(CNN Español) – Google anunció la construcción de Firmina, un cable submarino que conectará a Estados Unidos y Argentina –con extensiones adicionales en Brasil y Uruguay– para brindar un mejor acceso a los productos de Google como son las búsquedas en web y a Gmail, YouTube y Cloud.
Firmina, que está compuesto por 12 pares de fibra, transportará el tráfico de forma rápida y segura entre EE.UU. y América del Sur. Según la compañía de tecnología, Firmina será el cable más largo capaz de funcionar con una sola fuente de energía en un extremo del cable, característica clave para la red de Google.
“La capacidad de conectarse de manera confiable es crucial, especialmente hoy en día cuando recurrimos al mundo digital para trabajar, socializar y aprender”, dijo Bikash Koley, vicepresidente de redes globales de Google en 2020. La importancia de esta red subterránea recae en la idea de que el 98% del tráfico en Internet no ocurre de forma inalámbrica, sino que ocurre mediante cables de fibra óptica
Gracias a la amplia red de cables submarinos de Google es posible “compartir, buscar, enviar y recibir información alrededor del mundo a la velocidad de la luz”, según Koley.
En cuanto al impacto ambiental de esta red de cables, Jayne Stowell, negociadora estratégica de Google, dijo durante el anuncio de Curie en 2019 que “no hay ningún impacto ambiental adverso de los cables submarinos” ya que los cables están hechos con materiales que no dañan la flora y fauna de los océanos. Sin embargo, sí existe un momento de disrupción, pero éste únicamente ocurre durante su instalación o reparación, aclaró.
Firmina es el decimo sexto cable colocado a lo largo del mundo, y al igual que otros cables que celebran a grandes pensadores y revolucionarios, fue nombrado en honor a Maria Firmina dos Reis, educadora y escritora abolicionista de la esclavitud brasileña. Otros cables submarinos de Google, son Grace Hopper, que comunica a EE.UU. con Reino Unido y España; Curie, que comunicar a los centros de datos de EE.UU. con los Chile; Dunant, que cruza el atlántico desde la costa de EE.UU. hasta Francia y Equiano, una red que comunica a Portugal y Sudáfrica.