(CNN) – Extremadamente frío, congelado e inhóspito para casi toda la vida silvestre, salvo los osos polares.
Esa es la imagen del Ártico que se les viene a la cabeza a muchos.
Sin embargo, en cuestión de décadas, un pestañeo en la historia de este planeta, el calentamiento global causado por los seres humanos ha transformado el Ártico en un lugar que, dicen los científicos, está cada vez más irreconocible.
Si el Ártico fuera un paciente, la Boleta de Calificaciones del Ártico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) es su examen físico anual. Es decir, el chequeo integral de salud de este bioma vasto e importante.
El Ártico de la actualidad es más caluroso, más verde y menos cubierto de hielo de lo que era hace solo 15 años, cuando la NOAA publicó su primer informe.
Cambios más rápidos de lo esperado
La boleta de calificaciones publicada el martes pinta una imagen de una región que se está calentando rápidamente, con temperaturas máximas en la superficie cercanas a un récord y mínimos de hielo marino también cercanos a un récord que pueden observar nuevamente. Y el ritmo al que se está calentando supera con creces las expectativas de los científicos.
“Pensamos que los cambios tomarían mucho más tiempo, y los modelos decían que lo harían”, dijo James Overland, oceanógrafo del Laboratorio Ambiental Marino del Pacífico de la NOAA. Overland formó parte de las 15 Boletas de Calificaciones del Ártico y es coautor de la sección sobre las temperaturas del aire en la superficie en esta edición. “Pero la tasa de cambio que hemos visto en los últimos 20 años, y especialmente en los últimos cinco años, está más allá de lo que pensamos que sucedería”, explicó.
Aquí hay un vistazo a los cambios más importantes observados en el Ártico este año y lo que significan para el resto del planeta.
El calor extremo en el Ártico
Los científicos dicen que el Ártico es un indicador del clima global.
A medida que el planeta se calienta por las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por los humanos, los efectos de ese calentamiento se sienten primero aquí. Y presagian los cambios que se producirán los climas de otras latitudes más bajas.
“Más al sur, en los Estados Unidos continentales, podemos manejar un cambio de un par de grados en la temperatura del aire”, dijo Overland. “Pero los cambios potenciales en el Ártico que son el triple de lo que vemos en las latitudes medias cambiarán por completo el aspecto del Ártico, y eso repercutirá en el resto del planeta”, explicó.
Desde la reducción del hielo marino y el derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia, hasta el deshielo del permafrost e incluso cambios en la distribución de especies, muchos de los cambios observados en el Ártico son impulsados por el aumento de la temperatura del aire, dijo Overland.
El informe encontró que el año pasado fue otro año anormalmente caluroso en la mayor parte de la región.
El período comprendido entre octubre de 2019 y septiembre de 2020 constituyó el segundo año más caluroso del último siglo en el Ártico. Tuvo temperaturas superficiales 1,9 grados Celsius más cálidas que en el promedio de 1981 a 2010. Solo en 2016 se registraron temperaturas más altas que el año pasado.
El calor extremo fue especialmente pronunciado en Siberia, que registró temperaturas sofocantes de 3 a 5 grados Celsius por encima del promedio durante el invierno y la primavera.
Desde el 2000, el Ártico se ha calentado más del doble de rápido que el resto del planeta, dice el informe.
Otra problemática: el deshielo marino
Todo este calor adicional ha afectado a otra parte fundamental del ecosistema ártico: su hielo marino.
Además de servir como un hábitat vital para los osos polares y las morsas, el hielo marino del Ártico es una parte clave del sistema de aire acondicionado del planeta. Refleja la energía solar de regreso al espacio y mantiene frías las temperaturas alrededor del Polo Norte.
Pero el año pasado se registró otra extensión de hielo marino cercana a un mínimo récord. Esta es otra señal de que este aire acondicionado se está descomponiendo, dicen los científicos.
El hielo marino se congela en invierno y se derrite durante el verano, y la extensión mínima de verano de este año fue la segunda más baja jamás observada en el registro satelital de 42 años, según el informe.
La tendencia de disminución en la extensión máxima invernal del hielo marino también continuó este año. La extensión de marzo de 2020 fue la undécima más baja registrada.
En los 14 años desde 2007 hasta 2020 se pudieron observar las 14 extensiones más bajas registradas. Y la extensión del hielo marino ha disminuido aproximadamente un 13% por década desde 1979.
Ya no es una cuestión de “si” veremos un Ártico sin hielo en las próximas décadas, es una cuestión de “cuándo”, dijo Walt Meier, científico investigador principal del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo y coautor de la sección de hielo marino del boletín de calificaciones de este año.
“Con unos 50 años, pensé que (un Ártico sin hielo en verano) sería algo que mis nietos probablemente vivirían para ver”, dijo Meier. “Pero ahora, si tengo una esperanza de vida razonablemente promedio, probablemente viviré para verlo, lo cual es realmente duro en mi opinión en términos de cuán rápido han cambiado las cosas”, agregó.
Un Ártico más verde y menos nevado
La nieve todavía cubre gran parte del Ártico hasta nueve meses al año. Pero eso también está cambiando, ya que el calentamiento conduce a disminuciones tanto en el área de terreno que queda enterrada en la nieve como en el período del tiempo durante el cual esto sucede.
La extensión de la capa de nieve en junio de 2020 sobre el Ártico euroasiático fue la más baja en el registro de 54 años. Y la parte norteamericana de la región tuvo su décima extensión más baja.
Esa capa de nieve también se derritió mucho más temprano en algunas partes de la región. Y especialmente en Siberia, que registró olas de calor récord en 2020.
Aunque el informe encontró que la duración de la capa de nieve fue cerca de lo normal en gran parte del Ártico, la capa de nieve en grandes franjas de Siberia se derritió hasta un mes más temprano. Esto sucedió debido a temperaturas que estaban más de 5 grados Celsius por encima del promedio.
Otro efecto de un clima más cálido es que el Ártico se está volviendo más verde.
¿Qué indica el verdor?
La vegetación de tundra o “verdor” ha sido rastreada por satélites desde principios de los años 80. Los científicos la monitorean como una señal clave de los cambios en el clima de la región.
Si bien el “verdor” ha disminuido drásticamente en América del Norte desde 2016, se ha mantenido por encima del promedio en el lado euroasiático.
Y el informe encuentra que, al observar el registro completo del satélite, la tendencia general va hacia un Ártico más verde. Esto sucede porque las temperaturas más cálidas derriten la tundra helada, lo que permite que los arbustos y otras especies de plantas echen raíces en lugares donde antes no podían.
En conjunto, los cambios descritos en el informe muestran una región que el calentamiento provocado por la actividad humana está transformando rápidamente.
“Este no es solo como un año de hielo marino bajo o de deshielo del permafrost en un lugar donde las temperaturas están aumentando. Todo el ecosistema está cambiando”, dijo Meier. “Y eso te dice que esto no es una casualidad. Es algo fundamental que está cambiando en el ambiente ártico”.