(CNN) – Desde un mirador a más de 50 pisos de altura, Ali Mansour contempla las islas que ayudó a construir hace casi dos décadas. “Fue un gran reto”, dice. “Una experiencia única en la vida”.Esas islas conforman la emblemática Palm Jumeirah de Dubai, un archipiélago artificial con forma de palmera que alberga hoteles de lujo, playas vírgenes y casi 80.000 personas.
“Fue una primera vez”, cuenta Mansour, “un proyecto sin precedentes de esa envergadura”.
Ingeniero civil de profesión, Mansour se trasladó de Canadá a Dubai en 1998 para trabajar en una consultora. Observó desde la distancia el inicio del proyecto Palm en junio de 2001. “Sentí mucha curiosidad cuando se publicaron las primeras imágenes de satélite en 2002, que mostraban un diminuto trozo de tierra emergiendo sobre la superficie del océano”, dice. “Entonces decidí que iba a hacer lo que fuera para unirme a la empresa que estaba detrás de los trabajos de este proyecto”.
Un año después, Mansour se incorporó a Nakheel, la empresa constructora de Palm. Hoy es asesor y director de proyectos de Nakheel Marine Engineering.
La construcción de la isla
No se utilizó acero ni concreto para crear la base de la isla; en su lugar, el equipo empleó únicamente arena y roca. Aunque Dubai está rodeada de arena del desierto, no podían confiar en el abundante recurso del emirato. “La arena del desierto se licúa en el agua”, explica Mansour.
Hubo que dragar unos 120 millones de metros cúbicos de arena y traerla desde el fondo del golfo Pérsico, a 10 millas náuticas de las islas.
Se extrajeron más de 7 millones de toneladas de rocas de las montañas Hajar del norte de los EAU.
Estas rocas conforman el rompeolas en forma de media luna de 11 kilómetros de longitud que protege a la isla de las olas grandes y los vientos fuertes. Nakheel afirma que toda la roca y la arena utilizadas para construir la isla podrían formar un muro de dos metros de altura que daría tres vueltas al mundo.
La isla de 560 hectáreas es tan grande que Mansour y su equipo utilizaron tecnología guiada por satélite para ayudar a construirla en forma de hoja de palmera. Mansour, que también es un buceador experto, inspeccionó visualmente el rompeolas con cinco de sus colegas, “buceando juntos en paralelo y a diferentes niveles”, dice. La revisión les llevó a Mansour y a su equipo 10 semanas.
“Aunque contábamos con los últimos programas informáticos”, dice, “soy una persona de la vieja escuela… la inspección visual sigue siendo muy esencial para mí”.
Alcanzar nuevos hitos
Durante los primeros 20 años de existencia de Palm, la única forma en que los visitantes podían ver toda la colosal estructura era desde un recorrido en helicóptero o saltando desde un avión.
Ahora, los visitantes pueden ver la Palm desde la nueva plataforma de observación de 360 grados de Nakheel, de 52 pisos de altura, llamada View at the Palm. La plataforma se inauguró en abril.
“Hemos añadido una capa tras otra de cosas que hacer en la Palm, de modo que no es solo un lugar para vivir, sino también un gran destino turístico”, dice Gail Sangster, director de activos de Nakheel.
View at the Palm, que forma parte de la nueva Palm Tower, cuya apertura completa está prevista para finales de este año, es la última atracción de la isla, que se suma a otras como el complejo Atlantis y Palm West Beach. El año pasado, Palm Jumeirah también recibió un récord mundial Guinness por la fuente más grande del mundo. “El futuro de la Palm va a seguir avanzando y avanzando”, dice Sangster.
Incluso Mansour, que ha visto prácticamente cada centímetro de la isla de cerca, no puede evitar que se le pongan los pelos de punta al ver la Palm desde lo alto.
“Esta vista abierta de 360 grados con todos los puntos de referencia en el continente y la visión de la isla en su totalidad es realmente sorprendente”, dice.