Nota del editor: Rai Goyal es un estudiante de sexto grado en Nueva York. Las opiniones expresadas en este comentario le pertenecen únicamente a su autor. Lee más opiniones aquí.
(CNN)– Tengo 12 años y ya recibí la primera dosis de la vacuna contra el covid-19. Esto es lo que quisiera decirle a mis amigos:
El año pasado fui el niño nuevo en la escuela cuando entré a sexto grado. Estaba ansioso por hacer nuevos amigos, jugar básquetbol y hacer pijamadas. En cambio lo que obtuvimos fueron clases remotas; clases en las que muchos de nosotros teníamos las cámaras apagadas por que nos acabábamos de levantar y nos daba vergüenza cómo nos veíamos; socialización interminable por Roblox y Fortnite, donde nos conocíamos solo por nuestros nombres del juego. No me malinterpreten, me gustan los videojuegos, pero tal vez quisiera saber cómo te ves realmente, no cómo es tu disfraz en Fortnite.
Llevamos un año encerrados. Eso representa 1/12 de nuestras vidas. Y, extrañamente, después de un tiempo te acostumbras. Cuando salgo de casa, me molesta un poco tener que ponerme zapatos. Me encantan mis Nike Air Jordan y jamás me había sentido así. Es un poco extraño.
Mis padres son doctores que han tratado pacientes a lo largo de la pandemia y escuchar sus historias me ha hecho pensar sobre el tema en modos que muchos niños de 12 años probablemente no lo harían. Así que, investigué un poco sobre la vacuna y di una presentación a mi clase de ciencias sociales sobre la vacuna contra el covid-19 de Pfizer que se aprobó recientemente para los niños de nuestro rango de edad (12-15 años). No parece una decisión difícil si inyectarnos un par de veces nos permitirá relajar el uso de mascarillas y pasar tiempo juntos IRL (en la vida real). Pero, quedan algunas dudas sobre si el covid-19 es un engaño, o si se relaciona con la red 5G o microchips en nuestro torrente sanguíneo, y lo más importante, si esta vacuna es segura, tomando en cuenta que nos queda toda una vida por vivir. ¿Nos crecerán más extremidades? ¿Seremos capaces de tener hijos algún día? ¿Nos haremos aún mejores en Fortnite, para el pesar de nuestros padres?
Esto es lo que pienso: no hay absolutos en la vida, ni en la ciencia. Pero hay que confiar en algo, y yo respeto profundamente a mis médicos, a mis profesores de ciencias y al razonamiento de la gente que estudia esta enfermedad y las vacunas asociadas. No me gustan las vacunas, en absoluto, pero tampoco me gusta cómo está nuestro mundo ahora. Me dicen que no se puede contraer el covid por la vacuna, y se lo creo. Mis padres se vacunaron antes y están bien. El resto de las teorías de conspiración y las ideas sobre los microchips, etc., simplemente no tienen sentido lógico, y se ha demostrado que son falsas. Si alguien quiere rastrearme, puede hacer un ping a mi celular (que siempre está en mi bolsillo). O pueden pegar uno de esos Apple Tiles en mi zapato. Eso parece mucho más fácil que insertar algún tipo de rastreador en mi torrente sanguíneo.
Así es como funciona la vacuna contra el covid de Pfizer: se inyecta en el torrente sanguíneo una pequeña cantidad de proteína llamada ARNm (que codifica una parte de la “armadura” que rodea a las partículas del virus). Esto activa a tu cuerpo para que reclute un ejército de soldados llamados “anticuerpos” para hacer guardia en caso de que cualquier virus que cause covid-19 intente infectarte. La capacidad de tu sistema inmunológico de reconocer esa armadura te hace capaz de luchar contra la enfermedad real si se cruza en tu camino.
Amigos, mi consejo es el siguiente: hagan su propia investigación de fuentes altamente confiables, escuchen a la ciencia y echen un vistazo al mundo que nos rodea. Tenemos que poner fin a esta pandemia, y si nuestro grupo de edad no se vacuna, siempre habrá una parte importante de la población que siga pasando el virus y creando oportunidades para las mutaciones. Arremángate y ponte esa vacuna, y si tu doctor utiliza un “dispositivo que bloquea el dolor” como hace el mío, apenas sentirás el pinchazo en todo caso. Volvamos al futuro.