Nota del editor: Mari Rodríguez Ichaso ha sido colaboradora de la revista Vanidades durante varias décadas. Es especialista en moda, viajes, gastronomía, arte, arquitectura y entretenimiento, productora de cine y columnista de estilo de CNN en Español. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente suyas. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion.
(CNN Español) – ¡Hola, manolos! ¿Qué tal, Jimmy Choo! ¡Bienvenidos, Louboutins!
¡Tanto tiempo sin verlos! Pero no sé si todavía los amo o no.
No sé ustedes, pero mis tacones altos llevan más de un año durmiendo el sueño del olvido. ¡Olvido total! Y cuando recientemente comencé a desempolvar sus cajas, me di cuenta que desde los primeros días de la pandemia no los uso. Y al probármelos ¡qué incómodos los encontré y casi no podía caminar con ellos! Tendré que –poco a poco– acostumbrarme a ellos.
Esto me recordó al instante el debut, hace muchos años, de la modelo Claudia Schiffer en la pasarela de Chanel, en París, ¡y cómo nos hizo gracia a los periodistas porque la joven alemana no sabía caminar con los taconazos que llevaba! ¡Y así mismo me sentí: un poco tambaleante y torpe, probándome mis adorados stilettos, los que me quité al instante, haciéndome la pregunta: “¿volveremos a usar tacones altos?”
Aunque en el 2020 –según instyle.com y la compañía de estadísticas Glossy– las ventas de tacones altos en Estados Unidos bajó un 71%, las cosas parecen estar cambiando en el 2021.
“Tanto diseñadores como consumidores, el consenso es que el regreso de los tacones altos es inminente y seguro”, afirma footwearnees.com. En lo que concuerdan publicaciones y expertos de la industria de la moda –como The New York Times, Yahoo.com, Vogue.com y los consultores Sidney Morgan-Petro, de WGSN y Beth Goldstein– ya que existe una tendencia a vestirnos de nuevo con más elegancia y alto estilo.
Y mi propia predicción es que –afortunadamente– el uso de zapatillas deportivas o sneakers quedará para ocasiones deportivas o momentos relax, y con esos lindos vestidos o stylish conjuntos ¡usaremos tacones! De mayor o menor altura, cerrados o estilo sandalias, pero tacones que dan un look más proporcionado y más estilizado a la figura. Y según Morgan-Petro, “los tacones altos tienen su momento de nuevo”.
Detesto (y puedo afirmarlo con rotunda sinceridad) ver un lindo vestido llevado con esos horribles sneakers o toscos zapatones deportivos, igual que zapatos de goma como Crocs o agresivos botines militares, al estilo Doc Martens. Cuando los lleva una jovencita –como la modelo Gigi Hadid, quien usa muchos sneakers– resulta una imagen más mona y aceptable, pero creo que cuando lleva ese estilo una mujer más madura el resultado, como yo lo veo, es francamente poco estético y absurdo. ¿Vale más la comodidad que lucir bonitas? ¡No en mi opinión, y no en este caso!
Curiosamente, las búsquedas en Internet de “tacones altos” indican un nuevo interés en ellos, especialmente las de tacones “de vestir” para graduaciones, bodas y eventos formales. Y Manolo Blahnik, cuyos stilettos –manolos– fueron la locura de Carrie Bradshaw y las estrellas de “Sex and the City”, siente tal confianza en su regreso que acaba de abrir boutiques en East Hampton (la que visité hace unos días) y Madison Avenue, en Manhattan.
Según dijo al diario The New York Times mi buen amigo Blahnik, “las mujeres no pueden vivir sin sus tacones altos”. En tiendas elegantes como Saks –según me dijo un vendedor en la sucursal de la Quinta Avenida– están vendiendo de nuevo tacones de 4 y 5 pulgadas (aproximadamente 10 a 12 centímetros), la especialidad de marcas como Christian Louboutin, Aquazzura y Jimmy Choo.
Y aunque los precios de las zapatillas deportivas –diseños de Dolce & Gabbana, Vuitton o Jimmy Choo (¡con diamantes!), etc.– siguen siendo estratosféricos, ¡igual de altos son de nuevo los de los tacones, los que –después de acuerdo con vendedores con quienes hablé en Macy’s– habían bajado en el último año!
Sean cuales sean las opiniones sobre el tema, no hay duda de que existe un deseo de recobrar costumbres y un estilo de vida más optimista y más alegre. Un deseo a lo que éramos –y quienes éramos– antes de los muchos tristes meses y meses de confinamiento y tragedias. ¡Es casi un ejercicio en supervivencia! Y algo tan frívolo y cotidiano, como un par de zapatos, es parte de ese “regreso” a nuestras vidas.
¡Y para muchos el ver caminar con el paso fuerte de sus stilettos a Kamala Harris, la vicepresidenta de Estados Unidos, es prueba de ello!