(CNN) – El plan del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de unir a los aliados más cercanos de Washington en occidente y enfrentarse a China acaba de lograr una gran victoria política. Pero se necesitarán mucho más que palabras para frenar el avance de la segunda economía más grande del mundo.
Estados Unidos se unió al Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Canadá este fin de semana para entregar la condena más enérgica del G7 a China en las últimas décadas. El grupo enfrentó a China en casi todos los puntos dolorosos, desde acusaciones de abusos de derechos humanos y trabajo forzoso en Xinjiang hasta disputas políticas en curso sobre Hong Kong, Taiwán y el Mar de China Meridional.
Las democracias más ricas de Occidente también presionaron por una investigación independiente renovada sobre los orígenes de covid-19. Además, promovieron una alternativa ecológica a la Franja y la Ruta de China, el plan expansivo del presidente Xi Jinping para impulsar su influencia comercial.
La retórica, al menos, es un paso adelante para un presidente de EE.UU. que ha tratado de unir a sus socios diplomáticos para contrarrestar lo que Washington ve como su mayor amenaza para el comercio, la tecnología y otros temas de importancia estratégica.
El ex presidente Donald Trump habló con dureza sobre China y golpeó al país y a sus preciadas empresas con sanciones. Sin embargo, nunca presentó realmente un frente unido con los aliados de Occidente de Estados Unidos, a menudo quemando puentes en lugar de construirlos.
Anuncio y dudas en el G7
El anuncio del G7 no incluye muchos pasos concretos hacia adelante. Por ejemplo, está formando un grupo de trabajo para explorar lo que llamó la iniciativa “Reconstruir un mundo mejor”. Se trata de un plan liderado por el sector privado para “ayudar a reducir la necesidad de infraestructura de más de $ 40 billones en el mundo en desarrollo”. Claramente, un desafío para la iniciativa Belt and Road.
De todas formas, aún tiene que establecer cuánto costaría el programa, que se espera sea financiado por grupos del gobierno de Estados Unidos, el sector privado y los países del G7.
Los llamamientos del comunicado de los líderes de occidente para que China “respete los derechos humanos y las libertades fundamentales” en Xinjiang y Hong Kong vinieron con pocos detalles sobre cómo seguir adelante con la acción. Tampoco se ofreció ningún medio práctico para salvaguardar la estabilidad del Estrecho de Taiwán y el Mar del Sur de China.
China aún respondió contra la declaración, acusando al G7 de “difamar deliberadamente a China” e “interferir arbitrariamente en los asuntos internos” del país. La embajada china en Londres lo calificó como” una grave violación de las normas básicas de las relaciones internacionales “.
¿Preocupación en China?
Hay un par de razones por las que Beijing debería estar cuidando la espalda.
Algunas sanciones de la era Trump fueron efectivas para frenar el ascenso tecnológico de China; por ejemplo, su campaña contra Huawei. La empresa vio cómo sus negocios de teléfonos inteligentes y 5G fueron golpeados al restringir su acceso a la tecnología estadounidense. Esto se sumó a las presiones de Estados Unidos sobre Europa y otros lugares para impedir que amplíe su alcance.
Con Biden, Estados Unidos amplió recientemente la prohibición de la inversión estadounidense en decenas de empresas chinas. Los legisladores están impulsando un proyecto de ley que invertiría cientos de miles de millones de dólares en tecnología, ciencia e investigación estadounidenses. Este sería otro desafío para China.
“Las diferencias irreconciliables con respecto a los valores y las crecientes fricciones con el modelo mercantilista y autoritario de China continuarán impulsando la polarización y la competencia”, dijo Alex Capri, investigador de la Fundación Hinrich e investigador principal visitante de la Universidad Nacional de Singapur.
Agregó que los marcos “impulsados por valores” de Occidente en torno al desarrollo de infraestructura, el comercio y las redes de la cadena de suministro están “claramente emergiendo”.
“Las normas de derechos humanos en torno a la privacidad y la libertad de expresión, las normas laborales justas y un medio ambiente limpio servirán para alienar aún más a Beijing”, dijo Capri.
Estas tensiones ya se manifestaron a nivel mundial. Muchas empresas de Occidente se enfrentan a presiones para limitar los negocios en China debido a las preocupaciones sobre el trabajo forzoso. A su vez, algunas compañías se han enfrentado a boicots dentro de China por denunciar el manejo de Xinjiang por parte del gobierno.
Justo antes de que comenzara la cumbre del G7, China aprobó una ley para contrarrestar las sanciones extranjeras. Se trata de una advertencia simbólica de que cualquier contramedida que adopte Occidente será recibida con fuertes represalias.
Diferencias respecto a China
Aun así, puede ser difícil para las naciones del G7 contener a China. Este fin de semana, los líderes democráticos expresaron serias diferencias sobre la mejor manera de acercarse a China. Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá instaron a una acción más fuerte contra el autoritarismo de China que sus aliados.
La renuencia de los países europeos a aplicar demasiada dureza a China puede deberse en parte a una fuerte dependencia económica. De 2010 a 2019, Alemania recibió 22.700 millones de euros (27.500 millones de dólares) en inversión extranjera directa china.
También Italia recibió 15.900 millones de euros (19.200 millones de dólares). Francia, por su parte, 14.400 millones de euros (17.400 millones de dólares), según el Instituto Mecrator de Estudios de China.
Incluso el Reino Unido, donde las relaciones con China se han visto profundamente tensas en los últimos dos años, recibió 50.300 millones de euros (60,9 millones de dólares).
Muchos de esos países de Occidente, como Alemania, dependen de las asociaciones con China para impulsar otras industria como la automotriz. Además, buscan proporcionar grandes mercados para sus exportaciones.
“En última instancia, el deseo de autonomía estratégica de la Unión Europea y la búsqueda de aliados de Biden para contrarrestar principalmente a China crearán barreras naturales para la cooperación”, escribieron analistas de Eurasia Group en una nota la semana pasada antes del viaje de Biden.
Por Asia
- Corea del Sur eximirá a algunos viajeros que hayan recibido sus vacunas Covid-19 en el extranjero de su cuarentena obligatoria de dos semanas, dijeron el domingo las autoridades sanitarias.
- Una planta de interior con solo nueve hojas se vendió por un récord de $ 19,297 en un sitio de subastas de Nueva Zelanda.
- China ha revelado nuevas fotos de su vehículo explorador de Marte explorando la superficie del planeta rojo, y los medios estatales lo elogiaron como una señal del “completo éxito” de la misión.
- Mientras tanto, el gobierno de EE. UU. Pasó la semana pasada evaluando un informe de una fuga en una planta de energía nuclear china, luego de que una empresa francesa que es propietaria y ayuda a operarla advirtiera de una “amenaza radiológica inminente”, según funcionarios estadounidenses y documentos revisados por CNN.
Explosión mortal desencadena malos recuerdos en un momento incómodo para China
Los principales líderes de China han ordenado una investigación urgente después de que 12 personas murieron y más de un centenar resultaron heridas. Esto ocurrió en una explosión de gas el domingo en la provincia de Hubei, en el centro del país. Todo, en medio de los cuestionamientos de Occidente.
Las imágenes de la escena en el distrito de Zhangwan de la ciudad de Shiyan mostraron calles ennegrecidas cubiertas de escombros. Al menos un edificio completamente destruido por la explosión.
La causa de la explosión está bajo investigación, según las autoridades locales. El liderazgo de China no ha perdido tiempo en presionar para que se lleve a cabo una investigación exhaustiva.
En una declaración publicada después del incidente por la agencia estatal de noticias Xinhua, el presidente de China, Xi Jinping, dijo que los responsables de la explosión debían “rendir cuentas”.
Xi también pidió una revisión amplia de los estándares de seguridad en todo el país para garantizar que los ciudadanos chinos estén protegidos.
China tiene una larga historia de accidentes industriales mortales. El 26 de mayo, ocho personas murieron por una explosión en la provincia de Heilongjiang causada por explosivos ilegales. Tres días después, ocho empleados resultaron heridos cuando explotó un oleoducto de materias primas en una refinería de petróleo en Shenzhen.
Lo peor de todo para el gobierno es que la explosión del domingo en Hubei provocará recuerdos de las ocurridas en Tianjin en 2015. Esos incidentes mataron a más de 110 personas y plantearon serias dudas sobre si las autoridades estaban haciendo lo suficiente para proteger a los ciudadanos de China.
Xi ha dejado en claro que tiene en mente consideraciones políticas. En su declaración publicada por Xinhua, el presidente dijo que era importante “mantener la estabilidad social general y crear un buen ambiente para el centenario del Partido”.
Con las celebraciones del 1 de julio por el centenario del Partido Comunista a solo semanas de distancia, Beijing no quiere que más accidentes industriales ensombrezcan su gran día.