(CNN) – El inspector general de la CIA lleva a cabo una revisión del manejo que realizó la agencia sobre el caso de los funcionarios enfermos por el misterioso “Síndrome de La Habana”, según supo CNN. La revelación llega justo cuando los casos se multiplican en todo el mundo.
Varias fuentes familiarizadas con la inteligencia describieron una gran cantidad de informes en los últimos meses. Se han reportado decenas de víctimas en Viena, un conocido punto de acceso de espías. También se han reportado casos en África este año, según dos personas familiarizadas con la inteligencia.
La comunidad de inteligencia todavía no tiene una explicación oficial para la desconcertante constelación de experiencias sensoriales y síntomas físicos que han enfermado a cientos de diplomáticos, espías y tropas estadounidenses en todo el mundo. Algunos llegaron a un estado lo suficientemente grave como para forzar su retiro.
Aproximadamente 100 de esos casos involucran al personal de la CIA.
Una hipótesis sobre el Síndrome de La Habana
Una hipótesis de trabajo es que Rusia utiliza un microondas u otro dispositivo de energía dirigida. Pero esa teoría no encaja perfectamente en todos los casos. En cualquier caso, si se trata de Rusia, la intención de Moscú sigue siendo esquiva.
Aún así, las víctimas, los legisladores y algunos funcionarios del Departamento de Estado y de inteligencia están cada vez más frustrados. Esto se debe a que, luego de seis años de que se reportaran los primeros casos en La Habana, Cuba, la comunidad de inteligencia no ha podido encontrar al culpable. Ni siquiera se pudo determinar si los episodios definitivamente pueden ser denominados “ataques”.
Reclamos de las víctimas
Algunas víctimas y exfuncionarios de inteligencia también informan que el escepticismo de algunos funcionarios de carrera de alto rango (en particular bajo el mando de la exdirectora de la CIA Gina Haspel) ha dificultado que las víctimas reciban la atención adecuada.
“De forma bipartidista, la Comisión de Inteligencia de la Cámara ha estado hablando con personas que conocen de primera mano cómo se están manejando estos incidentes de salud y cómo se manejaron en el pasado”, dijo un funcionario de la comisión.
“A partir de ese trabajo, nos preocupa mucho cómo algunas personas no pudieron acceder a los beneficios y la atención médica necesarios”.
La senadora Jeanne Shaheen, una demócrata de New Hampshire en la Comisión de Servicios Armados del Senado, fue aún más incisiva en una declaración el jueves. “Es vergonzoso que los servidores públicos estadounidenses y sus seres queridos afectados por estos ataques energéticos dirigidos hayan soportado tantas dificultades para acceder a la atención que necesitan, y que todavía no haya claridad sobre la causa”.
Revisión de liderazgo
La revisión del inspector general, que aún no se ha elevado al nivel de una investigación formal, examina específicamente cómo se atiende a los agentes enfermos.
Al mismo tiempo, el director de la CIA, William Burns, está revisando el equipo de liderazgo responsable del asunto y reforzando la atención médica disponible para las víctimas.
La exjefa del grupo de trabajo responsable de encontrar la causa de estos incidentes, Cynthia Rapp, se retiró menos de un año después de asumir el cargo. Es la segunda salida clave desde que Burns asumió el mando de la agencia.
El director médico, considerado por algunos exfuncionarios como demasiado escéptico sobre las misteriosas dolencias, anunció su retiro y fue reemplazado a principios de este año.
Una sesión informativa que Rapp dio a la Comisión de Inteligencia del Senado a principios de este año estuvo particularmente bajo escrutinio. Allí, los senadores se sintieron frustrados porque no proporcionó respuestas satisfactorias a sus preguntas sobre los incidentes y cómo la CIA los ha manejado.
CNN no pudo comunicarse con Rapp para hablar de este tema.
Un funcionario de la CIA dijo que la partida de Rapp no estaba relacionada con su desempeño laboral. “[Rapp] retrasó su jubilación unos meses por dedicación a la agencia y su gente”, aseguró esta persona.
“Siempre fue una cuestión de cuándo iba a hacer la transición en el verano. Ella tomó lo que no era un esfuerzo bien estructurado y lo convirtió en una organización fuerte”.
El reemplazo
El reemplazo de Rapp, que está encubierto, es un veterano de la lucha contra el terrorismo que estuvo estrechamente involucrado en la operación para encontrar y liquidar a Osama bin Laden.
Burns también ha “triplicado el número de personal médico a tiempo completo en la CIA que se concentra en estos temas”, dijo en una entrevista con NPR el jueves.
“Hemos reducido de más de ocho semanas a menos de dos semanas la cantidad de tiempo que solía tomar esperar para entrar en Walter Reed para nuestros agentes”, afirmó. “Estamos muy concentrados en eso”.
Burns ha recibido elogios de algunas exvíctimas por su manejo del problema desde que reemplazó a Haspel, quien, según algunas víctimas, tardó en responder a lo que consideran una crisis de seguridad nacional y salud personal.
“[Burns] ha demostrado un compromiso personal para brindar atención médica a los agentes lesionados y también asignará los recursos y el personal adecuados para averiguar quién está detrás de estos ataques”, dijo Marc Polymeropoulos, un exfuncionario de alto rango de la CIA que se retiró en medio de síntomas debilitantes.
Sus síntomas comenzaron en Moscú en 2017, donde ayudó a dirigir las operaciones clandestinas de la agencia en Rusia.
“Es un cambio muy bienvenido con respecto al equipo de liderazgo anterior, que a veces ignoraba a las víctimas y trataba este tema como un vicio de molestia, un verdadero desafío a la seguridad nacional”, agregó.
Un síndrome con muchos síntomas
El desafío para los funcionarios del gobierno que siguen estos informes es que no existe una forma segura de diagnosticar casos como el Síndrome de La Habana, que el gobierno denomina “incidentes de salud anómalos”.
Las víctimas sufren una gran cantidad de síntomas diferentes tanto al principio como a lo largo del tiempo, y los científicos, ingenieros y expertos médicos tienen opiniones divididas sobre si todos los casos investigados pueden atribuirse a una sola causa.
Algunas víctimas informaron haber sufrido vértigo repentino, dolores de cabeza y presión en la cabeza, a veces acompañados de un “ruido direccional penetrante”. Y algunos informaron que pueden escapar de los síntomas simplemente moviéndose a otra habitación, y retroceden al regresar a su posición original.
Funcionarios estadounidenses en China y el Reino Unido se han enfermado tras episodios reportados anteriormente.
Los extraños episodios también han afectado a las familias de los funcionarios estadounidenses en el extranjero. Un agente militar quedó atrapado en una intersección en Tayikistán cuando comenzó a experimentar síntomas. Su bebé comenzó a llorar y se detuvo tan pronto como el vehículo salió de la intersección.
También hubo una serie de episodios bajo investigación como posibles casos en Estados Unidos, informó anteriormente CNN, incluidos dos miembros del personal del Consejo de Seguridad Nacional del entonces presidente Donald Trump, que fueron atacados cerca de los puntos de entrada a la Casa Blanca.
¿Desde Rusia con amor?
Rusia es uno de los pocos países que ha dedicado investigación y desarrollo a lo que algunos expertos creen que podría ser el tipo de arma que podría causar síntomas consistentes con el síndrome de La Habana.
Pero la inteligencia que apunta a Rusia como posible culpable es circunstancial, según múltiples fuentes familiarizadas con el asunto. Esto dificulta que los analistas evalúen con certeza si Moscú está detrás de los episodios.
“Podría ser, pero … no quiero sugerir nada hasta que podamos sacar algunas conclusiones más definitivas de quién podría ser”, dijo Burns a NPR. “Hay un número de posibilidades”.
En África, por ejemplo, Rusia es vista como un posible sospechoso porque se sabe que Moscú, en particular los mercenarios rusos cuasi oficiales conocidos como el Grupo Wagner, tiene presencia en todo el continente.
Energía de microondas
Pero incluso la tecnología que podría causar un conjunto tan inconsistente de síntomas es un tema de debate público.
Un informe de marzo de la Academia Nacional de Ciencias descubrió que la “energía de radiofrecuencia pulsada dirigida” era la causa más probable del extraño conjunto de síntomas.
Se trata de la llamada energía de microondas. Pero algunos funcionarios advierten que incluso eso no es seguro, y algunos académicos han descartado públicamente la teoría como sin fundamento.
Dudas sobre la intención de los ataques
Luego está la cuestión de la intención.
Algunos funcionarios que rastrean el Síndrome de La Habana sugieren que, si un adversario extranjero está usando algún tipo de arma de energía dirigida, su propósito puede no ser acosar o mutilar al personal estadounidense, sino recolectar información de sus teléfonos celulares.
Al menos algunos exfuncionarios y legisladores que rastrean el problema ahora creen que el personal del Departamento de Estado y del Departamento de Defensa que se ha enfermado en todo el mundo puede haber sido un daño colateral.
Consideran que el objetivo principal eran los agentes de inteligencia, otro disparo de salva en el ajuste de cuentas que lleva décadas en el mundo de los espías entre Rusia y EE.UU.
Pero por ahora, mientras que los agentes continúan afectados en todo el mundo, la verdad sigue siendo desconocida.
Kylie Atwood contribuyó con este reporte