(CNN) – Estaba previsto que ocurriera una explosión, después de cuatro años de incitación, conspiración, mentiras y enfrentamientos entre estadounidenses. Y sucedió el miércoles en Washington, cuando una turba enfurecida saqueó el Capitolio de Estados Unidos por primera vez desde los británicos en 1814.
La violenta invasión al Capitolio de Estados Unidos incluyo a los legisladores buscando refugio bajo sus asientos, a la policía en la Cámara de Representantes blandiendo armas y a los amotinados del MAGA (Make America Great Again o Hagamos grande a Estados Unidos de nuevo) deambulando por el Senado, e interrumpió el proceso ceremonial que confirmaba la victoria electoral de Joe Biden.
En otras palabras, el presidente en ejercicio de Estados Unidos incitó a los matones a atacar la ciudadela de la democracia de su nación y bloquear la voluntad del pueblo expresada en elecciones libres. El resto del mundo miró con horror.
¿Será lo sucedido en el Capitolio de EE.UU. un capítulo aislado?
La pregunta ahora es si la indignación del miércoles será una erupción única y, eventualmente, solo un terrible recuerdo de una presidencia que destrozó al país. La mayoría de los partidarios de Trump no son violentos. Pero millones de ellos creen en su mentira de que las elecciones fueron robadas y temen que les quiten su país. Entonces, el acoso del Capitolio del miércoles podría ser solo la cresta de una ola de furia política que durará mucho más que el mandato de Trump.
También está la cuestión de qué debería sucederle al propio presidente inestable y vengativo. ¿Qué peor caos podría causar un Trump iracundo en los 13 días que le quedan en el cargo?
“Está loco”, dijo una fuente que tiene contacto frecuente con el presidente a Jim Acosta de CNN tras lo sucedido en el Capitolio de Estados Unidos. Algunos legisladores demócratas ya han pedido un juicio político por la vía rápida que permitiría al vicepresidente Mike Pence terminar el mandato de Trump. Incluso los miembros del gabinete del presidente están explorando la posibilidad de invocar la Enmienda 25ª si concluyen que ya no está en condiciones de servir.
Muchos en Washington han permitido la presidencia criminal de Trump hasta ahora. Pero incluso ellos tienen que responder a la pregunta: si incitar abiertamente a un intento de golpe no amerita la destitución de un presidente, ¿qué sí?
Insurrección en el Capitolio de Estados Unidos: “Los enemigos de la democracia serán felices”
El mundo observó con incredulidad cómo los legisladores estadounidenses se escondieron o huyeron antes de que los partidarios de Trump provocaran este miércoles. “Esto no es Estados Unidos”, dijo Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea, expresando la incredulidad general.
Varios diplomáticos extranjeros destacados en Washington se quedaron sin palabras, informan Kylie Atwood, Nicole Gaouette y Jennifer Hansler de CNN. “Esto es simplemente…”, dijo un diplomático extranjero antes de una larga pausa. “Somos un gran amigo de este maravilloso país y es muy, muy triste ver que estas protestas se están volviendo más violentas”, dijo este diplomático.
“Odio decir esto, pero parece una escena del Tercer Mundo”, dijo otro diplomático extranjero en Washington.
Desde lejos, los líderes mundiales fueron severos. “Un ataque completamente inaceptable a la democracia”, dijo la primera ministra de Noruega, Erna Solberg. Nicola Sturgeon, la primera ministra de Escocia, calificó las escenas de “absolutamente horribles”, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, las calificó de “impactantes” y el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, dijo que era “vergonzoso”.
Y Heiko Maas, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, advirtió que “los enemigos de la democracia estarán felices de ver estas increíbles imágenes de Washington”.
“Las palabras desenfrenadas se convierten en actos violentos”, dijo. “En los escalones del Reichstag, y ahora en el Capitolio”.