(CNN Business) – Purdue Pharma, el fabricante de OxyContin, acordó declararse culpable de tres cargos penales federales por su papel en la creación de la crisis de opioides en la nación y pagará más de US$ 8.000 millones y cerrará la empresa.
El dinero se destinará a programas de tratamiento y reducción de opioides. La compañía privada acordó pagar una multa de US$ 3.500 millones y perder US$ 2.000 millones adicionales en ganancias pasadas, además de los US$ 2.800 millones que acordó pagar en responsabilidad civil.
“Purdue Pharma frustró activamente los esfuerzos de Estados Unidos para garantizar el cumplimiento y prevenir la desviación”, dijo el administrador asistente de la Administración de Control de Drogas, Tim McDermott. “El devastador efecto dominó de las acciones de Purdue dejó vidas perdidas y otros adictos”.
La compañía no tiene US$ 8.000 millones en efectivo disponibles para pagar las multas. De modo que Purdue se disolverá como parte del acuerdo y sus activos se utilizarán para crear una nueva “empresa de beneficio público” controlada por un fideicomiso o entidad similar diseñada para el beneficio del público estadounidense. El Departamento de Justicia dijo que funcionará completamente en el interés público en lugar de maximizar las ganancias. Sus ganancias futuras se destinarán al pago de multas y sanciones, que a su vez se utilizarán para combatir la crisis de opioides.
Esa nueva empresa seguirá produciendo analgésicos como OxyContin, así como medicamentos para tratar la sobredosis de opioides. El vicesecretario de Justicia Jeffrey Rosen, quien anunció el acuerdo, defendió los planes de la nueva compañía de continuar vendiendo ese medicamento, diciendo que existen usos legítimos para analgésicos como OxyContin.
El plan es que la compañía ponga a disposición de las comunidades que enfrentan la crisis de opioides medicamentos de rescate para sobredosis para salvar vidas y medicamentos para tratamientos con asistencia médica con grandes descuentos.
El Departamento de Justicia también llegó a un acuerdo civil por separado de 225 millones de dólares con los antiguos propietarios de Purdue Pharma, la familia Sackler. Aún así, la familia Sackler, así como otros empleados y propietarios actuales y anteriores de la empresa, enfrentan la posibilidad de que se presenten cargos penales federales contra ellos.
“Purdue lamenta profundamente y acepta la responsabilidad por la mala conducta detallada por el Departamento de Justicia”, dijo el presidente de Purdue, Steve Miller, quien se unió a la junta de Purdue en julio de 2018. “Purdue hoy es una compañía muy diferente. Hemos realizado cambios significativos en nuestro liderazgo, operaciones, gobernanza y supervisión”.