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¿Podrá Biden lograr su plan de modernización de infraestructura en EE.UU.? Montenegro lo analiza
03:32 - Fuente: CNN

(CNN) – Los republicanos del Senado presentaron este jueves por la mañana una contrapropuesta de US$ 928.000 millones a la amplia propuesta de infraestructura del presidente Joe Biden, mientras uno de los asesores más cercanos al presidente hizo un llamado a sus aliados para que acepten las propuestas de la Casa Blanca.
El grupo de republicanos del Senado que negocia con Biden en materia de infraestructuras dio a conocer su más reciente contrapropuesta en este ámbito el jueves por la mañana, justo antes del último esfuerzo del presidente por volver a centrar la atención en su amplia agenda económica. La propuesta no alcanza el billón de dólares que los republicanos del Senado habían dicho que Biden estaba dispuesto a aceptar durante sus negociaciones en la Casa Blanca.

Según un documento obtenido por CNN, la propuesta del Partido Republicano incluye US$ 506.000 millones para carreteras, puentes y grandes proyectos; US$ 98.000 millones para sistemas de transporte público; US$ 46.000 millones para ferrocarriles de pasajeros y de carga; US$ 21.000 millones para seguridad; US$ 22.000 millones para puertos y vías marítimas; US$ 56.000 millones para aeropuertos; US$ 22.000 millones para almacenamiento de agua en el oeste; US$ 72.000 millones para infraestructura de agua; US$ 65.000 millones para infraestructura de banda ancha; y US$ 20.000 millones para financiación de infraestructura.

El presidente informó el jueves que planea reunirse con la senadora Shelley Moore Capito, republicana de Virginia Occidental y quien lidera el equipo negociador del Partido Republicano en el Senado, la próxima semana para tratar la contrapropuesta.

“Todavía no he tenido la oportunidad de repasar los detalles de la contrapropuesta hecha por Capito. Nos reuniremos en algún momento de la semana que viene, y veremos si podemos avanzar, y tendré más que decir al respecto en ese momento”, dijo Biden a los periodistas en la pista antes de partir hacia Cleveland.

Lo expuesto por el Partido Republicano es una señal de que las conversaciones bipartidistas continuarán, pero los republicanos y la Casa Blanca siguen estando muy alejados en cuanto al nuevo gasto en infraestructuras y a la forma de pagarlo todo. No está claro cuánto pueden acercarse las dos partes para llegar a un acuerdo antes del regreso del Congreso el 7 de junio.

La Casa Blanca presiona para obtener más

La propuesta llega cuando Mike Donilon, asesor principal de Biden y uno de sus ayudantes más cercanos, dijo a sus aliados en un memorando interno obtenido por CNN que el momento es “un punto de inflexión” para el futuro de la economía y del país.

Donilon trató de contrarrestar directamente las objeciones del Partido Republicano tanto a la escala de la propuesta de Biden como a los aumentos del impuesto corporativo que ha propuesto para pagarla.

“Cuando los republicanos critican el plan del presidente para reconstruir nuestra economía a través de inversiones largamente esperadas en la infraestructura de nuestro país, están criticando lo que sus propios electores han estado pidiendo durante décadas”, escribió Donilon en el mensaje distribuido el jueves por la mañana. “Cuando atacan el plan del presidente para que los ricos paguen su parte de impuestos, están atacando el sentido básico de justicia del pueblo estadounidense”.

Biden viajó el jueves a Cleveland para presentar sus propuestas económicas en un momento crítico de las negociaciones bipartidistas sobre un posible acuerdo de infraestructuras.

“Le dimos la vuelta a una pandemia que se produce una vez en el siglo. Le dimos la vuelta a una crisis económica que se produce una vez en una generación, y las familias empiezan a poder respirar un poco más tranquilas. Todavía nos queda trabajo por hacer, pero nuestro futuro es hoy tan brillante y tan abierto como siempre lo ha sido”, afirmó Biden, hablando desde el Cuyahoga Community College.

Continuó: “Y ahora nos enfrentamos a la pregunta: ¿Qué tipo de economía vamos a construir para el mañana?”.

Biden señaló que el Cuyahoga Community College fue la sede del último mitin que tenía previsto celebrar como candidato en marzo de 2020, antes de que la pandemia paralizara el país. Destacó la respuesta de su gobierno a la pandemia y el rápido progreso que ha hecho la nación desde que se canceló ese mitin, ya que el 50% de los adultos estadounidenses se han vacunado contra el covid-19.

Además del programa nacional de vacunación, Biden habló de la amplia ley de ayuda contra el covid-19, de US$ 1,9 billones, que proporcionó ayuda económica directamente a los estadounidenses y a las empresas.

El presidente mostró una lista de legisladores republicanos que han pregonado las inversiones de la ley de alivio del covid-19, o el “Plan de Rescate de Estados Unidos”, bromeando que no daría nombres, pero diciendo: “Algunos no tienen vergüenza”. Ni un solo republicano votó a favor de la ley de alivio del covid-19 en el Congreso.

Biden presionó para que se realicen inversiones en infraestructuras a gran escala, incluso en investigación y desarrollo, argumentando: “Debemos ser el número uno del mundo para liderar el mundo en el siglo XXI. … Y el banderazo de salida ya sonó: no podemos permitirnos quedarnos más atrás”.

“La conclusión es ésta: el plan económico de Biden está funcionando. Hemos tenido una creación de empleo récord. Estamos registrando un crecimiento económico récord. Estamos creando un nuevo paradigma, uno que recompensa a los trabajadores de esta nación, no solo a los de arriba”, dijo Biden.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo en un comunicado que la Casa Blanca estaba “agradecida” con Capito por la propuesta, que según ella “aumenta sustancialmente el nivel de financiación”.

“En una primera revisión, observamos varias adiciones constructivas a las propuestas anteriores del grupo, incluso en carreteras, puentes y ferrocarril”, escribió Psaki. “Al mismo tiempo, nos sigue preocupando que su plan siga sin proporcionar nuevos fondos sustanciales para necesidades críticas de creación de empleo, como arreglar nuestros hospitales de veteranos, construir sistemas ferroviarios modernos, reparar nuestros sistemas de tránsito, eliminar las peligrosas tuberías de plomo y potenciar el liderazgo de Estados Unidos en una economía de energía limpia que genere empleo, entre otras cosas”.

El estado de la cuestión

Tras semanas de avances y retrocesos, sin que hasta ahora se haya logrado un acuerdo claro, la contrapropuesta del grupo republicano del Senado es el más reciente punto de conflicto.

Biden, cuya propuesta más reciente era de US$ 1,7 billones, ha indicado que estaría abierto a discutir un plan de US$ 1 billón, según han dicho los senadores a CNN. Pero las disputas hasta ahora van más allá del costo total, con puntos de vista muy diferentes sobre la escala de cualquier propuesta de compromiso potencial y cómo se pagaría, siguen siendo los principales obstáculos.

Biden ha dejado claro, tanto en público como en privado a sus asesores y aliados, que considera valioso llegar a un acuerdo bipartidista de menor alcance, incluso si eso significa posponer elementos de su propuesta inicial de infraestructuras y empleo de US$ 2,3 billones hasta un esfuerzo posterior. Pero también ha dejado claro que no está dispuesto a reducir drásticamente el alcance de su propuesta.

Pero la Casa Blanca y los republicanos siguen estando muy alejados. Una de las razones es el hecho de que los republicanos del Congreso siguen ofreciendo una cantidad menor de nuevos gastos que la que quiere la Casa Blanca. Según los asesores republicanos, esa cifra ronda los US$ 257.000 millones, lo que está muy lejos de la propuesta de la Casa Blanca de la semana pasada.

En su propuesta del jueves, los republicanos reafirmaron que quieren pagar este plan utilizando los fondos no gastados del alivio del covid, las contribuciones de los usuarios de los autos eléctricos y el impuesto existente sobre la gasolina. Sin embargo, la Casa Blanca considera que los fondos no gastados de la ayuda del covid no son una opción porque argumentan que gran parte de ese dinero ya se ha gastado. Los republicanos, por su parte, siguen sin ceder a la hora de introducir cambios en su proyecto de ley fiscal de 2017.

Psaki descartó esencialmente la idea de utilizar los fondos de ayuda de covid en una declaración realizada más tarde el jueves.

“El Plan de Rescate Estadounidense está funcionando exactamente como se pretendía: proporcionando alivio a las familias, las empresas y las comunidades para tender un puente a nuestra economía hacia el final de la pandemia y hacia una fuerte recuperación”, dijo en un comunicado, añadiendo que “las principales disposiciones de la ley para los gobiernos estatales y locales, las escuelas de educación básica, las instituciones de educación superior y los proveedores de cuidado infantil se han asignado casi en su totalidad. Los gobiernos locales, las escuelas y otras entidades ya están presupuestando para este año y los siguientes con estos fondos”.

La definición de infraestructura también sigue siendo un punto de fricción. La propuesta del Partido Republicano no hace ninguna concesión sobre la idea de que quieren que este proyecto de ley sea solo de infraestructura física. Aunque aumentaron su propuesta en algunas áreas, no han hecho ajustes por el hecho de que el equipo de Biden ha seguido incluyendo en su propuesta elementos de atención domiciliaria.

Una posible vía de acuerdo es la incorporación de partes de la propuesta republicana al proyecto de ley de autopistas a cinco años del senador Tom Carper, demócrata de Delaware y viejo aliado de Biden, y Capito, que fue aprobada por el comité de manera anónima esta semana. Esto podría ser un “acuerdo” bipartidista que satisfaga a los principales senadores demócratas Joe Manchin, de Virginia Occidental, y Kyrsten Sinema, de Arizona, y permitiría a la Casa Blanca perseguir lo que queda de su agenda a través de la reconciliación.

La agresiva estrategia está destinada a aprobar las políticas que la Casa Blanca argumenta que son populares. Donilon utilizó el memorándum para insistir en un punto clave que los funcionarios de la Casa Blanca han tratado de transmitir a sus aliados durante meses: las propuestas que Biden ha puesto sobre la mesa cuentan con un amplio apoyo, según las encuestas. Donilon cita más de una docena de encuestas en el memorándum para hacer esta afirmación, que los funcionarios consideran una ventaja en sus negociaciones con los republicanos.

“El pueblo estadounidense, en todo el espectro político, envió un mensaje claro, la cuestión ahora es si los republicanos del Congreso escucharán”, escribe Donilon.

Donald Judd de CNN contribuyó con este reportaje.