(CNN) – Los cárteles de la droga en Asia se adaptaron rápidamente a la pandemia de 2020, inundando los mercados con narcóticos sintéticos por un valor de decenas de miles de millones de dólares, incluso cuando la economía mundial se detuvo, según un nuevo informe de las Naciones Unidas.
Las incautaciones de metanfetamina en el este y el sudeste de Asia aumentaron un 19% a partir de 2019 hasta alcanzar un nuevo récord, según el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés). La organización no puso una cifra en dólares sobre la escala del comercio de metanfetamina en 2020, pero se creía que tenía un valor de entre US$ 30.000 millones y US$ 61.000 millones, en 2019, según la UNODC.
“Aunque la pandemia ha ralentizado la economía mundial, las organizaciones criminales que dominan la región se han adaptado y capitalizado rápidamente. Han seguido impulsando agresivamente la oferta en un esfuerzo consciente por construir mercado y demanda”, dijo Jeremy Douglas, representante regional de la UNODC para el Sudeste Asiático y el Pacífico, en una declaración a CNN.
Prosperar en medio de la pandemia de covid-19
El informe concluye que los cárteles han prosperado en medio de una emergencia de salud pública mundial reaccionando rápidamente a la cambiante situación sobre el terreno. Estos grupos empezaron a utilizar sustancias químicas menos reguladas para producir drogas ilícitas, fabricaron estupefacientes en nuevos lugares de difícil acceso para las fuerzas del orden, enviaron sus productos a través de nuevas y sorprendentes rutas e incluso encontraron nuevos clientes.
Según el informe, el crecimiento fue impulsado en gran medida por los países de la región del Bajo Mekong: Camboya, Laos, Vietnam, Tailandia y Myanmar. Las organizaciones criminales se aprovecharon de que las autoridades regionales dieron prioridad a la contención de la propagación del covid-19 y a la aplicación de medidas de salud pública.
La oferta masiva de metanfetamina barata, que ha mantenido los precios bajos, “contribuye a aumentar la demanda y el consumo en la región”, señala el informe.
La UNODC descubrió que varios fabricantes de metanfetamina a gran escala parecían haberse instalado también en Camboya, además de en el estado de Shan, en Myanmar, una zona gobernada por milicias y señores de la guerra a los que se acusa desde hace tiempo de financiarse con el tráfico de drogas. Las autoridades de Camboya desmantelaron cinco laboratorios de drogas sintéticas en 2020, cuatro de los cuales producían metanfetamina. Era la primera vez que se encontraban laboratorios clandestinos de metanfetamina en Camboya desde 2014.
Los traficantes también parecen estar utilizando nuevas rutas para trasladar los narcóticos ilícitos y los precursores químicos utilizados para fabricarlos. Laos parece ser un punto focal, ya que las incautaciones tanto de metanfetamina como de precursores químicos se dispararon allí. Según el informe, Hong Kong se utiliza cada vez más como centro de transporte. Las incautaciones de metanfetamina en la ciudad semiautónoma china se multiplicaron por diez entre 2019 y 2020, incluyendo un cargamento de 500 kilos enviado desde México que tenía como destino Australia.
El rol de la inestabilidad política
“El crimen organizado ha podido continuar la expansión del comercio regional de drogas sintéticas –en particular en el Alto Mekong y el estado de Shan de Myanmar– manteniendo un suministro constante de productos químicos en las zonas de producción a pesar de las restricciones fronterizas que han afectado al comercio transfronterizo legítimo”, dijo Douglas.
Las cosas no parecen mejorar en 2021. Los traficantes parecen estar aprovechando los meses de inestabilidad política y violencia en Myanmar, donde las fuerzas armadas derrocaron al Gobierno democráticamente elegido del país en un golpe de Estado, en febrero.
A Douglas y otros expertos les preocupa que los narcotraficantes puedan aprovecharse de la situación de inestabilidad en Myanmar.
“Cuando las economías se desmoronan, las economías ilícitas suelen ascender y hacerse más poderosas; es exactamente este escenario el que tememos y anticipamos ahora”, dijo.
“Los delincuentes buscan condiciones que puedan utilizar, y la distracción de las fuerzas del orden y la ruptura de la seguridad que estamos presenciando les proporcionan el entorno adecuado: prosperan en el caos del que huyen los negocios legítimos”.