Bruselas y Ginebra (CNN) – El presidente de Estados Unidos Joe Biden está aprovechando el tiempo fuera de las reuniones de la cumbre en su gira europea de esta semana para realizar intensos preparativos antes de sus conversaciones con Vladimir Putin, según los funcionarios, mientras trabaja para evitar los obstáculos que sus predecesores enfrentaron en sus confrontaciones con el líder de Rusia.
La mayoría de sus reuniones formales de esta semana han comenzado después del mediodía, dejando las mañanas libres para las consultas con los asesores. Ha mantenido largas sesiones de preparación con altos funcionarios, como el secretario de Estado Antony Blinken y el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan, para discutir la amplia gama de temas que tiene previsto plantear a Putin, desde los ciberataques hasta Siria y Ucrania.
El presidente también ha pedido a los líderes extranjeros del G7, incluida la canciller alemana Angela Merkel, que le den su opinión mientras prepara la reunión en Ginebra, según personas familiarizadas con las conversaciones. Putin incluso surgió como punto de conversación durante su té con la reina Isabel II en el castillo de Windsor, dijo Biden a los periodistas, afirmando que ella “quería saber” sobre el presidente de Rusia.
Dado que algunos aliados de la OTAN habían expresado su preocupación ante la óptica de la cumbre de Biden con Putin, Sullivan dijo que Biden hablaría en privado con los líderes “sobre lo que pretende hablar con Putin” durante una reunión de la alianza de defensa este lunes.
“Él tendrá la oportunidad de escucharlos, de este modo irá a Ginebra con el pleno apoyo y solidaridad de todos nuestros aliados de la OTAN”, dijo Sullivan a los periodistas en el Air Force One el domingo. Sullivan destacó específicamente la reunión de Biden con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan el lunes como una oportunidad para “comparar notas”.
Todo forma parte de la tensa preparación de la primera reunión del presidente con un adversario de EE.UU. durante su mandato, y el escenario en Suiza empieza a reflejar el estado de ánimo dentro de la Casa Blanca
La seguridad en Ginebra se está reforzando antes de la cumbre del miércoles. El Parque La Grange, un parque dentro de Ginebra con una villa del siglo XVIII donde los dos líderes celebrarán sus reuniones, ha estado completamente cerrado al público desde la semana pasada y permanecerá así al menos hasta el viernes. Se ha colocado alambre de púas a lo largo del perímetro del parque, así como en la calle en algunas zonas que conducen a la entrada del parque.
Intenso estudio
Ahora que Biden se convierte en el quinto presidente de EE.UU. con el que se reúne Putin, los funcionarios quieren que Biden esté preparado para hacer frente a sus tácticas, incluido su conocido hábito de echar en cara a EE.UU. los debates sobre las malas prácticas de Rusia. Biden ha dicho a sus ayudantes que cree que Putin responderá a la franqueza durante sus conversaciones y quiere estar preparado para ofrecer un mensaje franco.
“¡Está demasiado preparado!” exclamó la semana pasada la esposa de Biden, la primera dama Jill Biden, cuando le preguntaron si su marido estaba preparado para su reunión con Putin.
Junto con Merkel, Biden ha abierto la puerta a las aportaciones de otros aliados clave en reuniones bilaterales y conversaciones al margen en los últimos días. La idea tiene un doble propósito, dijeron los ayudantes: si bien las décadas de Biden en política exterior le dan seguridad en su enfoque, él ve el valor de las opiniones de otros que han tenido reuniones similares con el líder de Rusia.
Biden también ve el mérito de que los aliados se sientan parte de su proceso, ya que se esfuerza por tranquilizarlos en sus intenciones a la vez que los acerca, como parte de un claro esfuerzo de EE.UU. por llegar a la reunión con Putin tras las muestras públicas de unidad entre los aliados occidentales, según una persona familiarizada con el proceso.
Pero los funcionarios dicen que Biden también se está preparando para discutir con Putin áreas de potencial interés mutuo, trazando un camino potencial para hacer avanzar una relación que reconoció el domingo que estaba en un punto bajo. Hay cuestiones obvias, que van desde Afganistán y el acuerdo nuclear con Irán hasta las capacidades nucleares de ambas naciones, en las que la comunicación y una relación de trabajo resultan fundamentales.
Pero también hay pasos más graduales que Biden puede proponer para establecer una línea de base entre una nueva administración y un enemigo histórico, dijo una persona familiarizada con la preparación. El objetivo no es ningún tipo de avance dramático, y tanto Biden como sus ayudantes han tenido cuidado de dejar claro que no se espera nada parecido.
En su lugar, los funcionarios dicen que Biden quiere considerar pasos más pequeños que proporcionen una señal para establecer una línea de base en el esfuerzo por avanzar hacia una relación más “estable y predecible”, el actual objetivo declarado por Biden y su equipo.
El intento de negar a Putin una plataforma
Biden no tiene previsto celebrar una rueda de prensa conjunta con Putin tras la cumbre, sino que prefiere hablar con los periodistas en solitario. Los funcionarios dicen que Rusia presionó para que se celebrara una conferencia de prensa conjunta durante las negociaciones sobre la cumbre. Pero Estados Unidos se resistió porque no quería dar a Putin una plataforma como la que tuvo tras la cumbre con el presidente Donald Trump en Helsinki.
Los funcionarios también dijeron que estaban conscientes del deseo de Putin de parecer que había sacado ventaja de un presidente de EE.UU., y querían evitar una situación que se convirtiera en una competencia en público.
“No se trata de una contienda sobre quién puede hacerlo mejor ante una rueda de prensa o tratar de avergonzar al otro”, dijo Biden el domingo para explicar la decisión.
Biden se reunirá con Putin en dos sesiones, una con un grupo más reducido y otra con un contingente mayor de ayudantes, según un funcionario de la Casa Blanca.
Todavía se está trabajando con Rusia para determinar la naturaleza exacta de cada reunión, o si Biden se reunirá con Putin a solas sin la presencia de personas que tomen notas.
Los preparativos y los mensajes en torno a la cumbre no han sido del todo fluidos. Algunos se sorprendieron el domingo cuando Biden pareció sugerir que estaría abierto a un intercambio de ciberdelincuentes con Rusia, una petición que Putin había hecho en una entrevista anterior con la agencia de noticias estatal rusa TASS.
Al preguntársele durante una conferencia de prensa si Biden estaría “abierto a ese tipo de intercambio con Vladimir Putin”, Biden respondió afirmativamente: “Sí”, dijo. “Si hay crímenes cometidos contra Rusia, y las personas que cometen esos crímenes están siendo albergadas en Estados Unidos, me comprometo a que rindan cuentas”.
Para el crítico acérrimo de Putin, Bill Browder, el comentario le recordó a la sugerencia de Putin en 2018, durante su conferencia de prensa conjunta en Helsinki con Trump, de que Rusia podría extraditar a criminales a Estados Unidos si este país ponía a disposición de Rusia a estadounidenses para ser interrogados, incluido Browder.
“Espero que Biden no esté planeando ofrecerme a Putin en Ginebra de la misma manera que Trump lo hizo en Helsinki”, escribió Browder en Twitter, calificando los comentarios de Biden como “un poco preocupantes”.
Sullivan trató más tarde de aclarar los comentarios de Biden, diciendo que el presidente “no estaba diciendo: ‘Voy a intercambiar cibercriminales’”.
“Lo que estaba diciendo es que si Vladimir Putin quiere venir y decir: ‘Estoy preparado para asegurar que los ciberdelincuentes rindan cuentas’, Joe Biden está perfectamente dispuesto a presentarse y decir que los ciberdelincuentes rendirán cuentas en Estados Unidos, porque ya lo están haciendo”, dijo.
Se espera que Biden lance “algunos mensajes bastante duros”
El presidente tiene una opinión escéptica de Putin desde hace décadas. Después de que el expresidente George W. Bush se reuniera con Putin en Eslovenia en junio de 2001, Bush dijo que lo miró a los ojos y tuvo “una idea de su alma”. Biden, entonces senador y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, respondió a esos comentarios diciendo: “No me fío de Putin. Esperemos que el presidente haya sido más estilístico que serio”.
Biden llevó consigo a un amplio grupo de ayudantes en su primer viaje al extranjero. Viajó con Blinken a bordo del Air Force One a Cornualles, aunque el secretario de Estado partió antes hacia Bruselas en su propio avión. En el viaje también está Sullivan, que ha acompañado a Biden en las cumbres.
Los asesores de alto nivel del Ala Oeste Jen O’Malley Dillon, Mike Donilon y Bruce Reed viajan con Biden, al igual que la secretaria de prensa Jen Psaki y la directora de comunicaciones Kate Bedingfield.
También viajan varios funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, por sus siglas en inglés), entre ellos el jefe de personal del NSC, Yohannes Abraham, el viceconsejero de seguridad nacional, Daleep Singh, la directora senior de redacción de discursos del NSC, Carlyn Reichel, y la directora senior para Europa, Amanda Sloat.
La cumbre del miércoles entre Biden y Putin, y su previsible resultado, fue objeto de una considerable conversación entre otros líderes reunidos el lunes en la sede de la OTAN.
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, dijo que Biden “llevará algunos mensajes bastante duros al presidente Putin en el transcurso de los próximos días”, un comentario que sugiere que él también había discutido la cumbre con Biden durante sus días consecutivos de recepciones y sesiones que organizó en la primera parte del viaje de Biden.