(CNN) – En lo que muchos llaman el “juicio del siglo” del Vaticano, un tribunal de la Santa Sede abrió el martes un proceso contra el cardenal italiano Angelo Becciu, exjefe de gabinete del papa, y otros nueve acusados de fraude y malversación, principalmente por sus papeles en un controvertido acuerdo inmobiliario de 400 millones de dólares en Londres.
Los fiscales del Vaticano han calificado el acuerdo como un ejemplo de un “sistema lucrativo y depredador podrido” que tomó forma bajo la dirección de Becciu.
Desde el principio, Becciu ha afirmado su inocencia, al igual que la mayoría de los demás acusados.
Becciu es el primer cardenal en ser acusado y juzgado ante un tribunal penal del Vaticano, así como el primer cardenal cuyo caso será juzgado por personas que no son clérigos. El papa Francisco implementó recientemente una reforma que despoja a los cardenales del privilegio de ser juzgados exclusivamente por otros cardenales.
El caso ha provocado una amplia reacción, en parte porque los fondos utilizados para financiar el acuerdo de Londres, parte de los cuales supuestamente fueron estafados por los acusados, provienen de una colecta anual en todo el mundo conocida como “Limosna de San Pedro”, facturada a católicos comunes como una forma de apoyar las organizaciones benéficas papales.
La primera fase del acuerdo comenzó en 2014, cuando Becciu todavía era el sostituto, o “sustituto”, en la Secretaría de Estado del Vaticano, convirtiéndolo en el jefe de gabinete del papa. Francisco destituyó a Becciu de ese cargo en 2018, y luego lo despidió de su puesto posterior en el Vaticano y lo despojó de sus privilegios como cardenal.
Los fiscales presentaron los cargos en un acta de acusación de 500 páginas vista por CNN, respaldada por más de 20.000 páginas de anexos. En esencia, la afirmación es que la compra de un antiguo almacén perteneciente a la cadena de grandes almacenes Harrod’s en el elegante barrio londinense de Chelsea, originalmente programada para convertirse en apartamentos de lujo con fines de lucro, fue diseñada por una red de financieros italianos laicos con la complicidad de aliados en la Secretaría de Estado, incluido Becciu, con el propósito de extorsionar cuotas exageradas en las transacciones.
Si bien Francisco se ha ganado elogios por permitir que prosigan las acusaciones y el juicio, Becciu y sus aliados han sugerido que lo han convertido en un chivo expiatorio por los fallos de figuras aún más importantes del sistema que permanecen cercanas al papa Francisco, pero que no han sido procesadas.
El escándalo de Londres es uno de varios que han sacudido al Vaticano en los últimos meses, incluidas las revelaciones de que un fondo de inversión con sede en Malta que maneja otra cartera de propiedades en Londres en nombre del papa utilizó los ingresos para invertir en la producción de películas, incluyendo una película biográfica sobre Elton John y la entrega más reciente de la franquicia “Men in Black”.
Se esperaba que la audiencia del martes fuera en gran parte procesal, y es probable que el juicio se desarrolle durante el otoño. La audiencia se llevó a cabo en una gran sala de reuniones perteneciente a los Museos Vaticanos en lugar de la sala de audiencias habitual del Tribunal del Vaticano para acomodar al inusual gran número de acusados, abogados y espectadores.