Nueva York (CNN Business) – Bill Gates y Melinda French Gates se darán un período de prueba de dos años para ver si pueden ser padres de su bebé, su fundación benéfica multimillonaria.
Cuando la pareja anunció su divorcio hace dos meses, dijeron que ambos permanecerían como copresidentes de la Fundación Gates, que fundaron juntos hace más de 20 años. Pero el miércoles, el director general de la fundación anunció un plan de contingencia “para asegurar la continuidad del trabajo de la fundación”.
Esa es una forma amable de decir que están conscientes de una verdad con V mayúscula: que trabajar con tu ex es una idea excepcionalmente terrible.
Este es el plan: intentarán dirigir esto de forma paralela por un tiempo, pero si no pueden soportarlo, Bill esencialmente pagará a Melinda para que ella pueda hacer su propio trabajo filantrópico. Ella recibiría “recursos personales” de su exmarido, recursos que estarían “completamente separados de la dotación de la fundación”, dijo el CEO de la fundación.
Por qué es importante
La Fundación Gates es una de las organizaciones benéficas más grandes del mundo y ha donado más de US$ 55.000 millones, gran parte de la riqueza personal de los Gates, a una amplia gama de iniciativas relacionadas con la salud global, el alivio de la pobreza y, más recientemente, el despliegue mundial de las vacunas contra el covid-19.
Pero su reputación ha estado bajo escrutinio desde que la pareja anunció su divorcio en mayo. Poco después, surgieron informes de los medios sobre el presunto comportamiento inadecuado de Bill Gates con empleados de Microsoft hace décadas. Y en otro golpe, el viejo amigo de Bill, Warren Buffett, renunció a su cargo de fideicomisario el mes pasado.