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Nota del editor: Mari Rodríguez Ichaso ha sido colaboradora de la revista Vanidades durante varias décadas. Es especialista en moda, viajes, gastronomía, arte, arquitectura y entretenimiento. Productora de cine y columnista de estilo de CNN en Español. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente suyas. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion.

(CNN Español) – Saber que Jennifer López y Alex Rodríguez están trabajando para resolver los problemas de su relación —tal como han informado en su propio comunicado de prensa— ¡me da mucha pena! Aunque no me sorprende.

Hace poco —en enero de 2021— ella dijo en una entrevista a la revista Elle que la boda había quedado pospuesta. ¡Y yo enseguida pensé que no todo era color de rosa entre Jennifer López y Alex Rodríguez! Pero aun así no me imaginé que después de 4 años de intenso romance el momento de crisis estaba a punto de llegar.

Pero —poniéndome a filosofar sobre el amor y la vida— yo dudo mucho en la ‘eterna’ y total felicidad amorosa en este mundo tan difícil en que vivimos. La vida no es la misma que era en la época de nuestras madres y abuelas. Y las expectativas y presiones son ¡inmensas y muy complejas en este siglo XXI! Pienso que con la convivencia tan unida e inseparable que ha tenido esta pareja, son pocas las grandes pasiones y romances que sobreviven lo difícil que es la ‘cotidianidad’ moderna. ¡Y más aún con la ansiedad -e incertidumbre- del año de pandemia que todos hemos pasado!

Conozco a Jennifer hace muchos años, y muy poco antes de la pandemia la entrevisté en Nueva York y me dijo (bajando la voz, como “entre nosotras”) que era muy feliz. Y lo creí porque se le veía radiante, sin parar de sonreír, mucho más suave de carácter y hasta genuinamente cariñosa. Es una mujer disciplinada, autodirigida a lo que quiere de su vida y ‘de armas tomar’. ¡Y cuando hablamos la vi más feliz y “relax” que nunca! Gloriosamente dichosa.

¡Por eso deseo sinceramente que esta pareja no se rompa, pues me parece que están hechos el uno para el otro! ¡Y comparten tantas cosas! Y como nadie sabe nada, los motivos de esos problemas —y los rumores de celos o posibles infidelidades— son puras especulaciones.

Por otra parte, pienso que quizás en ello cuente que Jennifer no ha tenido mucha suerte en el amor… ¡Eso sucede mucho y no hay reglas para decir por qué unas mujeres son afortunadas y otras no! Una vez otra mujer muy famosa que entrevisté me dijo: “Todo es cuestión de pura ‘suerte’. Como tirar los dados… ¡No hay otra explicación!”.

Y quizás por eso Jennifer López ha tenido 3 matrimonios —Ojani Noa (1997-1998), Chris Judd (2001-2003) y Marc Anthony (2004-2014)— y varios grandes romances, como el que tuvo con P. Diddy de 1999 a 2001 y un compromiso formal (casi matrimonio) con Ben Affleck, el que puede haber sido el gran amor de su vida, del 2002 al 2004. Y ninguno funcionó, aunque según mi propio hermano Leon Ichaso (que los dirigió en el film “El Cantante”) “el amor de su vida es Marc Anthony y no dudaría que un día vuelvan a estar juntos”. No sé qué pensar de eso, ¡aunque nunca se sabe!

Pero volviendo al día de hoy, un rompimiento sería una pena también, porque los hijos de ambos —los gemelos de 13 años, Max y Emme de Jennifer con Marc Anthony— y las dos teenagers de Alex, —Natasha de 16 y Ella de 12 años— están tan unidos, que por 4 años han formado una gran familia. Es una imagen encantadora e idílica verlos compartiendo a todos juntos. Y aunque —si no pueden resolver los conflictos que quizás enfrenten y mantengan la amistad y el contacto— esa relación fraternal ya no sería igual.

¿Quizás tengamos noticias nuevas en los próximos días? Ojalá sean felices.