Sao Paulo (CNN) – Más de 45.000 personas murieron en Brasil por la pandemia en el último mes, pero el presidente Jair Bolsonaro dice que hay una “guerra” personal en su contra.
En la ciudad costera de Río de Janeiro, las unidades de cuidados intensivos están llenas al 95%. De manera similar, otras quince capitales estatales están al borde del colapso, con una ocupación de las unidades de cuidados intensivos superior al 90%, una avalancha de hospitalizaciones que ha acompañado un fuerte aumento en los casos de covid-19 en el país.
Si bien los casos están comenzando a estabilizarse o disminuir en muchos países, Brasil informa cifras diarias récord. Apenas el miércoles, el país experimentó su mayor aumento diario de casos desde el inicio de la pandemia: 90.303 nuevos casos.
“Aquí se convirtió en una guerra contra el presidente. Parece que la gente solo muere de covid”, dijo el jueves Bolsonaro, sin mascarilla, a sus partidarios afuera del palacio presidencial.
“Los hospitales están ocupados en un 90%. Pero necesitamos saber cuántos son de covid y cuántos son de otras enfermedades”, dijo.
Muchos departamentos de salud estatales de Brasil muestran datos tanto de la capacidad de las UCI dedicadas a covid-19 como a otras enfermedades.
El jueves, el Ministerio de Salud de Brasil informó que 2.724 personas más habían muerto a causa del virus ese día, lo que eleva el total a 287.499. Esas cifras convierten a Brasil en el segundo país más afectado del mundo en cuanto a casos y muertes, después de Estados Unidos.
Bolsonaro, quien durante mucho tiempo ha minimizado la gravedad de la pandemia, también dijo el jueves que lamenta las muertes en el país, pero cuestionó la eficacia de las medidas de confinamiento, que se ha resistido a imponer.
“Por supuesto, queremos una solución y lamentamos cualquier muerte, pero ¿por qué existió el confinamiento? Están viendo a la población en paro. Muéstrenme un país donde la lucha contra el covid esté funcionando”, dijo Bolsonaro.
A medida que aumentan los casos, el presidente brasileño se enfrenta a duras críticas de ciudadanos, posibles rivales políticos y funcionarios locales de todo el país, muchos de los cuales han exigido que Bolsonaro intensifique la acción federal.
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien no descarta postularse nuevamente para el cargo en 2022, criticó la respuesta de la actual administración a la pandemia, diciendo el jueves que “no hay control en Brasil”.
Durante el fin de semana, en una carta conjunta, los gobernadores del país pidieron al presidente restringir la operación de aeropuertos, puertos, carreteras y ferrocarriles, entre otras medidas. Muchos ya han impuesto medidas de confinamiento locales.
El Frente Nacional de Alcaldes (FNP) también envió el jueves una carta al presidente y al Ministerio de Salud para pedir “medidas inmediatas” con el fin de abordar la escasez crítica de suministros y medicamentos, incluidos oxígeno y sedantes.
“No es razonable que las personas, los ciudadanos brasileños, sean conducidos a una muerte tan desesperada por ‘ahogarse en el desierto’ o que tengan que estar atadas y mantenerse conscientes durante el delicado y doloroso proceso de intubación y durante todo el tiempo que se mantiene a la gente intubado”, dice la carta.
El Consejo Federal de Farmacia (CFF) de Brasil dice que la actual avalancha de casos de covid-19 genera una “extrema preocupación”, ya que también hay evidencia de escasez de bloqueadores neuromusculares y otros medicamentos utilizados en cuidados intensivos, como el midazolam, esencial para una intubación humana y segura.
El Consejo de Secretarios de Salud ha confirmado a CNN que esos medicamentos se encuentran en un nivel crítico y podrían agotarse en 20 días.
La periodista Marcia Reverdosa informó desde Sao Paulo y Radina Gigova de CNN desde Atlanta. Rodrigo Pedroso y Caitlin Hu contribuyeron a esta historia.