(CNN) – La administración de Biden puso fin formalmente a la política de la era Trump de devolver a los solicitantes de asilo a México hasta su fecha de audiencia en Estados Unidos, conocida como “permanecer en México”, según un memorando emitido por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
Poco después de que el presidente Joe Biden asumiera el cargo, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) suspendió las nuevas inscripciones al programa formalmente conocido como Protocolos de Protección al Migrante (MPP). Posteriormente, el departamento inició el proceso de permitir gradualmente a los solicitantes de asilo previamente sujetos al programa en Estados Unidos. Entre el 19 de febrero y el 25 de mayo, alrededor de 11.200 inmigrantes fueron procesados en Estados Unidos, según el memorando de Mayorkas el martes.
Mayorkas dijo que había determinado que la política, conocida informalmente como “permanecer en México”, tenía “eficacia mixta”.
“Ordeno al personal del DHS que tome todas las acciones apropiadas para terminar con el MPP, incluyendo tomar todas las medidas necesarias para rescindir la guía de implementación y otras directivas o guías de política emitidas para implementar el programa”, escribió Mayorkas a los líderes de las tres agencias de inmigración del Departamento de Seguridad Nacional.
Los defensores de los inmigrantes aplaudieron la medida el martes, calificándola de “gran victoria”. “La política de retorno forzoso era cruel, depravada e ilegal, y nos alegra que finalmente haya sido rescindida”, dijo Judy Rabinovitz, abogada de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles y abogada principal en un caso que impugna la política.
Bajo el presidente Donald Trump, los migrantes de Centroamérica y otras partes del mundo que buscaban asilo en la frontera entre Estados Unidos y México se vieron obligados a permanecer en territorio mexicano hasta sus audiencias en la corte de inmigración de Estados Unidos, a menudo en ciudades peligrosas. Se estima que 68.000 migrantes fueron devueltos a México bajo la política, según el DHS.
Para aquellos sujetos a la política, eso significaba esperar meses, si no años, en condiciones miserables y bajo la amenaza de extorsión, agresión sexual y secuestro.
La política fue una desviación sin precedentes de los protocolos anteriores, que habían permitido la entrada de inmigrantes a medida que pasaban por sus audiencias de inmigración en Estados Unidos.