(CNN) – Es la mayor pelea legal del mundo del arte: un oligarca ruso, que afirma haber sido estafado al comprar obras maestras de varios millones de dólares, contra un comerciante de arte suizo que dice que solo era un negocio.
Ahora, tras seis años de pleitos en múltiples jurisdicciones, parece que las cosas vuelven a cambiar en una saga tan dramática que ha recibido un nombre digno de un guion cinematográfico: “El Escándalo Bouvier”.
La persecución y un nuevo giro en el escándalo
El magnate ruso de fertilizantes Dmitry Rybolovlev persigue desde hace años a Yves Bouvier, comerciante de arte suizo y magnate del almacenamiento en puertos libres, por todo el mundo en varios tribunales.
Rybolovlev alega que lo estafaron con US$ 1.000 millones por 38 obras de arte a precio exorbitante que le vendió Bouvier en el transcurso de una década.
Pero en un nuevo giro, Bouvier declaró a CNN que está preparando su propia contrademanda por daños y perjuicios de US$ 1.000 millones de dólares contra Rybolovlev, tras emprender acciones legales en Singapur en febrero.
En este giro, Bouvier alega que una larga batalla judicial con Rybolovlev arruinó sus negocios y su reputación.
Escándalo que incluye al “Salvator Mundi”
Hasta ahora, los casos mantienen con empleo a un ejército de abogados y a gestores de reputación en ambos lados, ya que cada parte presenta una acusación contra otra, incluyendo reclamaciones de intimidación e intriga política.
El conflicto también incluye algunas de las obras de arte más valiosas y controvertidas, como la compra en 2013 del cuadro más caro y enigmático del mundo: el “Salvator Mundi”, que algunos consideran obra de Leonardo da Vinci a pesar de los años de debate sobre su autenticidad, una obra por la que Bouvier obtuvo un margen de beneficio de más del 50%.
Aunque otros creyeron durante mucho tiempo que se trataba de una copia o de una obra del taller de Leonardo, el “Salvator Mundi” se adquirió en 2005 por un consorcio de comerciantes de arte especulativo por menos de US$ 10.000.
Ocho años más tarde, después de que restauraran el cuadro y lo declararan obra del maestro del Renacimiento, Bouvier lo compró por US$ 80 millones tras conseguir la ayuda de un jugador de póquer para rebajar el precio.
El comerciante lo vendió rápidamente por US$ 127,5 millones a su cliente de entonces, Rybolovlev, a través de los instrumentos en el extranjero de ambos, según una factura que se menciona en documentos judiciales, acordando una comisión del 1%.
“La fantasiosa historia de Bouvier es falsa”
Y aunque el oligarca ruso subastó posteriormente el cuadro por la asombrosa cifra de US$ 450 millones en 2017, a un comprador secreto que ahora se cree que es el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, alega sin embargo que Bouvier le defraudó, una afirmación que Bouvier niega.
Rybolovlev no aceptó una entrevista para esta historia, pero un portavoz de las organizaciones familiares de Dmitry Rybolovlev dijo a CNN lo siguiente:
“Estos asuntos se están llevando a cabo en los tribunales, donde esperamos demostrar lo que ocurrió y que la fantasiosa historia de Bouvier es falsa.
“Por ahora, lo más destacable es lo que Bouvier no cuestiona: como asesor de arte, pretendía ayudar a sus clientes a reunir una colección de arte con un coste de US$ 2.000 millones, mientras que en secreto se llevaba la mitad de ese precio para él”.
Bouvier niega ser asesor de arte
Sin embargo, Bouvier niega ser un “asesor de arte”, una cuestión que ha estado en el centro del conflicto y de las acusaciones de Rybolovlev de abuso de confianza.
“Soy un comerciante de arte”, dijo a CNN. “Los contratos preparados por los abogados de Rybolovlev y todas mis facturas me describen explícitamente como ‘el vendedor’.
“Rybolovlev nunca ha conseguido convencer a un solo juez o fiscal de lo contrario, en ninguna jurisdicción, por la sencilla razón de que sus alegaciones no se ajustan a la realidad de nuestras relaciones contractuales”.
La batalla legal engloba muchos de los problemas que reguladores han relacionado con el creciente mercado mundial de este sector: el arte, en las manos equivocadas, se convierte en una mercancía más para mover dinero con poca responsabilidad financiera.
Un “Salvator Mundi” fuera del ojo público
Por otra parte, el “Salvator Mundi” no se ha visto desde la venta récord. Pero volvió a los titulares después de que un documental francés afirmara en abril que el cuadro estuvo en el centro de una disputa diplomática entre Francia y Arabia Saudita, en medio de las dudas sobre su autenticidad y la petición del reino de que se expusiera en el Louvre.
CNN se puso en contacto con el reino de Arabia Saudita para pedirle comentarios, pero aún no se recibe respuesta.
En el documental The Savior for Sale, un alto funcionario francés anónimo afirma que el príncipe bin Salman se empeñó en que el “Salvator Mundi” se expusiera junto a la “Mona Lisa” para consolidar su lugar como un auténtico Leonardo, a pesar de las continuas dudas sobre si la obra es totalmente del maestro italiano.
El gobierno francés decidió finalmente no exponer el cuadro bajo las condiciones de los saudíes, lo que, según las declaraciones del funcionario anónimo en la película, “equivaldría a lavar dinero de una obra que costó US$ 450 millones”.
Incluso con el cuadro fuera de la vista del público, los historiadores del arte y los expertos siguen debatiendo si el “Salvator Mundi” es un Leonardo original o si simplemente el maestro contribuyó a una pintura que fue ejecutada predominantemente por su taller.
Esta diferencia podría afectar su valor en cientos de millones de dólares, dado que en el mundo hay menos de 20 cuadros de Leonardo completamente auténticos.
¿Un verdadero Leonardo?
Parece que incluso los que buscaban beneficiarse del cuadro tenían dudas sobre su autenticidad.
Los correos electrónicos compartidos con CNN por Bouvier parecen mostrar una comunicación entre Bouvier y un representante de Rybolovlev en la que el comerciante aconsejaba a su cliente en 2013 que la obra era una cosa hermosa pero no una buena inversión.
Estaba tan restaurada, escribió el comerciante, que los expertos dudaban de que la obra hubiera sido completada en su totalidad por el propio Leonardo, y ni el Vaticano ni ningún museo importante del mundo habían expresado su interés en adquirirla.
“Las manos son las partes mejor conservadas”, dice el correo electrónico de Bouvier, fechado el 22 de marzo de 2013, mientras que “el resto se restauró en gran medida”.
En otro correo electrónico, Bouvier escribe que cualquier “comprador que adquiera este cuadro que nadie quiere a un precio demasiado alto será visto como un ‘pichón’ y se convertirá en el hazmerreír del mercado y perderá credibilidad”, debido a la “bajísima proporción de autenticidad que parece haber tenido la mano del propio Leonardo”.
No obstante, Bouvier consiguió que Sotheby’s le prestara el “Salvator Mundi” (con un depósito de US$ 63 millones, según él). Afirma que luego dispuso que se entregara en el ático del oligarca ruso en Manhattan en un “portadocumentos negro”.
“Sorprendente” que Bouvier pusiera en duda la autenticidad de la pintura
Antoine Vitkine, el cineasta que pasó dos años produciendo el reciente documental, dijo a CNN que le sorprendió saber que Bouvier, que comenzó su carrera como un extraño en el mundo del arte, estaba entre los que ponían en duda las credenciales de la pintura, dado que expertos más prominentes le dieron la autentificación al “Salvator Mundi”.
“Es sorprendente”, dijo Vitkine, añadiendo que cree que algunos destacados historiadores del arte que han arriesgado su reputación en el “Salvator Mundi” fueron más flexibles de lo que normalmente serían cuando se trata de opinar sobre una pintura redescubierta.
Entre los que apoyan que la pintura es de Leonardo, se encuentra la National Gallery del Reino Unido, que expuso el “Salvator Mundi” en 2011 y lo catapultó al centro de la atención mundial. La inauguración del cuadro fue, en su momento, ampliamente cubierta por la prensa, incluida CNN.
“Hay que recordar que hay mucha gente interesada en esta obra”, dijo Vitkine.
Un amargo ir y venir
Bouvier siempre ha negado las acusaciones de fraude formuladas contra él por Rybolovlev, quien vio su propia cuota de controversia en la prensa sensacionalista, incluyendo un divorcio que acaparó titulares y la compra de una propiedad a un precio exorbitante a Donald Trump años antes de que el expresidente asumiera el cargo.
El oligarca ruso, que es presidente y copropietario del AS Monaco Football Club, está luchando contra cargos en relación con un escándalo de soborno de funcionarios monegascos en relación con el litigio Bouvier, en un caso apodado “Monacogate” por la prensa en francés.
Los abogados de Rybolovlev dijeron en un comunicado: “En lo que respecta a estas acusaciones, Dmitriy Rybolovlev sigue siendo presuntamente inocente. Confía plenamente en el resultado de este caso, en el que, tras más de tres años y medio de investigación, no se ha podido encontrar ninguna prueba convincente contra él”.
Un Toulouse-Lautrec también está en la trama
En los últimos seis años, Bouvier evitó acciones legales en Mónaco, Singapur y Hong Kong.
Una demanda de US$ 380 millones, iniciada por Rybolovlev contra Sotheby’s por supuestamente ayudar a Bouvier a inflar sus precios, sigue su curso en Nueva York.
Ese litigio volvió a ser de dominio público el 7 de mayo, cuando el equipo jurídico de Rybolovlev modificó su demanda por primera vez en dos años para incluir la venta de un cuadro de Henri de Toulouse-Lautrec a nombre de Rybolovlev por Sotheby’s a través de Bouvier, alegando que era difícil recuperar el precio pagado por la obra debido a su valor inflado.
Rybolovlev también afirma en la demanda que no se le pagaron los US$ 9,5 millones que la casa de subastas le debía por la venta. Sotheby’s impugna la demanda.
Según Bouvier, la avalancha de litigios puso su vida de cabeza. “Solía ser un empresario, alguien con muchos negocios y una empresa familiar construida a lo largo de 50 años”, dijo a CNN.
“Es un trato muy bueno para mi empresa”
“Desde que empezó todo esto, lo único que hago es dedicar mi tiempo a defenderme en los tribunales y mi reputación en la prensa”, dijo Bouvier, quien admite que ganó US$ 40 millones al vender el “Salvator Mundi” en dos días.
Los mensajes de texto que aparecen en el documental francés —no confirmados de forma independiente por CNN— parecen mostrar a Bouvier afirmando a los ayudantes de Rybolovlev que no podía asegurarle un precio mejor que la cantidad que finalmente pagó el ruso.
“Es un trato muy bueno para mi empresa. No me voy a quejar”, dijo Bouvier cuando se le preguntó por la gran diferencia.
“Hay que entender cómo fue esto”, agregó Bouvier. “Estaba en la lista negra de las casas de subastas, los bancos no me concedían créditos (y) tuve que empezar a vender activos para mantener a mi personal y mis negocios”.
Bouvier afirma que lo han espiado y seguido por varias personas que no conoce. A través de un representante suyo, compartió con CNN una investigación privada de 81 páginas que parece que compartió con los fiscales de Ginebra, con el nombre en clave de “Buldog”, la cual se encargó a una empresa de seguridad suiza llamada 4CTM.
Más allá de la conclusión de que un grupo de hombres lo siguió —que la empresa creía que eran británicos como parte de una “operación de gran presupuesto”—, el informe no fue capaz de identificar a las personas que supuestamente seguían a Bouvier.
Sobre este tema, el representante de Rybolovlev no hizo ningún comentario.
CNN se puso en contacto con el servicio de seguridad 4CTM para que comentara su informe, pero aún recibe respuesta.
Sacar provecho de la opacidad del mundo del arte
Para el autor y cineasta Ben Lewis, cuyo libro de 2019 El último Leonardo detalla el drama que rodea al “Salvator Mundi”, la pelea pública entre Bouvier y Rybolovlev levanta el velo sobre el lado oscuro del mercado del arte.
“El escándalo Bouvier es un ejemplo clásico de lo que puede ir mal en el secreto, opaco y —entre comillas— discreto mercado del arte”, dijo Lewis durante una entrevista con CNN en Londres, y señaló que algunas partes del mundo del arte tienen una reputación dudosa por su forma de hacer negocios.
“Opacidad, falta de transparencia, codicia, evasión de impuestos, lavado de dinero, deshonestidad histórica del arte, disimulo, falta de sinceridad, corrupción. Es decir, ¿dónde acaba todo esto?”, agregó.
Sin embargo, el secretismo, los elevados márgenes de ganancia y los contenciosos legales del escándalo del “Salvator Mundi” no son representativos de la gran mayoría de las transacciones de arte, afirmó el coleccionista y experto en arte Kenny Schachter.
“El hecho de que la gente diga siempre que el mundo del arte está tan poco regulado y tiene un lado oscuro es un poco exagerado”, dijo Schachter, en una entrevista telefónica con CNN.
Añadió que el arte no es más corrupto que otras industrias que implican acuerdos multimillonarios, como la inmobiliaria, la joyería y la banca. “No importa lo que sea, cuando hay mucho dinero, va a haber malas acciones”, comentó.
Ocultar obras de arte valiosas
Pero en lo que se refiere al secretismo que existe en ciertas facetas del mundo del arte, Bouvier no solo se dedica a la venta de obras de arte valiosas, sino que construyó su carrera ayudando a los ricos a mantener ocultas obras valiosas.
Además de haber sido uno de los principales inversores en el puerto libre de Ginebra, un enorme almacén de alta seguridad en el que coleccionistas y galerías guardan las obras de arte en depósitos fiscales, el comerciante suizo ayudó a crear nuevos puertos libres en Luxemburgo y Singapur.
Bouvier dijo a CNN que Rusia también expresó su interés en tener su propio puerto libre exento de impuestos.
En 2016, un año después de sus problemas legales, Bouvier dijo que lo contactó Yury Trutnev, vice primer ministro de Rusia y amigo personal de Rybolovlev, con una propuesta para ayudar a construir uno en Vladivostok, a instancias del presidente Vladimir Putin.
Una fotografía, que Bouvier compartió con CNN, parece mostrar a Bouvier y Trutnev en una reunión en Singapur. El comerciante suizo también compartió varios correos electrónicos, que CNN no pudo verificar de forma independiente, en los que aparentemente se ve a funcionarios rusos invitándole a unirse al proyecto.
Un favor
El puerto libre ruso finalmente no salió adelante. Pero Bouvier afirma que pidió al vice primer ministro de Rusia que interviniera en su disputa con Rybolovlev a cambio de su ayuda en el proyecto.
“Le mencioné (a Trutnev): ‘Tengo algunos problemas legales con uno de sus conciudadanos’”, comentó Bouvier. “Me dijo: ‘Me ocuparé de ello’. Fue entonces cuando lo entendí. El mensaje era: ‘Si me ayudas a resolver este problema, haré que el tuyo desaparezca’”.
CNN se puso en contacto con el gobierno ruso y con la oficina de Trutnev para pedirles comentarios, pero aún recibe respuesta.
“Puede que haga negocios con Rusia en el futuro, ¿por qué no? Es un país de gran cultura, pero nunca volvería a hacer negocios con un oligarca”, señaló Bouvier.
Élite rusa
La élite rusa que se relaciona con el Kremlin ya está siendo investigada por sus posesiones de arte.
Un informe, que publicó el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado de Estados Unidos en 2020, afirmaba que empresas vinculadas a otros dos oligarcas rusos con estrechos vínculos con el Kremlin explotaron la opacidad del mundo del arte para eludir sanciones.
Los hallazgos llevaron a los senadores a pedir una mayor transparencia en el sector de las bellas artes.
“Es increíble que las regulaciones bancarias de Estados Unidos no se apliquen actualmente a las transacciones multimillonarias de arte, y no podemos permitir que eso continúe”, dijo entonces en un comunicado el senador de Ohio Rob Portman, presidente de la comisión.
“¿Y quién puede decir cuánto vale realmente?”
Las obras maestras de arte suelen tener un alto valor en dólares en un lienzo pequeño y portátil, dice Ben Lewis. “Cincuenta millones de dólares en una maleta, ¿verdad? ¿Y quién puede decir cuánto vale realmente?”.
La Unión Europea y el Reino Unido también han reforzado las regulaciones sobre las ventas de arte con la legislación contra el lavado de dinero adoptada en 2020.
Esas regulaciones requieren que las casas de subastas y los comerciantes de arte hagan la debida vigilancia en los nuevos clientes para cualquier transacción que supere unos US$ 12.000.
“Ha habido un aumento constante en las normas de cumplimiento”, dijo Schachter. “Es un gran error que la gente piense que el mundo del arte es solo un pozo negro… Tal vez era más así en el pasado, pero definitivamente ha habido un endurecimiento de las medidas”.
Schachter también señaló que el almacenamiento de arte en puertos libres es relativamente común y suele hacerse por razones legítimas, como no tener suficiente espacio en las paredes para una vasta colección de arte.
“Un verdadero coleccionista es alguien que no se ve obstaculizado por la falta de espacio para colgar algo o por la falta de dinero para comprarlo, porque los coleccionistas simplemente tienen que tenerlo y siempre encontrarán la manera, a veces de forma ilícita, pero casi siempre no”, afirmó. “No creo que todos en el mundo del arte sean ángeles, pero no creo que (los puertos libres) estén hechos a propósito para la evasión fiscal o el lavado de dinero”.
Y, a todo esto, ¿dónde podría estar el ‘Salvator Mundi’?
Con el telón de fondo de las disputas legales, hay una pregunta en boca de todos en el mundo del arte: ¿Dónde está el “Salvator Mundi”?
Bouvier pone en duda las recientes informaciones de que está en el yate del príncipe bin Salman, como se alegó en 2019.
“Poner un cuadro así en un yate, con el aire del mar y la evaporación sería una absoluta estupidez. No puedo creer que el comprador pusiera este cuadro en un entorno así”, dijo Bouvier.
“Está en un tablero de madera, que puede deformarse en poco tiempo”, dijo, refiriéndose al panel de nogal en el que se pintó la obra.
Vitkine especula que “puede ser que algún día lo veamos en el Louvre de Abu Dhabi. ¿Quién sabe?”.
Mientras tanto, Lewis cree que podría estar en un palacio de Arabia Saudita, listo para ser presentado —quizá antes de finales de este año— como parte del impulso del reino para marcarse como un centro de arte y cultura.
“Lo importante del mercado del arte es que detrás de los objetos más bellos se esconden a menudo los motivos más desagradables”, dijo.
“‘Salvator Mundi’ significa ‘Salvador del mundo’. Y, en cierto modo, el cuadro no es ahora tanto el Salvador del mundo’, como el ‘Salvador de Arabia Saudita’”.
Mientras tanto, con las disputas legales entre los antiguos propietarios del cuadro resurgiendo una vez más, esta valiosa obra maestra y otras que estuvieron en la misma colección siguen poniendo a prueba la reputación de muchos.
Lauren Kent, de CNN, contribuyó a este artículo.