(CNN) –– ¿Volarías en un Boeing 737 MAX? Esa pregunta será real para los pasajeros en un futuro cercano, cuando las aeronaves que han estado en tierra por cerca de 600 días vuelvan a funcionar.
El Boeing 737 MAX quedó en tierra en marzo de 2019, luego de dos accidentes con cinco meses de diferencia que cobraron la vida 346 personas.
Todos los indicios apuntan ahora a que la aeronave está siendo certificada para volver al servicio pronto en EE.UU. Esto, después de los cambios exigidos por los reguladores.
Steve Dickson, quien lidera la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), dijo a principios de esta semana que la revisión de los cambios de diseño propuestos podría “terminarse en los próximos días”. Y se espera que el proceso regulatorio desde allí sea relativamente simple.
En el 2020 la normalidad ha estado marcada por hechos sin precedentes. Y, por supuesto, el estado actual de Washington no es una excepción. Pero incluso si la FAA logra cumplir ese cronograma, no es exagerado afirmar que la aviación no tiene un plan para convencer a los pasajeros de que la última generación del avión más vendido del mundo, el Boeing 737, es segura.
American, United y Southwest hablan sobre el Boeing 737 MAX
Algunas aerolíneas, incluida American Airlines, ya comenzaron a vender boletos en el MAX (aunque, en este caso, en un solo viaje de ida y vuelta diario).
“Nuestros clientes podrán identificar fácilmente si viajan en un 737 MAX incluso si los itinerarios cambian”, dijo el portavoz de American Airlines Curtis Blessing. “El tipo de aeronave será visible a través de la parte de reserva y, si cambian los horarios, habrá una notificación”.
United Airlines promete a los pasajeros que podrán cambiar su reserva si no quieren volar en el Boeing 737 MAX.
Por su parte, Southwest Airlines indicó dice que tomará más tiempo volver a volar con este avión. De hecho, sugirió que pueden ser de tres a cuatro meses desde la finalización de los asuntos legales hasta el regreso al servicio. Southwest Airlines tenía la flota de Boeing 737 MAX más grande en EE.UU., antes de que los aviones fueran dejados en tierra.
El director de operaciones de Southwest, Mike Van de Ven, dijo en una conferencia telefónica sobre ganancias del sector en octubre pasada: “Tenemos una experiencia operativa significativa con la aeronave. Es nuestro avión más rentable, nuestra aeronave más confiable. Es nuestro avión más respetuoso con el medio ambiente, y es nuestra aeronave más cómoda. Así que estamos deseando volver a volarla”.
Lograr que los pasajeros se sientan cómodos es un desafío
Pero resulta poco probable que los argumentos que podrían aplacar a los inversores terminen por convencer a los pasajeros.
Fundamentalmente, parte del problema de convencer a los pasajeros de que el Boeing 737 MAX es seguro está en que no existe un manual para hacerlo. También que al sector de las aerolíneas y la aviación comercial no le gusta hablar de seguridad.
Hay un segmento sustancial de la población que ya tiene algún tipo de miedo a volar, y no quieren aumentar esos números.
Además, existe el riesgo de que una campaña de seguridad pueda incrementar los temores de los pasajeros. Si Boeing y las aerolíneas que operan el 737 MAX le apuestan todo a una gran estrategia de relaciones públicas se arriesgan a recordarles a las personas los problemas con la aeronave. O, incluso, hacer que quienes no vieron las noticias hace dos años terminen por conocerlas. Además, una estrategia de este tipo es costosa y la recesión más grande de la historia no parece ser exactamente el momento para eso.
Las consecuencias de hablar de la seguridad del Boeing 737 MAX
“Boeing tiene que preocuparse por las consecuencias no deseadas de hablar sobre seguridad”, explica Addison Schonland, socio de la firma estadounidense AirInsight Group, dedicada al análisis de aviación.
“Es algo delicado porque quieres que los pasajeros básicamente se olviden de que están en un 737 MAX. ¿Cómo puede Boeing hacer esto sin problemas? American habla de educar a sus clientes, eso ayuda. Pero, nuevamente, puede haber consecuencias no deseadas. O simplemente lo enfrentas y afirmas que el 737 MAX es el avión más evaluado que jamás haya entregado Boeing”. añadió.
De hecho, las aerolíneas han estado elaborando estrategias durante algún tiempo sobre cómo equilibrar el uso de los aviones MAX, que es una necesidad que tienen, con el hecho de que algunos (o incluso muchos) pasajeros no querrán volar en ellos.
Hay cierto margen de maniobra para que las aerolíneas eviten ser las primeras en tomar la decisión sobre el Boeing 737 MAX. Justamente, porque que la crisis de covid-19 ha reducido la presión sobre las flotas existentes. Sin embargo, en algún momento alguna aerolínea tendrá que ser la primera en llevar al MAX a los cielos nuevamente.
Y eso vendrá con niveles de interés sin precedentes por parte de los reguladores, los medios de comunicación y los pasajeros.
¿Un escrutinio mayor para los vuelos en Boeing 737 MAX?
Vivimos en la década de 2020, donde casi todos los que vuelan tienen un teléfono celular para registrar lo que está sucediendo. En ese sentido, solo se necesita un pasajero que se vuelva viral mientras llora por el miedo de subir a un Boeing 737 MAX, después de que un trabajador de aerolínea con exceso de trabajo se niegue o no pueda cambiar su reserva, para crear un problema de imagen grave. O incluso la primera vez que un Boeing 737 MAX tenga que desviarse o regresar al aeropuerto de salida por un problema relativamente rutinario.
Más allá de cualquier bombardeo de relaciones públicas que se implemente, puedes esperar que la mayoría de las aerolíneas establezcan una política (abierta o silenciosamente) en la que los pasajeros que no quieran volar en un 737 MAX puedan cambiar su boleto, sin cargo adicional.
Entonces, ¿cuándo estará Schonland, de AirInsight, listo para subirse a un 737 MAX?
“No por un tiempo es mi respuesta. Quizás esperaré a ver que pasa. Estoy bastante seguro de que el MAX revisado será un mejor avión en cuanto a sistemas y seguridad”, dice.
“Pero aún así”, concluye Schonland, “no tengo prisa por probarlo”.
Boeing tiene otro problema: el resto del mundo
Fundamentalmente, Boeing no solo necesita persuadir a los estadounidenses o a los reguladores de EE.UU.
Hubo revelaciones condenatorias en investigaciones sobre Boeing, la FAA como regulador y la relación entre ellos. Incluido el tajante informe de la Comisión de Transporte de la Cámara de Representantes de EE.UU. Ese reporte estableció claramente que “Boeing falló en el diseño y desarrollo del MAX, y la FAA falló en su supervisión de Boeing y su certificación de la aeronave”. Y tras estos hechos, las agencias internacionales de regulación sobre seguridad de la aviación insisten en tomar sus propias decisiones.
Las decisiones del regulador de aviación de Europa, EASA, y la CAAC de China, serán clave. Pero también resultará crucial la certificación de reguladores independientes más pequeños en países como Australia, Canadá, Japón, Singapur y los Emiratos Árabes Unidos.
La relación entre China y EE.UU.
A eso se suma, para Boeing y Estados Unidos, un problema más amplio con China. Las relaciones políticoeconómicas cada vez más complicadas entre Washington y Beijing tienen al exportador estadounidense Boeing como un actor clave.
Más allá del papel esencial de certificación de seguridad de CAAC, los intereses de China radican en el desarrollo de sus propios programas de aviones, a los que ayudaría un análisis en profundidad de los sistemas del MAX. Y, por supuesto, Boeing es una ventaja muy útil contra esta Casa Blanca o la próxima.
Pero Boeing tiene un problema que es aún más desalentador. Se trata de persuadir a los pasajeros de que las fallas fundamentales del Boeing 737 MAX se han abordado y resuelto. Y, por lo tanto, no los convertirán en la persona número 347 que muere a bordo de estos aviones.
En la posición del fabricante, dice Schonland de AirInsight, las prioridades inmediatas del programa para el Boeing 737 MAX deberían ser “certificación FAA, la actualización de la aeronave para cumplir con los requisitos de certificación y entregas, en ese orden”.
Pero parte de la pieza de entrega del rompecabezas gira en torno a la demanda de aerolíneas. La cual ya está en mínimos históricos por el covid-19. Y que será aún menor para un avión que ha sido objeto de investigaciones condenatorias durante dos años, y en la que muchos expertos y pasajeros no confían para su seguridad.
Finalmente, será una aerolínea valiente la que quiera ser la primera en recibir las críticas por el resto del sector para al volver a poner el Boeing 737 MAX en servicio.