Sydney (CNN)– La Luna se iluminó de un rojo cobrizo brillante, grande y resplandeciente en el cielo nocturno.Y mientras la gente en tierra en Australia y Nueva Zelandia y partes del oeste de Estados Unidos miraban hacia arriba para admirar este raro eclipse de superluna de sangre, el 26 de mayo, tal vez la mejor vista de la maravilla astronómica estaba a 13.000 metros, en el cielo, a bordo de un “vuelo a ninguna parte”, operado por Qantas.
Durante tres horas, 180 viajeros cruzaron los cielos del puerto de Sydney y disfrutaron de un asiento en primera fila para este espectacular acontecimiento lunar.
“Fue maravilloso, creo que nunca había visto [la Luna] de esa manera desde tierra”, dijo el pasajero Abdullah Khurram a CNN.
Los boletos para el vuelo se agotaron en 2,5 minutos, ya que los viajeros australianos hambrientos de vuelos, actualmente limitados a viajar dentro del país o a Nueva Zelandia como parte de la burbuja de viajes, aprovecharon la oportunidad de un viaje de placer con vista.
“Un acontecimiento ‘inusual’”
Una superluna se produce cuando la Luna está en su punto más cercano a la Tierra, lo que significa que la Luna se ve más brillante y más grande para el ojo humano.
Por su parte, un eclipse lunar total se produce cuando la Luna atraviesa la sombra de la Tierra y, en consecuencia, se ve más oscura y roja.
“El color rojo procede de la luz solar que se filtra a través de la atmósfera de la Tierra, un anillo de luz creado por todos los amaneceres y atardeceres que se producen alrededor de nuestro planeta en ese momento”, explica la NASA en su página web.
Qantas trabajó con la astrónoma Vanessa Moss para crear “la trayectoria de vuelo óptima sobre el Océano Pacífico”. La aerolínea trazó la ruta de vuelo en torno a la trayectoria de la luna creciente y el momento del eclipse total.
¿El objetivo? Garantizar unas vistas lunares espectaculares a todos los pasajeros a bordo, que habían pagado desde AUS$ 499 por un boleto económico (US $386) hasta AUS$ 1,499 (US $1,160) por un asiento de clase ejecutiva.
Moss, quien también estaba a bordo del vuelo para hacer comentarios y entretener a los pasajeros con ideas lunares, dijo a CNN antes del vuelo que un eclipse de superluna de sangre es un acontecimiento bastante inusual.
“Por separado, una superluna y un eclipse lunar total no son tan raros, pero cuando se combinan los dos, puede ser bastante inusual”, dijo.
Australia no será testigo de otra superluna de sangre hasta 2033, añadió Moss.
Experiencia a bordo
El vuelo se realizó en un Boeing 787 Dreamliner, elegido por sus grandes ventanales que ofrecen óptimas oportunidades para contemplar la Luna.
Cuando el eclipse comenzó a las 9:11 p. m., hora local, la tripulación atenuó las luces de la cabina. Cuando la Luna cruzó la parte más oscura de la sombra de la Tierra, los pasajeros experimentaron la totalidad durante 14 minutos y 30 segundos.
El jefe de pilotos técnicos de Qantas, el capitán Alex Passerini, voló primero el avión hacia el norte desde el aeropuerto de Sydney, y luego hacia el sur, con la intención de dar a todos los pasajeros a bordo la oportunidad de contemplar la Luna, sacar una o dos fotos y disfrutar de la experiencia.
“Normalmente seguimos rutas fijas, pero los Servicios Aéreos de Australia nos dieron libertad para operar dentro de una zona determinada del espacio aéreo, y eso nos permitirá seguir maniobrando el avión, para mantener la Luna en la mejor posición”, dijo Passerini a CNN.
El piloto, quien ha pasado gran parte de la pandemia volando en vuelos de repatriación y transportando carga, comentó sobre la “energía” de los pasajeros y dijo que era un placer volar con un grupo de viajeros emocionados.
El entusiasta de la aviación Rory Ding le dijo a CNN que estaba emocionado no solo por ver este raro acontecimiento lunar desde el aire, sino también por tener la oportunidad de volar en un avión 787 Dreamliner por primera vez desde que la pandemia afectó a Australia.
La vista desde la ventanilla del avión era “como nada que hubiera visto antes”, dijo Ding.
Ding, que estaba sentado en clase económica, dijo que había un gran ambiente a bordo, con pasajeros que dejaban que otros pasajeros se cambiaran a los asientos de la ventana para asegurarse de que podían ver el eclipse.
El pasajero Aaron Seeto le dijo a CNN que, aunque tenía un asiento en el pasillo, su vecino de asiento compartió la vista de la ventana con él.
“Fue increíble”, dijo Seeto. “Sobre todo por el hecho de haberlo visto tan alto en el cielo con los ojos”.
A Ding también le impresionó la vista lunar.
“Había un brillo rojo muy intenso en la Luna, era vibrante, detallado y cautivador”.
Ding considera que los “vuelos a ninguna parte” son un “beneficio para todos”.
“Las aerolíneas consiguen mantener sus aviones en el cielo y el personal empleado”, dijo. “Desde el punto de vista del pasajero, es una forma estupenda de sentir esa sensación de emoción que solías tener cuando viajabas al extranjero en un viaje muy esperado”.
Seeto está de acuerdo.
“Es una idea realmente genial, deberían hacerse más de estos vuelos”.
Vuelo a ninguna parte
Al igual que muchas compañías aéreas, Qantas ha tenido problemas financieros durante la pandemia, y con Australia cerrada en gran medida a los viajes internacionales, gran parte de la flota de la compañía ha estado en tierra durante más de un año.
El vuelo de la superluna es el último de una serie de vuelos de Qantas “a ninguna parte”, que comenzó en octubre con un vuelo sobre algunos de los monumentos más famosos de Australia.
Algunos han criticado a Qantas por quemar combustible innecesariamente durante la crisis climática. El otoño pasado, un portavoz de Amigos de la Tierra le dijo a CNN Travel que consideraban el vuelo como “esencialmente la definición de un viaje sin sentido”.
Qantas se comprometió a compensar el 100% de las emisiones de carbono del vuelo de octubre y tiene previsto hacer lo mismo con el vuelo de la superluna.