(CNN Español) – En Italia, 993 personas perdieron la vida este jueves por coronavirus. Nunca, hasta la fecha, se habían registrado tantos fallecidos, ni siquiera durante el primer brote. Italia es el segundo país de Europa que reporta más muertes y el sexto del mundo, según datos de la Universidad Johns Hopkins. Y eso a pesar de que entre junio y septiembre consiguió reducir drásticamente los contagios.
Entre junio y julio los nuevos casos positivos no superaron los 500 por día. Y en agosto y septiembre no alcanzaron los 2.000. En octubre llegó la explosión, cuando hubo 30.000 nuevos infectados en 24 horas. El registro más alto fue el 13 de noviembre, con más de 40.000 contagios. Sin embargo, las restricciones impuestas parecen haber dado resultado, ya que actualmente los casos están por debajo de los 25.000 diarios.
Sin embargo, la situación preocupa al gobierno de Italia, sobre todo con vistas a las fiestas. El primer ministro Giuseppe Conte compareció este jueves por la noche para anunciar que el país se blindará desde el 21 de diciembre hasta el 6 de enero. Tanto los turistas como los italianos que lleguen desde otros países deberán hacer cuarentena obligatoria. No se podrá viajar entre regiones salvo por motivos laborales, de salud y emergencias. Y en Navidad o Año Nuevo no se podrá ni siquiera trasladarse a otros municipios.
Sobre los festejos familiares, Conte fue claro. Dijo que, al ser un país democrático, el Estado no debe interferir ni controlar la vida privada de los ciudadanos. Por lo tanto, no puede imponer la prohibición de ir a comer a la casa de padres, abuelos o hermanos. Por eso el gobierno insiste en una “fuerte recomendación” para que las fiestas se celebren solo con quienes se convive.
También habrá toque de queda en todo el país a partir de las 10 de la noche, incluidos los días festivos. Eso implica que las ceremonias católicas se adelantarán a las 8 de la tarde en vez de las 10 o 12 de la noche, como era habitual. En las regiones con bajo índice de contagios, los restaurantes podrán abrir desde las 5 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Los comercios también podrán abrir y, es más, para incentivar el consumo en los pequeños negocios, los ciudadanos pueden acceder a descuentos del 10% por cada compra. Estos descuentos se acumularán hasta llegar a 150 dólares como límite.
El primer ministro italiano sigue la línea que anunció en los meses de septiembre y octubre, cuando dijo que el país no aguantaría económicamente un confinamiento semejante al de la primavera. Por eso está optando por vías intermedias que aprieten, pero no estrangulen.
Confcommercio, la asociación que aglutina a 700.000 empresas italianas, había lanzado una advertencia al gobierno en los días anteriores. Le recordó que, si obligaban a cerrar restaurantes en los días festivos, se corría el riesgo de perder más de 720 millones de dólares, por lo que exigían el 100% de la compensación. El gobierno italiano parece haber tomado una tercera vía, la de permitir las comidas, pero no las cenas.