(CNN Español) – Hace un año Estados Unidos anunció el primer caso de coronavirus. Se trató de un hombre de 35 años del estado de Washington que había estado en Wuhan, China.

Aunque aún no tenemos una cura al covid-19, sí hemos logrado entender mejor al virus. Sabemos su forma de contagio y en tiempo récord se han conseguido varias vacunas contra la enfermedad.

En este episodio, el doctor Huerta nos habla de todo lo que hemos aprendido del SARS-Cov-2.

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Estados Unidos reporta la llegada del nuevo coronavirus

El primer caso de covid-19 fue confirmado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) el 20 de enero de 2020 y anunciado al público al día siguiente.

Se trataba de un hombre de 35 años que había regresado de Wuhan al estado de Washington el 15 de enero de 2020 después de una visita a su familia, con tos y fiebre inmediatamente después de llegar.

Como se había enterado de que había un brote de enfermedad respiratoria en Wuhan, el hombre fue a un centro de atención médica en el condado Snohomish en el estado de Washington el 19 de enero, lugar en el que —después de unas pruebas moleculares— fue diagnosticado con covid-19.

En ese momento, la enfermedad no tenía nombre todavía, el nombre covid-19 fue anunciado por la Organización Mundial de la Salud el 11 de febrero de 2020. Ese mismo día, el nuevo coronavirus recibió el nombre científico de SARS-CoV-2.

Desde ese primer caso, son muchas las cosas que hemos aprendido del virus y de la enfermedad. Al mismo tiempo, son muchas también las cosas que aún desconocemos.

Lo que aprendimos del coronavirus tras un año de su llegada

El genoma del covid-19

Una de las primeras cosas que aprendimos es que el genoma del virus fue secuenciado y colocado en internet el 11 de enero de 2020.

Ese adelanto permitió que empezara la carrera para desarrollar la vacuna, que se completó en un tiempo record.

El coronavirus ataca a varios órganos

También aprendimos que el covid-19 no era solo una enfermedad respiratoria, sino multisistémica. Es decir, que puede atacar prácticamente cualquier órgano del cuerpo. También aprendimos que el virus podía atacar a las mujeres embarazadas y a los niños.

Así mismo, el virus puede afectar seriamente la salud mental, tanto de las personas infectadas como de la población general.

Al mismo tiempo que aprendíamos de la capacidad del virus de atacar cualquier órgano, se entendió también que la principal complicación de la enfermedad era un estado de inflamación excesiva llamado tormenta de citoquinas, la que causaba coágulos sanguíneos y una grave insuficiencia respiratoria.

Esos conocimientos permitieron afinar el tratamiento de las complicaciones en las unidades de cuidados intensivos.

En un hospital en Nueva York por ejemplo, la mortalidad por covid-19 cayó de 30% en marzo a solo 3% en junio de 2020, según un reporte de The New York Times.

Cómo prevenir la enfermedad

Con respecto a la prevención, aprendimos que la principal ruta de contagio eran los aerosoles, o partículas de secreciones, que se despiden de la boca y la nariz de las personas infectadas.

Eso hizo que la recomendación inicial, de que las mascarillas sean usadas solo por las personas enfermas, se actualizara por los CDC en la primera semana de abril del año pasado y por la OMS en la primera semana de junio.

Las nuevas recomendaciones estipulan que las mascarillas deben ser usadas por toda persona —con o sin síntomas— que se encuentre en presencia de otros.

Los pacientes que desarrollan una enfermedad grave

Un conocimiento muy importante es aquel que determinó la distribución de la gravedad de la enfermedad, una vez ocurrida la infección.

En el primer gran estudio de más de 72.000 casos en China, realizado por Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades y publicado en febrero de 2020, se estableció que el 81% de los casos eran leves, 14% moderados y solo 5% graves.

Esa proporción se observó en otros estudios.

No se ha encontrado un tratamiento

Con relación al tratamiento de covid-19, hemos lamentablemente aprendido que no existe un tratamiento curativo especifico de la enfermedad y que el único medicamento que ha logrado ser muy útil es la dexametasona —un antiguo y barato medicamento de la familia de los corticosteroides— que ha logrado disminuir la mortalidad en pacientes graves en un 20%, según un estudio publicado en la revista médica JAMA.

Al principio administrada empíricamente, múltiples estudios han demostrado que la hidroxicloroquina no tiene ninguna efectividad en la prevención, en impedir que la enfermedad progrese o que cure la enfermedad grave. Es mas, por su toxicidad, ha sido retirada de los protocoles de tratamiento.

Lo mismo sucedió con el remdesevir, un medicamento antiviral, sobre el que se centraron grandes esperanzas. Después de estudios controlados, se demostró que el remdesevir no disminuía la mortalidad de los enfermos, limitando su utilidad a disminuir en cinco días el tiempo de hospitalización.

Las secuelas que deja la enfermedad

Hemos aprendido también que el covid-19 es una enfermedad que puede dejar secuelas en una gran proporción de personas que superan la infección, hablándose de una forma persistente y crónica de la infección.

Sin duda que este conocimiento se incrementará en los próximos meses.

La inmunidad

Con relación a la inmunidad, más es lo que desconocemos que lo que conocemos. Estudios iniciales habían sugerido que la inmunidad solo duraba alrededor de tres meses, aunque estudios recientes indican que la inmunidad estaba aún presente cinco a ocho meses después de la infección, abriendo la posibilidad de que algunas personas puedan presentar una inmunidad duradera.

Las vacunas

Hemos aprendido mucho sobre vacunas, las que se han desarrollado en menos de 12 meses después que se pusiera el genoma del SARS-CoV-2 en internet. Hemos aprendido que se han desarrollado diversas plataformas científicas para el desarrollo de las vacunas, y que estas deben ser seguras y eficaces para que puedan ser usadas en seres humanos.

Este es el episodio 204 de esta serie de podcasts de Realidad versus Ficción que hemos preparado diariamente para ustedes, y en este punto quisiera invitarlos a que revisen los diferentes episodios en su aplicación de podcast.

Estoy seguro de que allí encontrarán —en orden cronológico— además de los temas que hemos revisado hoy, otros más, episodios que les permitirán hacer un repaso de lo que hemos aprendido hasta ahora sobre esta letal enfermedad.

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