Bagdad, Iraq (CNN) – Al menos 64 personas murieron en un incendio en un hospital que trata a pacientes con coronavirus en la ciudad de Nasiriya, en el sureste de Iraq, según funcionarios de salud.
Unas 50 personas también resultaron heridas en el incendio del lunes por la noche que se cree que comenzó después de que explotaron tanques de oxígeno en una unidad de cuidados intensivos que trataba a pacientes con covid-19. El fuego ya se ha extinguido.
El Hospital Al-Hussein se estableció al comienzo de la pandemia para tratar a los pacientes con coronavirus y tiene estaciones de cuarentena en el lugar. Nasiriya, en la provincia de Dhi Qar, está a unos 360 kilómetros al sureste de la capital de Iraq, Bagdad.
El presidente del país, Barham Salhi, culpó del incidente a la “corrupción y la mala gestión” y pidió a los responsables que rindan cuentas.
“La catástrofe del Hospital Al-Hussein en Dhi Qar, y antes de eso, el Hospital Ibn Al-Khatib en Bagdad, es el resultado de la corrupción persistente y la mala gestión que subestimó la vida de los iraquíes e impidió reformar el desempeño de las instituciones”, dijo Salhi en una publicación en Twitter el martes.
Un gran incendio en el Hospital Ibn Al-Khatib, que comenzó después de que explotaran tanques de oxígeno en una unidad de covid-19, mató a al menos 82 personas en abril.
“Es necesaria una revisión estricta del desempeño de las instituciones y la protección de los ciudadanos”, agregó Salih.
Durante una reunión de emergencia el martes, el primer ministro Mustafa Al-Kadhimi ordenó la suspensión y detención del director de salud en Dhi Qar, el director del hospital y el director de defensa civil en la provincia, según un comunicado de su oficina.
También se ha iniciado una investigación gubernamental de alto nivel sobre el incidente.
El presidente del parlamento Mohammed al-Halbousi tuiteó que el incendio muestra una falla en la protección de vidas y que “es hora de poner fin a este catastrófico fracaso, y el Parlamento cambiará la sesión de hoy para examinar opciones sobre lo que sucedió”.
Desde 2019, cientos de iraquíes han muerto en violentas protestas en todo el país contra la corrupción del gobierno, el desempleo y la falta de servicios básicos, incluida la electricidad y el agua potable. Los sucesivos gobiernos no han logrado estabilizar Iraq después de décadas de sanciones y guerras.