(CNN) – El gobierno israelí se derrumbó el martes a la medianoche hora local (17:00 hora de Miami) después de que el parlamento del país no cumpliera con el plazo para la aprobación de los presupuestos de 2020 y 2021. Israel se encamina ahora a sus cuartas elecciones en dos años, que probablemente tendrán lugar el 23 de marzo del próximo año.
El primer ministro Benjamin Netanyahu y su antiguo socio de coalición, el líder de Azul y Blanco Benny Gantz, buscaron culparse mutuamente por el colapso de su gobierno de siete meses. “Azul y Blanco se retiró de los acuerdos (para modificar el acuerdo de coalición original) y nos arrastró a elecciones innecesarias durante la crisis del corona”, dijo Netanyahu, quien el sábado por la noche se convirtió en el primer israelí en recibir la vacuna contra el covid-19. “No queremos una elección y votamos en contra (…) pero no tenemos miedo a las elecciones, ¡porque ganaremos!”, agregó.
Gantz, en referencia a los cargos de corrupción que enfrenta Netanyahu, afirmó: “Lamento que el primer ministro esté preocupado por su juicio y no por el interés público, y esté dispuesto a arrastrar a todo el país a un período de incertidumbre, en lugar de garantizar la estabilidad económica y una rehabilitación de la economía”.
Después de tres elecciones con resultados no concluyentes, y con la primera ola de la pandemia de coronavirus en marcha, Gantz acordó sumarse a Netanyahu en abril, en lo que se describió como un gobierno de coalición de “emergencia”. Esto, a pesar de que había hecho campaña en una plataforma que descartaba acompañar al primer ministro mientras enfrentaba cargos de corrupción.
¿Qué podría suceder en unas próximas elecciones en Israel?
Según el acuerdo, el cargo de primer ministro se habría rotado entre los dos líderes del partido. Netanyahu serviría primero y luego daría paso a Gantz, después de 18 meses. La única laguna en el complicado acuerdo era si los legisladores no lograban acordar un presupuesto antes de la fecha límite de medianoche del martes, un fracaso que ahora se cumplió.
El destino del gobierno parecía sellado después de que la Knéset no aprobara en la madrugada del martes un proyecto de ley en primera lectura que habría extendido el plazo para llegar a un acuerdo presupuestario.
El líder de la oposición Yair Lapid, quien hizo campaña con Gantz en las últimas elecciones, pero retiró el apoyo de su partido cuando Gantz unió fuerzas con Netanyahu, se dirigió al líder israelí en la Knéset el lunes por la noche. “Sr. primer ministro, ¿a quién le está tomando el pelo? No le importa la mutación (del coronavirus). Solo le importa la rotación (del cargo de primer ministro)”.
Las encuestas de opinión sugieren que el partido Likud de Netanyahu está nuevamente en camino de ganar la mayor cantidad de escaños en el Knéset en las próximas elecciones. Con el apoyo desgarrado de Azul y Blanco, sus mayores rivales parecen venir de otros partidos de derecha, que han estado ganando terreno frente al líder más antiguo de Israel.