de contagios, dos de 51 y uno de 64 casos por día. Estos generaron preocupación a los científicos. Siendo récord para el país, esa cantidad de casos parece irrisoria comparada con el resto del mundo. La cifra de muertos al 20 de octubre en Uruguay era de 52 personas.
La pregunta que muchos se hacen es cómo hizo Uruguay para que la situación no se fuera durante más de 7 meses de las manos. Y la otra pregunta, en vista de los nuevos máximos, es: ¿puede el país ser optimista con vistas al futuro?
10 claves que podrían explicar los resultados de Uruguay
CNN consultó a la doctora epidemióloga Alicia Alemán, integrante del plantel de expertos del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) de la Presidencia de Uruguay, al ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, y a Miguel Fernández Galeano, consultor internacional de Organización Panamericana de la Salud, asesor del opositor Frente Amplio en materia de salud y exsubsecretario de esa cartera. Ellos enumeraron una serie de factores que influyen en los resultados obtenidos hasta ahora.
1 - Baja densidad de población. La baja densidad de población (19 hab/km2) con una sola urbe importante —de 1,5 millones de habitantes— es un factor destacado por Alemán y Fernández Galeano. A esto Fernández Galeano le suma la reducida movilidad e interacción social.
2 - Ubicación en el mapa y conectividad. Alemán destacó que la conexión de Uruguay con el resto del mundo es “mucho menos intensa que la de otros países”. En este sentido, Fernández Galeano menciona un “relativo aislamiento geográfico” de Uruguay y lo explica por sus fronteras: de Argentina lo separan dos ríos en los que solamente hay tres puentes. Y los kilómetros de frontera compartidos con Brasil son con una región de baja densidad poblacional.
3 - Un sistema de vigilancia de salud “riguroso y comprometido” es otro de los factores a favor de Uruguay, según Alemán. Fernández Galeano coincide y sostiene que la vigilancia epidemiológica está fortalecida en el país “desde la pandemia de influenza AH1N1”.
4 - La vigilancia ha permitido hacer un control de cada uno de los brotes cuando surgen, un punto que es de especial importancia para los expertos. Para el control de los brotes es vital la realización de pruebas. En este sentido, el ministro Salinas destacó que más del 8% de la población fue testeada. Al cierre de esta nota Uruguay llevaba realizados más de 286.000 pruebas en un país de 3,5 millones de habitantes.
5 - Los expertos mencionan las fortalezas de un sistema de salud que permitió una atención domiciliaria de los casos, evitando aglomeraciones en los hospitales. Sobresale, en este sentido, el sistema de médicos a domicilio y emergencias móviles con médicos a bordo. Tanto Alemán como Salinas también mencionaron la telemedicina. Y el ministro Salinas, por su parte, destacó los esfuerzos para prepararse rápidamente a nivel de infraestructura hospitalaria.
6 - Los expertos y las autoridades destacan la existencia de un colectivo científico académico que Alemán calificó como “comprometido y competente”. En este sentido ya en marzo los científicos anunciaron la producción local de pruebas para detectar el covid-19. También existe un grupo honorario que asesora al gobierno para la toma de decisiones clave.
7 - En cuanto a la toma de decisiones, precisamente, Alemán considera que fueron “rápidas y acertadas (por parte) del gobierno con un gran liderazgo en el manejo de la epidemia desde el Ministerio de Salud Pública y Presidencia”. Uruguay, por ejemplo, declaró la emergencia nacional y un cierre de fronteras (ya parcialmente levantado) apenas se confirmaron los primeros casos.
8 - Los expertos también destacaron el “consenso” a nivel del sistema político. En este sentido, el ministro de Salud afirmó que “los políticos han tenido un comportamiento ejemplar en esta pandemia”.
9 - El manejo de la información es otro factor. Alemán sostiene que se enviaron “mensajes claros” y que hubo una gestión “centralizada y transparente” de los datos. Fernández Galeano también destaca la estrategia de comunicación del gobierno y la “unidad de criterios”. “Nunca se ocultó ningún dato”, recalca el ministro.
10 - El comportamiento de la ciudadanía. Luego de la marcha de fin de septiembre, el ministro Salinas dijo a medios locales que se sentía “predicando en el desierto”. No obstante, expertos destacan el papel de la población. Alemán opinó que “la ciudadanía que tomó este tema con responsabilidad y con control social”, mientras que Fernández Galeano sostuvo que existe una “confianza de la población en la salud pública y confianza de la salud pública en la población”. En cuanto a cumplir lo que se le recomienda, “en general los uruguayos somos cuidadosos. Somos medio suecos”, dijo el experto.
La clave: poder controlar los brotes “con extintor”
¿Cómo es posible que después de eventos masivos como los que tuvo Uruguay y con la creciente actividad económica y social en el país no se disparen las cifras? Alemán explica que el comportamiento de la epidemia “ha sido en base a brotes”.
“Se está haciendo un muy buen seguimiento de casos sospechosos y sus contactos y es esto lo que hace posible que no se disparen los casos”, explicó. Agregó que esto se puede lograr cuando la cantidad de casos no es grande y la circulación comunitaria del virus es limitada.
Fernández Galeano coincide y lo explica con la metáfora de un incendio: en Uruguay por ahora el incendio no se ha ido de control y “se apaga cada foco con extintor” antes de que se disperse, “no ha sido necesario un helicóptero”.
En cuanto a los eventos masivos que tuvo el país, como la Marcha de la Diversidad del 25 de septiembre o los festejos electorales del 27 y 28 de septiembre, Fernández Galeano y Salinas -quien habló a título personal en este punto- coincidieron que un factor que podría haber influido es que sucedieran al aire libre, en días con temperatura templada.
Las elecciones, mientras tanto, tuvieron un fuerte protocolo de salud que el ministro destacó. Mascarillas, alcohol en gel, “facilitadores” en los circuitos que colaboraban para el buen funcionamiento y hasta una recomendación específica a los votantes en carteles inéditos dispuestos en los circuitos: no cerrar los sobres con saliva (algo que, de hecho, nunca fue necesario en Uruguay, pero que la mayoría de los votantes hacían). Además, según Salinas, el gobierno reforzó la capacidad de seguimiento epidemiológico sabiendo que en otros países los casos habían aumentado después de elecciones nacionales.
La escuela ya es obligatoria
Uruguay es uno de los pocos países de la región donde ya hay clases presenciales. Desde mediados de octubre, la asistencia a los centros educativos es obligatoria. Sin embargo, para muchos padres esto no es suficiente.
El 14 de octubre, decenas de padres del colectivo Familias Organizadas de la Escuela Pública se manifestaron para pedir una presencialidad plena en las aulas.
Hoy, de acuerdo con los protocolos en marcha, los grupos escolares están divididos y los niños asisten en días u horarios alternados.
Para la organización de padres, la asistencia actual “no es suficiente”. “Hay una pérdida importantísima de horas de clase que repercute en los aprendizajes, pero, sobre todo, a la escuela no se va solamente a leer y escribir, la escuela tiene un rol social también, un rol de construcción de ciudadanía”, dijo a CNN Natalia Cámara, integrante del colectivo.
Los padres hacen énfasis en el “rol de protección” de la escuela, algo a lo que también apuntan los expertos.
Aumento de casos
Al cierre de esta nota, el 20 de octubre, Uruguay acumulaba 2.623 casos confirmados de covid-19, de los cuales 429 estaban “en curso” (la cifra más alta hasta ahora de casos activos). De ese total, 52 personas habían fallecido, seis se encontraban en cuidados intensivos y una en cuidado intermedio. Si se cuenta desde el 13 de marzo, cuando se confirmó el primer caso, eso arrojaría un promedio de poco más de 15 infectados por día, con una tasa de 75 infectados cada 100.000 habitantes y de 1,5 muertos cada 100.000, una de las más bajas del mundo.
‘Control relativo’
“En el momento actual tenemos menos de 1 nuevos casos /100.000 habitantes (tomando el promedio de los últimos 7 días) y poco más de 1% del total de tests con resultado positivo. Si miramos la definición de riesgo país que establece por ejemplo el Council of the European Union, se considera que un país está en zona verde de control cuando tiene menos de 25 casos por 100.000 habitantes en el acumulado de los 14 días previos y menos de 4% de test positivos”, explicó Alemán, en un correo enviado a CNN el sábado 17 de octubre.
El Harvard Global Health Institute, por su parte, establece el nivel verde, “definido como el estado que va en camino a la contención” cuando hay menos de 1 caso nuevo por día cada 100.000 habitantes.
Fernández Galeano, por otro lado, dijo a CNN que, al momento de la entrevista, “se estaba “dentro de una situación de control relativo, que se corresponde lógicamente con el aumento de la movilidad e interacción social y como consecuencia del aumento de las actividades económicas y sociales habilitadas”.
La única excepción a esta situación de control relativo es el departamento de Rivera, fronterizo con Brasil, donde hay más de 120 casos activos, en un departamento de 100.000 habitantes. Sobre la situación en la frontera con Brasil, Salinas explicó que se ha reforzado el equipo profesional que trabaja en esa parte del país y agregó que, ante los miles de brasileños que llegan a comprar en los Free Shops uruguayos, la respuesta debe ser mantener las medidas de cuidado del lado uruguayo.
Además de la situación en la frontera, un próximo desafío que enfrenta ahora Uruguay son los festejos de fin de año, según dijo el ministro, y la temporada de verano, cuando las playas uruguayas suelen llenarse de turistas.
Alertas y sin ‘pizarrear’
En Uruguay, uno de los países con más títulos internacionales de fútbol, las metáforas de ese deporte siempre están a la orden del día. El país lleva siete meses traduciendo la pandemia a términos futboleros. Primero fue el coordinador general del GACH, Rafael Radi, quien en mayo comparó la situación del país con “aguantar un empate 0-0” en la ciudad de La Paz: “Estamos bastante contentos, pero nos pueden golear en tres minutos”.
Otro término futbolero es “pizarrear”. Significa jugar luciéndose y sin respetar demasiado al rival cuando los resultados (en la pizarra, precisamente) vienen bien. Y esto es precisamente lo que quieren evitar las autoridades y los científicos.
El ministro de Salud, a quien CNN entrevistó el 10 de octubre, considera que Uruguay ha tenido “muchos diferenciales” que lo han posicionado en un lugar destacado a nivel mundial. Pero advierte: “Sin pizarrerarnos y sin hacer alharaca, porque sabemos que como (el virus) es tan traicionero, tiene una capacidad de multiplicación feroz” y países han pasado de estar muy bien a muy mal.