(CNN) – A medida que el B-52 Stratofortress se acerca desde abajo, los adornos en la cabina reflejan la importancia del día. Junto a un peluche de Benny the Bull, la mascota de los Chicago Bulls, se encuentra una bandera estadounidense que cubre el tablero de un extremo al otro. Es el Día de los Caídos en Estados Unidos, uno de los festivos más importantes del país, pero estos aviadores tienen poco tiempo para celebrar o recordar.

Y a más de 8.000 metros de altura, en algún lugar de la frontera del Reino Unido, hay poco margen de error.

El B-52 lleva una bandera estadounidense durante el ejercicio de la OTAN el Día de los Caídos.

“Estábamos repostando un B-52 que estaba realizando una operación de la OTAN en el espacio aéreo de la OTAN”, explica el capitán Todd Berglund a bordo de un avión cisterna KC-135, una de las naves para reabastecimiento de la Fuerza Aérea estadounidense. “Básicamente solo tratamos de asegurarnos de que estamos habilitando su misión y que pueden hacer lo que necesitan hacer”

La operación puede llevar entre 15 minutos y una hora y requiere de una gran coordinación entre la tripulación de las dos aeronaves. Ambas reducen su velocidad a apenas 500 km/h aproximadamente y sincronizan los movimientos. Esto permite que un brazo descienda del KC-135 y se conecte a una abertura en la parte superior del B-52, bombeando miles y miles de litros de combustible en minutos.

Los aviadores, que han hecho esto muchas veces antes, hacen que ese trabajo complicado se vea sin contratiempos. “Lo hacemos tan a menudo que se convierte en un hábito, es nuestra profesión, es lo que hacemos”, dice el capitán Berglund. “Por suerte hoy salió todo según lo planeado, pero no siempre pasa así”, agrega.

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Mientras se realizaba la operación de reabastecimiento, dos aviones de la Real Fuerza Aérea Británica (RAF, por sus siglas en inglés) —un Typhoon y un Hawk 1 de entrenamiento— siguieron el encuentro, practicando para ocasiones en que aviones enemigos entren en el espacio aéreo del Reino Unido.

“Practican muchas de las interceptaciones para que, si necesitan hacerlo de manera operativa, sepan lo que es intervenir si el avión de un país entra en su espacio aéreo y cómo hacerlo”, explicó el capitán Berglund.

Operación “Cielo aliado”

La operación del lunes formaba parte de un ejercicio más grande de la OTAN que encabezó el grupo de trabajo de bombarderos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. En la operación “Allied Sky” (Cielo aliado), cerca de 100 aviones de 22 países miembros de la OTAN se juntaron para sobrevolar todos los países que integran la alianza del Atlántico Norte en un lapso de 12 horas.

“Las misiones de bombarderos demuestran la credibilidad de nuestras fuerzas para afrontar un entorno global de seguridad que es más diverso e incierto que en cualquier otro momento de nuestra historia”, dijo el general Jeff Harrigian, comandante del Comando Aéreo Aliado de la OTAN, las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos en Europa y África. “La misión de hoy es una demostración impresionante de la superioridad aérea de la OTAN y juntos no hay ningún reto que no podamos afrontar”, agregó.

Un Eurofighter Typhoon de la fuerza aérea británica practica una interceptación, del tipo que se experimentan regularmente en los cielos de Europa del este.

Si bien la interceptación que hicieron los aviones de la RAF en cielos británicos era simplemente un ejercicio, cuando las Fuerzas Aéreas estadounidenses sobrevuelan partes de Europa del este, el Báltico o el mar Negro con frecuencia se encuentran con aeronaves rusas.

Para momentos como esos es que entrenan el capitán Berglund y su tripulación.

“Las cosas pueden pasar bastante rápido, es difícil predecir cuán ocupado está el espacio aéreo, cuán ocupadas están las radios, si habrá otros aviones”, dice. “En realidad es solo repasar todas las contingencias en tu cabeza, cómo actuar si algo cambia”.

En la última década, varios encuentros con aeronaves rusas han sido calificados como peligrosos por parte de las fuerzas armadas estadounidenses, quienes han criticado a sus homólogos rusos por acciones poco profesionales y peligrosas.

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Forma parte de un patrón de comportamiento de ambas partes que recuerda la era de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos y la entonces Unión Soviética constantemente se ponían a prueba entre sí, pinchando a las defensas en busca de posibles debilidades.

Y al tiempo que Estados Unidos vuela sus B-52 sobre Europa, Rusia desplegó la semana pasada tres de sus bombarderos Tu-22M en la base aérea de Hmeymim en Latakia, Siria. El Tu-22, también conocido como ‘Backfire’, sobrevoló Siria muchas veces en los últimos años, mientras Rusia intervenía para ayudar al presidente Bashar al-Assad durante la guerra civil del país. Sin embargo, antes siempre volaban desde sus bases en Rusia.

Aviones de 22 estados miembro de la OTAN sobrevolaron todos los países de la alianza en 12 horas.

Esta es la primera vez que se despliegan en Hmeymim. La medida forma parte de un compromiso más amplio de Rusia con la región, donde también está invirtiendo millones para expandir la base naval de Tartus tras acordar un contrato de arrendamiento a largo plazo con el gobierno sirio.

Si se sigue expandiendo la huella de Rusia en la región, podría representar una amenaza para las fuerzas estadounidenses y de la OTAN en el Mediterráneo, pero también para los aliados de Estados Unidos en el Medio Oriente, por ejemplo Israel.

Viejo pero confiable

No solo el comportamiento se remonta a la Guerra Fría: también parte del hardware. Mientras que el Tu-22M de Rusia entró en servicio por primera vez en 1972, los B-52 de la Fuerza Aérea estadounidense se construyeron en la década de 1950. El KC-135 llegó poco tiempo después, en 1957. De cerca, los signos del paso del tiempo se detectan fácil.

Los motores del KC-135 son ruidosos, y la única forma de comunicarse desde el despegue hasta el aterrizaje es a través de auriculares de última generación que eliminan los ruidos. Si bien se han actualizado la aviónica y los sensores, varias pantallas siguen siendo analógicas y la mayoría de las tareas se hacen manualmente.

Los B-52 de la Fuerza Aérea estadounidenses se construyeron en la década de 1950, al igual que los KC-135.

“Es vieja, pero confiable”, dice el capitán Berglund por el intercomunicador, y la tripulación asiente. “La actualizan de vez en cuando, pero es confiable y funciona, así que no hay necesidad de cambiar mucha cosa”, explica.

Berglund nos dice que “se siente bien” pilotar el avión, especialmente considerando “todas las generaciones de pilotos que han podido pilotarlo”.

Y cuando se trata de reabastecer al B-52, el emparejamiento con el KC-135 es ideal.

“El KC-135 fue hecho para el B-52”, explica. Berglund dijo que, si bien la Fuerza Aérea comenzó a reemplazar algunos de los KC-135 con los nuevos KC-46, se prevé que el modelo más viejo siga en servicio más allá del 2040.

Para un avión que se construyó en 1957, eso significa que estará cerca de 100 años en servicio.