Washington (CNN) – Cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló el viernes con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, los temas más controvertidos que complican la relación entre ambos países no estuvieron en la agenda.
Es una señal de que Biden busca restablecer su relación con el líder mexicano, quien desarrolló una estrecha relación personal con el expresidente Donald Trump, dijeron a CNN fuentes informadas sobre el contenido de la llamada.
En los meses posteriores a la victoria electoral de Biden, López Obrador, conocido en México como AMLO, ha desafiado a su nueva contraparte al hablar del vínculo que desarrolló con Trump y tomar decisiones políticas controvertidas relacionadas con la seguridad. Se necesitará un tremendo compromiso personal de ambas partes para que la relación Biden-López Obrador tenga una base positiva, explican las personas que siguen de cerca la relación.
“Creo que la administración, y en particular el presidente Biden, cree en dejar atrás lo pasado. Quiere construir una relación constructiva en el futuro”, dijo el exembajador mexicano en Estados Unidos Arturo Sarukhan, al reflexionar sobre la amistosa llamada telefónica inicial en la que se evitaron los temas más polémicos. “Pero como ocurre con la mayoría de las cosas en la vida, el dicho dice que se necesitan dos para bailar el tango o dos para la salsa en este caso. Y la pregunta es si López Obrador querrá trabajar con su homólogo estadounidense”.
López Obrador fue uno de los últimos líderes mundiales en felicitar a Biden por su victoria, y cuando finalmente hablaron durante el período de transición, el presidente mexicano reiteró sin rodeos a Biden que había desarrollado una relación positiva con Trump, según fuentes informadas sobre la llamada.
En contraste, las lecturas de la llamada telefónica de la semana pasada parecían suaves y amigables. Fue la segunda llamada que tuvo Biden con un líder mundial, luego de su conversación con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
La Casa Blanca dijo que los dos líderes se enfocaron principalmente en la migración - acordaron “trabajar de cerca” para detener la inmigración irregular - y en la coordinación para combatir la pandemia de covid-19.
“Es una señal de que la relación podría comenzar a moverse en la relación correcta con esa llamada telefónica. Es una relación vital para ambos países y es importante que la relación se estabilice”, dijo Bill Richardson, exgobernador de Nuevo México.
Pero hay más que arreglar que solo retórica. También se espera que la sustancia y el estilo sean obstáculos.
López Obrador tomó acciones que pusieron énfasis en la relación con Estados Unidos antes de que Biden asumiera la presidencia.
En enero, López Obrador dijo inesperadamente que su país planeaba ofrecer asilo político a Julian Assange. También acogió con agrado un fallo de la corte británica que rechaza una solicitud de Estados Unidos de extraditar al fundador de WikiLeaks a Estados Unidos, “porque es periodista y merece una oportunidad”.
‘Una advertencia’
En diciembre, López Obrador firmó una ley de seguridad que imponía restricciones a la presencia de agentes antidrogas estadounidenses en el país. Claramente fue una represalia por el hecho de que Estados Unidos detuviera al exsecretario de Defensa de México, Salvador Cienfuegos, en Los Ángeles en octubre y lo acusara de estar vinculado al narcotráfico. Luego de esa detención fue entregado a las autoridades mexicanas y a su regreso al país se retiraron los cargos. También fue una decisión que podría obstaculizar la relación de seguridad entre Estados Unidos y México.
“Fue una advertencia, dijo Sarukhan, quien agregó que AMLO también ha dicho recientemente que está considerando tomar medidas contra Estados Unidos por supuestamente fabricar información en la investigación de Cienfuegos. “Ahora, ¿estás tratando de usar eso como un punto de negociación con la administración entrante de Biden, o es que simplemente no entiendes cómo funciona la relación? Esa es la pregunta que no he podido responder. Como tantas cosas en la vida puede ser una combinación de ambos”.
Los aspectos de seguridad de la relación y el futuro del muro fronterizo de Trump no surgieron en la conversación inicial entre los dos, según las lecturas y fuentes familiarizadas con la llamada, que agregaron que no está claro cuándo se abordarán los asuntos más difíciles. Pero todos están de acuerdo en que esos problemas no se pueden evitar.
“La principal preocupación es que la increíblemente necesaria y estratégica relación de inteligencia, seguridad y aplicación de la ley entre ambos países debe estar sobre una base firme”, dijo Sarukhan. “Creo que la administración debe enviar ese mensaje claramente, que después del 11 de septiembre esto no se trata solo de drogas, se trata de mucho más en términos de seguridad común en general”.
La inmigración es un área donde se espera que los dos líderes trabajen juntos. Debido al devastador costo que la pandemia de coronavirus ha cobrado en América Latina, miles de inmigrantes se dirigen a la frontera de Estados Unidos. López Obrador dijo que habían estado observando de cerca los desarrollos a medida que una caravana de migrantes avanzaba hacia Estados Unidos desde Centroamérica.
Pero lograr que los dos líderes se sincronicen en temas generales podría ser un desafío.
Biden, quien es conocido por lograr establecer estrechas relaciones personales con líderes mundiales, tendrá la tarea de desarrollar un vínculo personal con López Obrador, cuyo estilo de liderazgo no se asemeja al suyo.
Se necesitarán charlas
“Se construye la relación porque es muy importante. Biden es un muy buen político personal, al igual que López Obrador. Son buenos conversadores”, dijo Richardson, quien también agregó que “van a haber diferencias”.
Los dos líderes no comparten el mismo estilo de gobierno grandilocuente y transaccional y López Obrador es un populista que construyó una marca política sobre su propio culto a la personalidad, lo que lo llevó a vincularse con Trump.
El otoño pasado, cuando visitó Washington, López Obrador elogió a Trump por su “comprensión y respeto” a pesar de la historia de Trump de burlarse de los mexicanos e intentar usar medidas coercitivas, incluidas amenazas arancelarias y cierres de fronteras contra la administración de López Obrador.
Sin embargo, López Obrador tiene problemas más urgentes después de anunciar el domingo que dio positivo por covid-19.
E incluso la pandemia es un área en la que los dos líderes tendrán el desafío de ponerse de acuerdo. Los dos líderes han adoptado un enfoque contrastante de la crisis que está devastando a ambas naciones. Biden ha sido muy claro sobre la necesidad de usar mascarillas y mantener el distanciamiento social, mientras que López Obrador ha desdeñado el virus y viajó por todo el país durante la pandemia, muchas veces sin usar mascarilla.