(CNN) – Uno de los disidentes más rebeldes de Cuba ha pasado más de diez días en un hospital bastante vigilado de La Habana, pero no está claro qué tratamiento recibe, si es que recibe alguno.
El artista y activista Luis Manuel Otero Alcántara se encontraba en el octavo día de una huelga de hambre en protesta por lo que, según él, es una campaña de acoso del gobierno de Cuba en su contra cuando, antes del amanecer, los funcionarios de salud lo trasladaron a un hospital del gobierno.
Sus compañeros disidentes afirman que Otero Alcántara fue trasladado para recibir tratamiento en contra de su voluntad y que no han tenido más noticias de él que los videos publicados por los medios de comunicación estatales de Cuba.
Las autoridades sanitarias de Cuba dijeron que el día de su ingreso, Otero Alcántara no parecía haber sido privado de comida o agua y el martes informaron que está comiendo y bebiendo, lo que plantea la cuestión de por qué sigue hospitalizado e incomunicado.
En uno de los videos difundidos, Otero Alcántara aparece en buen estado de salud, bromeando con un administrador del hospital mientras afirma “voy a seguir exigiendo mis derechos como artista”.
Las autoridades sanitarias de Cuba afirman que Otero Alcántara sigue sometiéndose a pruebas y que está siendo tratado por voluntad propia.
Mientras el gobierno de Cuba se enfrenta a las repercusiones económicas del coronavirus y al endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos, Otero Alcántara y su pequeño grupo de “artivistas” expertos en tecnología son cada vez más una fuente de frustración para los funcionarios de la isla comunista.
En tuits y videos subidos a las redes sociales, Otero Alcántara y otros miembros de su Movimiento de San Isidro han documentado su campaña en tiempo real contra la censura oficial y la policía de Cuba y los funcionarios de seguridad que suelen seguir todos sus movimientos.
“Estamos conectados” es un lema y un hashtag frecuente en sus mensajes, una referencia a la reciente llegada de Internet móvil al país, que ha permitido a muchos cubanos evadir los medios de comunicación estatales y comunicarse directamente con el resto del mundo y sus compatriotas.
Algunos funcionarios de Cuba afirman que el autodidacta Otero Alcántara no es realmente un artista, lo que refleja la afirmación de Otero Alcántara de que los burócratas del gobierno no deberían decidir lo que se considera arte en la isla.
En ocasiones, Otero Alcántara ha amenazado con abrir una brecha entre el gobierno y los artistas cubanos, que en los últimos años han disfrutado de un estatus especial que les permitía criticar al gobierno, aunque de forma indirecta, y ganar divisas legalmente vendiendo sus obras a turistas y consumidores en el extranjero.
En noviembre, la policía detuvo a Otero Alcántara y a sus seguidores durante una huelga de hambre, alegando que habían violado las restricciones sanitarias establecidas para detener la propagación de la pandemia.
A las pocas horas, varios centenares de artistas y estudiantes cubanos organizaron una protesta inusual frente al Ministerio de Cultura de Cuba y algunas de las figuras culturales más conocidas de la isla expresaron su apoyo a Otero Alcántara y a una mayor libertad de expresión.
Las autoridades de Cuba liberaron rápidamente a Otero Alcántara y afirmaron que formaba parte de un “golpe blando” de Estados Unidos contra la isla.
“El espectáculo es muy similar a los montados en otras ocasiones por otros grupos mercenarios y títeres al servicio del gobierno de Estados Unidos”, decía un artículo del periódico del partido comunista cubano Granma sobre Otero Alcántara días después de la protesta. “El nuevo espectáculo, orquestado desde Washington y Miami, forma parte de los planes de subversión contra Cuba”.
Pero Otero Alcántara, un millennial afrocubano que vive en una zona degradada de La Habana Vieja a la que los turistas rara vez se aventuran, no encaja en la imagen tradicional de un militante anticastrista que lucha por devolver a la isla a los días anteriores a la revolución. Y es especialmente hábil a la hora de aprovechar los obstáculos que le ponen los funcionarios de Cuba como una forma de arte escénica que genera más atención para su movimiento.
Aunque su activismo, hasta ahora, no parece ser una amenaza existencial para el gobierno de Cuba, ha demostrado ser desconcertante para los funcionarios.
Otero Alcántara apareció en un video musical para la canción “Patria y Vida”, un juego de palabras con el lema revolucionario “Patria o Muerte”, que es como Fidel Castro terminaba sus discursos. El video de la canción, que se ha convertido en un himno de la resistencia contra el gobierno, cuenta con cinco millones de visitas en YouTube.
En abril, cuando la policía rodeó su casa, realizó una exhibición en la que se mantuvo restringido con un garrote alrededor del cuello.
Después de acusar a los agentes de la Seguridad del Estado de incautar su arte, Otero Alcántara exigió una indemnización de US$ 500.000 y dijo que, de nuevo, iba a iniciar una huelga de hambre.
“Lucharé hasta el último aliento por mi libertad artística”, escribió en un mensaje muy visto. “Si mi cuerpo muere, espero que sea una chispa para la libertad de Cuba”.
Cuando Otero Alcántara fue trasladado al hospital en mayo, los médicos emitieron un comunicado en el que decían que el activista “no mostraba signos de desnutrición”, tratando de poner en duda su huelga de hambre, pero dijeron que permanecería “en observación”.
Los medios de comunicación estatales de Cuba han publicado actualizaciones periódicas sobre Otero Alcántara, lo que supone un raro reconocimiento de la disidencia contra el gobierno. Pero, a excepción de un video en el que habla brevemente, no se ha sabido nada de él y sus partidarios dicen que la policía no les ha permitido verlo en persona.
Mientras los funcionarios de Cuba intentan adaptarse a la nueva forma de activismo de Otero Alcántara, el gobierno corre el riesgo de poner en peligro la posible mejora de las relaciones con la administración de Joe Biden, que hasta ahora se está moviendo con lentitud en el compromiso con la isla.
“Como todos los cubanos, Luis Manuel Otero Alcántara merece ser tratado con dignidad y respeto”, publicó en Twitter la Embajada de Estados Unidos en La Habana. “Hemos registrado informes de que está en el hospital y que se encuentra estable. Instamos a las autoridades a proteger su bienestar en este difícil momento”.
Algunos artistas cubanos sostienen que si se permitiera una mayor libertad de expresión, la tensión con el Estado y los artistas disminuiría.
“Estos pequeños escándalos se acabarán el día que legalicen las protestas”, escribió en su blog el famoso cantante Silvio Rodríguez, partidario de la revolución cubana desde hace mucho tiempo. “Protestas autorizadas. Socialismo democrático. Y la policía protegiendo a los que ejercen sus derechos”, continuó.
Sin embargo, altos funcionarios de Cuba advierten que podría haber una represión más dura en el horizonte.
“A los mercenarios lumpen que lucran con el destino de todos, a los que piden una invasión, a los que ofenden continuamente con palabras y hechos”, dijo el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en un discurso televisado en abril al aceptar el poderoso cargo de jefe del partido comunista de Cuba, “sepan que la paciencia del pueblo tiene límites”.