(CNN Español) – La noche del pasado 20 de marzo Carmen Bustillo salió huyendo en medio del atronador sonido de bombardeos y balas cerca a su vivienda en la población venezolana de La Victoria. Con ella también su hija y sus tres nietos abandonaron sus pertenencias y se aventuraron a cruzar el río Arauca para buscar refugio en Arauquita, Colombia.
“Cuando nosotros nos dimos cuenta ya había bombardeos, eso fue un desastre. Hubo gente que le tocó salir por los montes, niños pequeños. Mi hija le tocó arrancar con sus tres hijos porque en el momento de la balacera todo el mundo salió a resguardarse y a buscar para acá”, relata aún asustada en uno de los albergues improvisados por la alcaldía de la población.
Con ella están cerca de 3.500 campesinos que escaparon del fuego cruzado entre militares venezolanos y presuntos integrantes de grupos armados ilegales que operan a lado y lado de la frontera.
Es una verdadera emergencia humanitaria la que se vive en la pequeña población de Arauquita.
“Nuestras capacidades de atención de respuesta ha sido colapsada, nuestro sistema de salud también ha sido colapsado. Así que estamos haciendo un llamado urgente a los entes nacionales e internacionales para que nos apoyen con carpas, con colchones, con alimentos, con medicamentos, con kits de aseo, para poder brindarles el apoyo, la ayuda y el acompañamiento a estas familias que están sufriendo mucho en este momento” afirma Etelivar Torres, alcalde de la localidad.
Por estos días los habitantes de Arauquita están viviendo en medio de una avalancha de desplazados que no cesa y el incremento del patrullaje de vehículos militares y efectivos del Ejército y la Policía.
El ministro de defensa de Colombia Diego Molano ha dado la orden de reforzar la presencia militar en la zona al tiempo que afirma que en esa zona el Ejército ha combatido permanentemente a grupos guerrilleros como el ELN (Ejército de Liberación Nacional), disidencias de las FARC y bandas criminales que se disputan el control territorial y el dominio del río Arauca para el tráfico de drogas y armas.
“Lo que está claro es que he dado instrucciones, especialmente a la octava división, para que se tenga presencia de tropas allí. Había 700 hombres, hoy hay mil 200 adicionales con el fin de garantizar la seguridad y la protección a los araucanos y apoyar la operación humanitaria que se sigue presentando en Arauca”, dijo Molano ante periodistas en Arauca.
Y en medio de todo este polvorín de orden público, la población civil. Niños, mujeres y campesinos que no saben cuál será su futuro inmediato y si podrán volver a sus casas y cultivos.
Según testigos, los enfrentamientos en territorio venezolano continúan y por eso este viernes continuaban llegando personas del vecino país a Arauquita buscando protección y ayudas. Un nuevo drama humanitario para muchos ciudadanos venezolanos que tienen que salir de su país, ahora en medio de enfrentamientos armados que se suman a la grave crisis política, económica y social que han padecido durante los últimos años. Y además en plena pandemia de Covid19.