Nota del editor: Pedro Brieger es un periodista y sociólogo argentino, autor de varios libros y colaborador en publicaciones sobre temas internacionales. Actualmente se desempeña como director de Nodal, un portal dedicado a noticias de América Latina y el Caribe. Actualmente es columnista de televisión en C5N de Argentina y en el programa “En la frontera” de PúblicoTV (España) y en la radio argentina en Radio10, La Red, La Tribu y LT9-Santa Fé. A lo largo de su trayectoria, Brieger ha recibido importantes premios por su labor informativa en la radio y la televisión de Argentina.
(CNN Español) – En las elecciones municipales del domingo 15 de noviembre en Brasil los ganadores fueron los partidos de centro y de centroderecha, y no fue una buena jornada para los afines al presidente Jair Bolsonaro. Hay una gran dispersión política y Bolsonaro hoy ni siquiera tiene un partido propio.
Para Bolsonaro estas elecciones eran muy importantes en su intención de construir una base territorial que todavía no tiene, en un país con fuerte tradición de organización político-partidaria. Sin embargo, no obtuvo victorias resonantes que le permitan fortalecerse hacia las elecciones generales de octubre de 2022.
Además, sufrió una derrota de gran magnitud en la ciudad más poderosa del país, Sao Paulo, donde su candidato Celso Russomanno fue perdiendo apoyo desde que lo bendijo y terminó en cuarto lugar con apenas el 10% de los votos. Para colmo de males, en la segunda vuelta estará Guilherme Boulos, un dirigente del Movimiento Sin Techo, ligado a la izquierda, que Bolsonaro ataca permanentemente.
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Si bien los partidos tradicionales de derecha obtuvieron buenos resultados, no es menos cierto que los diferentes partidos de izquierda todavía tienen una fuerte base social, y no solamente detrás del expresidente Lula da Silva. Algunos en este último sector han retrocedido en su caudal de votos en los últimos años para acá por múltiples factores, como señalamientos de supuesta corrupción que les provocó la pérdida de varias gobernaciones y alcaldías.
El triunfo electoral de Jair Bolsonaro en 2018 sorprendió a propios y ajenos. Una figura casi desconocida -y sin una estructura partidaria sólida- llegó a la presidencia de Brasil venciendo a Fernando Haddad, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula. Si bien gran parte del “establishment” desconfiaba en su momento de Bolsonaro, este diputado, que ocupó un rol marginal durante años, fue la mejor opción para derrotar al PT y sacarlo definitivamente del poder después de la destitución de Dilma Rousseff, donde justamente se destacó Bolsonaro por su reivindicación de la dictadura militar brasileña.
A Bolsonaro lo apoyaron muchos partidos de centro y de derecha en 2018 para evitar un triunfo del PT. Pero hoy, aunque esos mismos partidos ya han avanzado frente a la izquierda, compiten con el presidente para consolidar una base territorial con el objetivo de construir una candidatura en 2022. En pocas palabras, ya no lo necesitan.