(CNN) –– Erika Becerra tenía ocho meses de embarazo cuando le diagnosticaron covid-19, pero esta mamá no podría si quiera conocer al bebé que esperaba. En noviembre, indujeron su parto y logró dar a luz a un bebé sano.
Tras un parto normal en Detroit, Michigan, Becerra fue intubada de inmediato porque tenía problemas para respirar. Tres semanas después, este viernes, Becerra murió.
Como estaba intubada y con covid-19 positivo, esta mamá nunca tuvo la oportunidad de cargar a su hijo. Así lo relató su hermano, Michael Avilez, a Anderson Cooper, de CNN, este martes.
Becerra, de 33 años, fue una de las 15.658 personas que murieron por covid-19 en los últimos siete días en Estados Unidos. La cifra convierte esa semana en la más letal por coronavirus desde abri. Por sexto día consecutivo, más de 100.000 personas se encuentran hospitalizadas debido al virus en todo el país.
“Erica fue la persona más maravillosa que pudieras conocer”, compartió Avilez. “Para ella, la felicidad de otras personas era su felicidad”.
La familia de Becerra viajó desde Los Ángeles a Detroit, donde Becerra vivía junto a su esposo y su hija de 1 año, dijo Avilez a KCAL, afiliada de CNN.
A Becerra no le preocupaba estar embarazada durante la pandemia, según Avilez. Él dijo que ella no salía y que en caso de hacerlo siempre utilizaba una mascarilla, además de limpiar las superficies que tocaba.
“Ella siguió todas las reglas y aún así terminó contagiándose y es triste”, dijo Avilez. “Hay muchas personas que no entienden lo que está pasando… Todos piensan que es una broma hasta que les pasa a ellos o a uno de sus familiares”.
Avilez explicó que a Becerra le hubiera gustado que él continuara compartiendo su historia con la esperanza de ayudar a otros a comprender el peligro del virus.
Dificultad para respirar tras una hospitalización de fin de semana
En noviembre, Becerra pasó un fin de semana en el hospital después de tener contracciones. Sin embargo, cuando llegó a casa un lunes, comenzó a tener dificultad para respirar y para moverse.
Tres días después, una ambulancia la llevó al hospital. Y el viernes, los médicos decidieron inducirle el parto porque su salud “no mejoraba”, dijo Avilez. El 15 de noviembre nació el hijo de Becerra, Diego.
“Inmediatamente después de que dio a luz a su hijo, la intubaron porque su cuerpo ya no retenía oxígeno. Y después de eso no pudo conocer a su bebé recién nacido”, dijo Avilez.
Becerra permaneció conectada a un respirador artificial hasta el 3 de diciembre, cuando sucumbió al virus, dijo Avilez.
“Hacia los últimos momentos, ella estaba llorando”, dijo Avilez a KCAL. “Sé que nos escuchó mientras oramos por ella, hablamos con ella, la consolamos en los últimos momentos”.
Aparte de estar embarazada, Becerra no tenía ningún problema de salud subyacente, dijo Avilez a KCAL. También señaló que su cuñado, su sobrina y su nuevo sobrino dieron negativo en la prueba de covid-19.
Para ayudar con los gastos del funeral, la familia creó una cuenta de GoFundMe.
El domingo, los residentes del sur de California y del Valle de San Joaquín fueron sometidos a una orden de confinamiento de tres semanas, después de que la capacidad de la unidad de cuidados intensivos en las dos regiones cayera por debajo del 15%. Lo que puso en vigencia un mandato emitido por el gobernador la semana pasada con el objetivo de desacelerar el creciente número de hospitalizaciones por covid-19.