(CNN Español) – El gobierno de Estados Unidos dijo este sábado que el arresto y encarcelamiento preventivo de exfuncionarios del gobierno interino de Bolivia representan “signos crecientes de comportamiento antidemocrático y politización del sistema legal” en el país, por lo que exhortó al gobierno del presidente Luis Arce a que los libere, llamado que la cancillería boliviana calificó como “injerencia en asuntos internos”.

Según un comunicado del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se suman a las voces que han levantado serios cuestionamientos sobre estos casos, aunque no menciona directamente a la expresidenta interina Jeanine Áñez y a dos de sus exministros que han sido detenidos y están en prisión preventiva.

“Las recientes detenciones de funcionarios del gobierno interino no están en consonancia con los ideales democráticos de Bolivia, desacreditan los extraordinarios esfuerzos de tantos votantes, candidatos y servidores públicos bolivianos que permitieron las elecciones nacionales de octubre de 2020, así como la votación subnacional del 7 de marzo”, dijo Blinken en el comunicado.

“Hacemos un llamado al gobierno boliviano para que deje en claro su apoyo a la paz, la democracia y la reconciliación nacional, incluso liberando a los exfuncionarios detenidos en espera de una investigación independiente y transparente sobre los derechos humanos y las preocupaciones sobre el debido proceso”, agregó.

El comunicado consideró que los arrestos se dieron por “acusaciones infundadas y aparentes violaciones del debido proceso”, así como un procesamiento penal “altamente politizado” por parte del gobierno boliviano.

Mediante un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia rechazó los comentarios de Blinken, aunque tampoco se refiere directamente al caso de Áñez.

“Este tipo de pronunciamientos son una desafortunada muestra de injerencia en asuntos internos, no contribuyen a desarrollar una relación de mutuo respeto entre nuestros Estados, no responde a información objetiva y atentan precisamente contra la institucionalidad que pretenden defender”, indicó el comunicado.

Hasta este sábado, Arce no se había pronunciado públicamente sobre las declaraciones de Blinken.

Esta semana, Arce dijo a CNN que estos procesos penales no son motivados por un afán de venganza de parte de su gobierno.

“No nos mueve en ningún momento ningún afán de odio de venganza (…) a nosotros nos mueve el afán de justicia para el pueblo boliviano, justicia porque no puede ser que alguien instruya a apretar el gatillo a los militares y ahora quieran desentenderse de la situación, y cuando eso sucede está violándose derechos humanos, están violándose debidos procesos inexistentes. Esos son argumentos simplemente por eludir a la normalidad”, dijo en entrevista mientras estaba de visita por México.

El llamado del funcionario estadounidense surge un día después de que la justicia de Bolivia declarara improcedente la apelación por “aprehensión ilegal” presentada por Áñez y sus exministros, quienes deberán permanecer detenidos preventivamente, según reportó la cadena estatal Bolivia TV.

La Fiscalía acusa a la exmandataria interina y sus exministros de Justicia y de Energía de los delitos de “terrorismo, conspiración y sedición” en el marco del caso denominado “Golpe de Estado”, el cual presuntamente se consumó con la salida del expresidente Evo Morales de la Presidencia en 2019.

Áñez afirma que tal golpe de Estado “nunca” ocurrió y denunció una persecución política en contra suya y de sus exfuncionarios. Los exministros Álvaro Coimbra y Rodrigo Guzmán aseguran que sus detenciones carecen de bases jurídicas.

En noviembre de 2019, el entonces presidente de Bolivia, Evo Morales, renunció a su cargo luego de que una auditoría internacional de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sugiriera que los resultados de las elecciones del 20 de octubre no podían ratificarse debido a “graves irregularidades”.

La OEA aseguró que las supuestas faltas, que incluían errores en la cadena de custodia de las papeletas, alteración y falsificación de material electoral, redirección de datos a servidores no autorizados y manipulación de datos, impactaron el conteo oficial de los votos.

El resultado electoral sumergió a Bolivia en una crisis política y social que tuvo episodios violentos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad.

Solo entre octubre y diciembre de 2019, al menos 37 personas murieron en estos enfrentamientos, según un reporte de la Defensoría del Pueblo de Bolivia.

Áñez asumió la Presidencia interina de Bolivia el 12 de noviembre de 2019, luego de la salida de Morales y las renuncias del vicepresidente Álvaro García Linera, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra Arriaza, y el vicepresidente primero Rubén Medinaceli Ortiz.

Áñez era la siguiente en la cadena de la sucesión presidencial.

Morales gobernó Bolivia durante casi 14 años y tras renunciar salió del país el 11 de noviembre de 2019. Regresó el 9 de noviembre de 2020, luego de pasar casi un año exiliado en Argentina.

Con información de Abel Alvarado y Gloria Carrasco.