(CNN) – Deborah Hightower lloró y su cuerpo se estremeció de emoción al mirar a través del parabrisas y ver más de 100 autos que esperaban en fila para recibir comida gratis en el estacionamiento del centro comercial.
La mayoría de la gente había llegado antes del amanecer para recibir las donaciones de un banco de alimentos local. Algunos de los conductores y pasajeros se durmieron en sus autos.
“Tienen que estar desesperados para venir a sentarse durante casi cinco horas para conseguir una caja de comida para su familia”, dijo Hightower.
La contadora de 57 años y madre de tres adolescentes fue hospitalizada recientemente y dice que perdió su trabajo dos veces desde marzo. El sábado antes de Navidad, sus ojos se llenaron de lágrimas, no por su triste realidad, sino por ver la necesidad a su alrededor.
“Odiaría quedarme con lo último de algo”, dijo. “Y la persona que se encuentra detrás de mí estaría en una posición peor que la mía”, agregó.
Es una escena que se repite en ciudades de todo el país, en momentos en que el hambre se dispara mientras la pandemia amenaza vidas y medios de vida. Feeding America, la mayor organización nacional de lucha contra el hambre en Estados Unidos, informa un aumento del 60% en la cantidad de personas que solicitan asistencia alimentaria en comparación con el año pasado.
La falta de acceso a alimentos trasciende Florida y se extiende de costa a costa
Feeding America define la inseguridad alimentaria como “la incapacidad de un hogar para proporcionar alimentos suficientes para que todas las personas vivan una vida activa y saludable”.
Entre los estados con las tasas de inseguridad alimentaria más altas, entre el 20% y el 22.6% de los hogares, se encuentran Mississippi, Arkansas, Alabama y Louisiana, según Feeding America. Les siguen Nevada, Michigan, Nuevo México, Oklahoma, Texas y Kentucky, donde entre el 18% y el 19% de los hogares carecen de acceso a alimentos.
Las desigualdades sistémicas en las comunidades latinas, negras, de nativos americanos y minoritarias en todo el país no han hecho más que agravarse durante la pandemia, a medida que aumentan las tasas de desempleo y las infecciones por covid-19.
En Doraville, Georgia, se organizó una distribución de alimentos para brindar asistencia a la comunidad latina más afectada del área el sábado antes de Navidad.
Quinientos autos llenaron el viejo estacionamiento de Kmart y docenas de personas, en su mayoría mujeres con niños, esperaron a pie en el frío para recoger una caja de cerca de 10 kg de comida gratis llena de frutas, verduras, carne y pollo.
“Esto es una indicación del dolor y sufrimiento que se siente en todo el país”, dijo Michael Thurmond, director ejecutivo del gobierno del condado de DeKalb. “Estamos todos juntos en esto, independientemente de la raza, el color o el credo”, aseguró.
Vecinos de Florida se ayudan entre ellos frente a la falta de alimentos
En el sur de Florida, una de cada cinco personas no sabe de dónde vendrá su próxima comida, según Feeding South Florida. Eso significa más de 1 millón de personas, incluidos casi 300.000 niños.
Algunos de ellos esperaban en fila en el estacionamiento del Boynton Beach Mall. Pero con su orgullo y dignidad agotados por la pérdida de trabajos, pocos querían compartir sus historias personales de lucha. Muchos de los que estaban dispuestos a hablar dijeron que no estaban allí para recoger comida para ellos mismos.
Larry Battisti, de 76 años, dijo que estaba recogiendo comida para tres miembros de su iglesia que están desempleados, trabajando a tiempo parcial o demasiado preocupados por el covid-19 como para salir de sus casas.
“Me tomo el tiempo para hacerlo porque amo a las personas por las que lo hago”, dijo Battisti.
Julie y Leonard Thompson, una pareja de jubilados que llevaba mascarillas de Spiderman, llegaron a la fila a las 4:30 a.m. y llevarán los alimentos a siete vecinos y amigos que son ancianos, están postrados en sus camas o son madres con niños pequeños.
“Incluso si no tenemos mucho, todavía podemos compartir con ellos”, dijo Julie.
Los Thompson no lo hacen para recibir elogios. Una de sus vecinas, Ibis Torres, una mujer con discapacidad médica de unos 50 años, no puede comunicarse con ellos porque solo habla español. Pero ella era todo sonrisas y dijo “thank you” cuando le entregaron pollo, jugo y batidos de proteínas en su puerta.
Mientras se alejaban, Torres describió a sus vecinos prácticamente como ángeles que arrojaban ayuda del cielo.
Aumento de la demanda y disminución de la oferta
Cada vez más, las personas se ven obligadas a depender de la bondad de otros porque las industrias de turismo, la hospitalidad y las ventas minoristas de Florida han recibido un golpe duro.
“La necesidad en el sur de Florida es abrumadora”, dijo a CNN Sari Vatske, vicepresidenta ejecutiva de Feeding South Florida. “Es más del doble de lo que era antes del covid. Nunca habíamos visto algo como esto, y hemos estado en bancos de alimentos durante 40 años”, explicó.
Entre marzo y noviembre, Feeding South Florida proporcionó más de 68 millones de kg de productos, carne, leche y otros alimentos a los residentes del área.
El acuerdo de estímulo largamente buscado que alcanzó el Congreso el domingo proporciona dinero para el suministro de alimentos y asistencia nutricional del país. Sin embargo, a corto plazo se espera que la demanda de alimentos gratuitos se mantenga alta.
“Llevamos nueve meses en esto y todavía estamos viendo las mismas escenas que vimos hace tanto tiempo”, dijo Vatske. “Es desgarrador”, agregó.
‘Las cosas se precipitaron’
Para las personas que vieron el amanecer en Boynton Beach Mall, la fila de autos serpenteando alrededor del estacionamiento confirmó lo que temían: la necesidad de alimentos está creciendo.
Las marcas y modelos de los autos, que incluían Mercedes-Benz, Cadillac, Infiniti y Volvo, muestran que la pandemia no solo está afectando a los pobres. La clase media también es vulnerable. Algunas personas esperaban en las filas de alimentos por primera vez en sus vidas.
“Las cosas se precipitaron”, dijo Battisti. “No creo que esta sociedad sepa realmente lo mal que está la gente en este momento”.
Los Thompson están de acuerdo. En esta festividad planean no solo entregar comida, sino también regalos para niños.
“La gente no tiene trabajo (y) las cosas son difíciles física, financiera e incluso emocionalmente”, dijo Julie Thompson.
Deborah Hightower se mostraba agradecida al ver su maletero lleno de manzanas, frijoles, huevos y pollo.
“Rezo para que todos consigan lo que necesitan para Navidad”, dijo.