(CNN Español) – Las autoridades de salud recomiendan que las personas que ya tuvieron covid-19 también se vacunen contra el virus. El doctor Elmer Huerta explica los hallazgos de un breve estudio publicado el 10 de marzo en The New England Journal of Medicine que determina cuál es el efecto de la vacuna en este grupo de personas.
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Hola, soy el Dr. Elmer Huerta y esta es tu diaria dosis de información sobre el nuevo coronavirus. Información que esperamos sea de utilidad para cuidar de tu salud y la de tu familia.
Una de las cosas más decepcionantes que hemos aprendido durante el primer año de la pandemia es que todo indica que la enfermedad no nos deja una inmunidad permanente.
En otras palabras, ya existe evidencia científica —aunque aún no se ha determinado su verdadera frecuencia— de que una persona que ya tuvo la enfermedad puede reinfectarse.
Otra consecuencia de esa falta de inmunidad después de la infección inicial es que se ha recomendado que una persona que ya tuvo covid-19, deba vacunarse. Recibiendo dos dosis de las vacunas de Pfizer, Moderna u otra de las vacunas.
Participantes del estudio
Hoy escucharemos un interesante y breve estudio que determina cuál es la respuesta de una persona con historia previa de infección al recibir las vacunas de Pfizer o Moderna.
En una carta publicada en The New England Journal of Medicine del 10 de marzo, investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinaí, Nueva York, estudiaron a 110 personas, de las cuales 43 tuvieron anticuerpos neutralizantes en su sangre (sugiriendo que ya habían tenido la enfermedad). Mientras que 63 no los tuvieron (sugiriendo que aún no la habían tenido). De las 110 personas, 88 recibieron la vacuna de Pfizer/BioNTech y 22 la vacuna de Moderna.
Recordemos que, por un tiempo variable, la infección deja anticuerpos neutralizantes circulando en la sangre de la persona que sufrió covid-19.
Lo que hicieron los investigadores fue algo relativamente simple: medir el nivel de anticuerpos neutralizantes estimulados por la vacuna en ambos grupos de voluntarios. Aquellos que ya habían tenido la enfermedad, y aquellos que aún no la habían tenido. La idea era averiguar si aquellas personas ya expuestas al virus y, por tanto, con memoria inmunológica, pudieran presentar una mayor respuesta de anticuerpos que las no expuestas.
Respuesta de anticuerpos de los participantes del estudio
Dicho y hecho, los resultados indicaron que después de la primera dosis, los participantes que ya habían tenido la enfermedad desarrollaron una respuesta muy rápida con títulos de anticuerpos más altos y uniformes que los que no habían tenido covid-19.
Para ser más específicos, después de recibir la primera dosis la cantidad de anticuerpos neutralizantes que produjeron las personas que ya habían tenido covid-19 fue 10 a 45 veces más alta que en los vacunados que no habían tenido la enfermedad. Y después de la segunda dosis, aquellos que ya habían tenido la enfermedad, respondieron hasta 6 veces más que aquellos que no habían tenido covid-19.
Por otro lado, si bien es cierto que las personas que no tuvieron covid-19 produjeron tres veces más cantidad de anticuerpos entre la primera y segunda dosis, las personas con historia de covid-19 no los produjeron en mayor cantidad. Esto sugiere que la segunda dosis pudiera no ser necesaria para ellos.
Los investigadores concluyen que una sola dosis de la vacuna de ARN mensajero hizo que los participantes que ya habían tenido covid-19 respondieran más rápidamente y con mayor producción de anticuerpos, que los participantes que no tuvieron covid-19 y recibieron dos dosis.
Eso abre la posibilidad de que una sola dosis de la vacuna de ARN mensajero —en vez de dos que se aconsejan en la actualidad— podría ser suficiente para proporcionar una protección eficaz en personas que ya tuvieron la enfermedad.
Efectos secundarios de las vacunas
Para terminar, los investigadores estudiaron también la frecuencia de efectos secundarios causados por las vacunas en 230 personas: 148 con historia previa de la enfermedad y 82 sin historia previa. De los participantes, 156 recibieron la vacuna de Pfizer/BioNTech y 74 la de Moderna.
Lo que encontraron fue algo muy interesante, porque a pesar de que los efectos secundarios locales —como dolor, enrojecimiento e hinchazón en el sitio de la inyección— fueron similares en ambos grupos de personas, los efectos generales o sistémicos —como fiebre, fatiga, dolor de cabeza, escalofríos, dolor muscular y dolor en las articulaciones— fueron más frecuentes en las personas que ya habían tenido la enfermedad. No hay una explicación para este fenómeno.
En ninguno de los casos, ni en producción de anticuerpos, ni en efectos secundarios hubo diferencia entre las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna.
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