(CNN) – Los últimos días de Donald Trump como presidente se caracterizaron por un caos casi total, al tiempo que los demócratas de la Cámara de Representantes se movilizaban para iniciar un juicio político por su acción (y su inacción) durante los disturbios del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos, incluso cuando el futuro ex presidente trató de utilizar el poder de su cargo para ajustar cuentas y recompensar a personas leales a él.
Sin embargo, incluso en medio de esos últimos y salvajes días, existía la sensación de que, por muy malo que fuera todo lo que pudimos ver, había cosas aún peores que ocurrían a puerta cerrada y que no se harían públicas hasta que Trump dejara el cargo, y comenzara la verdadera excavación periodística.
Lo que me lleva al martes, cuando salieron a la venta dos libros muy esperados sobre Trump: “Frankly We Did Win This Election”, de Michael Bender, y “Landslide”, de Michael Wolff, y un tercer libro, “I Alone Can Fix It”, de Carol Leonnig y Philip Rucker, que saldrá a la venta dentro de siete días.
Los tres libros se centran en el último año de mandato de Trump. Y los tres presentan lo que se puede describir como una imagen aterradora de un presidente consumido por el odio y que no está dispuesto a considerar siquiera los límites que sus predecesores se impusieron en el cargo.
Las historias que ya han surgido pintan un panorama aterrador. Trump pidiendo la ejecución de quien filtró que lo habían llevado al búnker de la Casa Blanca mientras los manifestantes de Black Lives Matter marchaban por las calles de Washington tras el homicidio de George Floyd en mayo de 2020. Su reacción explosiva cuando Arizona fue reclamada por Joe Biden en la noche electoral. Trump enfureciéndose con el entonces secretario de Justicia, Bill Barr, por el (inexistente) fraude electoral. Un enfrentamiento a gritos entre Trump y el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, sobre la respuesta adecuada a las protestas de BLM que envolvieron al país en el verano de 2020.
Hay más historias que han surgido de estos libros. Y habrá aún más una vez que los lectores, y los periodistas, tengan en sus manos las copias impresas y puedan hacer su propia investigación sobre los últimos días de Trump.
Pero estas historias también presentan un problema: cada una es, sí, espantosa. Pero la naturaleza de nuestro ciclo de noticias es tal que, incluso mientras escribía este artículo, me costaba recordar las historias individuales que ya habían salido sobre los libros.
Las historias que salen de estos libros, que se publican para suscitar entusiasmo y, lo que es más importante, ventas antes de su lanzamiento, tienden a ser fugaces, brillando durante un breve momento cuando todo el universo político las mira, pero desapareciendo rápidamente en la inmensidad de nuestro consumo de noticias más amplio.
Por eso es importante no dejarse atrapar por ninguna revelación que haya surgido o vaya a surgir de estos libros y, en cambio, dar un paso atrás y ver la realidad más amplia que se está pintando aquí.
Y esa realidad es la siguiente:
- Enfrentado a una crisis de salud pública única en el siglo, Donald Trump no solo manejó erróneamente algunos de los aspectos básicos (pruebas rápidas para el covid-19, uso de mascarillas) sino que también trabajó activamente para socavar la confianza del público en los mismos médicos, epidemiólogos y expertos en salud pública que estaban trabajando para mantener a los estadounidenses a salvo.
- Incapaz de aceptar que había perdido las elecciones, Trump trató de utilizar los poderes oficiales del gobierno, incluido el Departamento de Justicia, para tratar de encontrar pruebas inexistentes de fraude. Creó un ambiente en el que una gran parte de los estadounidenses creyó esta Gran Mentira sobre las elecciones y luego no solo incitó a la multitud del 6 de enero, sino que permaneció a la espera durante horas mientras saqueaban el Capitolio.
- Trump, que durante la campaña dijo repetidamente a las multitudes que había hecho más por los negros que cualquier otro presidente desde Abraham Lincoln, no comprendió ni la gravedad ni los objetivos de las protestas de Black Lives Matter. Consideró que las protestas por la justicia racial no eran más que un levantamiento contra ÉL, y trató de obligar al ejército a desplegarse en los estados donde las marchas eran más frecuentes.
Se trata, en suma, de un hombre profundamente incapaz para la presidencia. (Esto no es una declaración partidista. Es una afirmación de hecho basada en el claro retrato que tenemos de cómo se comportó Trump mientras ocupaba el cargo más poderoso del país). Un hombre que, por su incapacidad para entender en qué consiste la integridad del cargo que ocupó, amenazó con destruirla para los que le siguieran en la Casa Blanca. Y un hombre que era, sin duda alguna, un peligro para todos los estadounidenses, tanto si lo apoyaban como si se oponían a él.
Eso es lo que hay que destacar de estos libros. Ése es el bosque a través de los árboles. Y ESA es la verdad que los votantes deben escuchar si Trump intenta recuperar la presidencia en 2024.