(CNN Español) – La representante de Wyoming Liz Cheney, la tercera republicana más importante de la Cámara de Representantes, rechazó públicamente las acusaciones falsas más recientes del expresidente Donald Trump, quien dijo que habría ganado las elecciones de 2020 si no fuera por los votos “fraudulentos”. Se trata de la última de sus reprimendas al exmandatario, que la han enfrentado con muchos miembros de su propio partido.
Cheney rechazó en repetidas ocasiones las afirmaciones infundadas de Trump de que hubo un fraude generalizado en las elecciones de 2020. Forma parte del grupo de 10 republicanos que votaron para someter a juicio político al expresidente por “incitación a la insurrección” después del motín mortal en el Capitolio el 6 de enero.
“La elección presidencial de 2020 no fue robada”, tuiteó Cheney el lunes. “Cualquiera que afirme que lo fue está difundiendo LA GRAN MENTIRA, dando la espalda al Estado de derecho y envenenando nuestro sistema democrático”.
Los dichos de Cheney fueron en respuesta a Trump, quien dijo en una declaración escrita el lunes que “La Elección Presidencial Fraudulenta de 2020 será conocida, a partir de este día, como ¡LA GRAN MENTIRA!”.
El panorama que enfrenta Cheney en el Partido Republicano
Las críticas abiertas de Cheney a Trump llevaron a algunos republicanos de la Cámara de Representantes a acusarla de crear división en la conferencia republicana y distraer de los objetivos del partido. Algunos advirtieron recientemente que Cheney podría enfrentarse a una votación para destituirla de su puesto en el liderazgo republicano de la Cámara, aunque Cheney sobrevivió a una prueba similar a principios de año.
El líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, tiene el poder de pedir que se realice la votación, pero no está claro si lo hará la próxima semana, según varias fuentes republicanas de la cámara.
Sin embargo, varios legisladores y asesores republicanos afirman que Cheney está sobre terreno muy inestable a nivel interno y consideran muy incierto que pueda mantener su puesto en caso de que se lleve adelante una elección secreta.
La posición de McCarthy
Cuando Cheney sobrevivió con facilidad a un intento de quitarla en febrero, McCarthy salió en su defensa. El legislador pidió a la Conferencia Republicana de la Cámara de Representantes que la mantuviera en el lugar en un discurso pronunciado a puertas cerradas.
No obstante, en esta ocasión la situación podría ser diferente. Una fuente republicana de la Cámara que ha estado en contacto con McCarthy dijo que el líder ha estado “furioso” con ella durante semanas en medio de los comentarios sobre Trump.
No se sabe quién reemplazaría a Cheney si fuera destituida de su puesto. Hay varios republicanos vistos como potenciales candidatos para el puesto del número tres, entre ellos el representante Mike Johnson de Louisiana, la representante Elise Stefanik de Nueva York y el representante Jim Banks de Indiana.
Banks, quien preside el influyente Comité de Estudios Republicanos, dijo a CNN que espera que puedan “evitar” una votación para destituir a Cheney. Pero dejó claro su descontento.
“Me gustaría que mi amiga Liz se uniera al foco y compartiera la misión de recuperar la mayoría”, dijo Banks.
“Parece muy, muy centrada en el pasado y en derribar a otros republicanos como yo”, agregó Banks, haciendo referencia en parte a las críticas que hizo Cheney de un memorándum de su autoría para recuperar la mayoría de la Cámara.
La conferencia se reúne en pleno por primera vez la próxima semana. En ese momento, McCarthy puede solicitar que haya una votación si decide hacerlo. Si no toma ese camino, hay procedimientos especiales para que en última instancia se fuerce otra votación, pero esos pasos pueden tardar semanas.
La posición de Cheney frente al ataque al Capitolio
En enero, una turba pro-Trump irrumpió en el Capitolio en un intento de revocar las elecciones de 2020 cuando el Congreso estaba certificando la votación. Si bien casi toda la conferencia republicana de la Cámara de Representantes votó a favor de absolver a Trump en el juicio político, Cheney lo culpó directamente del motín, y de la muerte de cinco personas. En este sentido, dijo que él “convocó”, “reunió” y “encendió la llama de este ataque”.
“Nunca hubo una traición más grande por parte de un presidente de Estados Unidos a su cargo y su juramento a la Constitución”, dijo Cheney.
El voto de Cheney para condenar a Trump desató un contraataque en la conferencia republicana de la Cámara de Representantes y en Wyoming, que Trump ganó con casi el 70% de los votos, la mayor cantidad de cualquier estado del país. Cheney también enfrentó críticas después de inclinarse para saludar al presidente Joe Biden la semana pasada, mientras recorría el pasillo para dar su discurso en una sesión del Congreso.
Sin embargo, Cheney no parece estar interesada en apartarse de sus puntos de vista, a pesar de la presión dentro del partido en Washington y los aspirantes a las primarias que hacen fila para enfrentarse a ella en Wyoming. Cheney abrió recientemente la puerta para postularse para presidenta en 2024 y criticó a los colegas en el Senado que apoyaron los esfuerzos para desafiar los resultados de las elecciones el 6 de enero.
En febrero, Cheney mantuvo por abrumadora mayoría su posición de líder en una votación secreta de 145 a 61. No obstante, algunos republicanos están cada vez más irritados porque sigue atacando públicamente a Trump.
La semana pasada le preguntaron a McCarthy si Cheney todavía era una buena candidata para el liderazgo. Él se negó a respaldarla y, en cambio, dijo que el futuro de Cheney lo determinaría la conferencia.
Lauren Fox de CNN contribuyó a este reporte.