(CNN) – En los océanos pudo haber existido vida animal simple hace 890 millones de años, según una nueva investigación.
Fósiles de esponjas antiguas descubiertos recientemente podrían ser los restos más viejos de un cuerpo animal que se conocen hasta ahora. Son 350 millones de años antes en comparación con otros fósiles de esponjas.
Elizabeth Turner, profesora de Paleontología y Geología Sedimentaria en la Universidad Laurentian en Ontario, descubrió lo que cree que son posiblemente las estructuras fosilizadas de esponjas que existieron en los arrecifes hace millones de años. Las encontraron en muestras de rocas en el noroeste de Canadá.
Un estudio sobre los hallazgos de Turner fue publicado el miércoles en la revista Nature.
Se sabe poco sobre los días en que surgió por primera vez la vida animal en la Tierra porque el registro fósil es escaso. Si bien los científicos han utilizado evidencia genética para sugerir que las esponjas aparecieron por primera vez entre 541 millones y 1.000 millones de años atrás, durante la era neoproterozoica temprana, la falta de esponjas fosilizadas ha creado un vacío de conocimiento. El descubrimiento de Turner puede ayudar a llenar ese vacío y proporcionar un vistazo a la vida animal marina más antigua de la Tierra.
“Me encontré por casualidad con algunos ejemplos muy raros del material en arrecifes microbianos fósiles durante mi investigación de doctorado que no estaba relacionada a este tema, hace mucho tiempo”, dijo Turner. “Cuando me convertí en profesora y obtuve mis propias becas, pude regresar a los sitios de campo y recolectar más material para tener una colección más sólida con la que trabajar”, agregó.
Lo que encontró en las muestras de rocas antiguas fueron estructuras fosilizadas que se parecían a los esqueletos como los que existen dentro de las esponjas córneas, del tipo que se usan para una esponja de baño. Las esponjas córneas, también llamadas demosponjas de queratosa modernas, tienen un esqueleto con ramificaciones tridimensionales hechas de una sustancia orgánica resistente llamada espongina.
Las redes ramificadas de estructuras en forma de tubo estaban cubiertas por cristales de calcita mineral. Estos también parecían similares a las estructuras que se encuentran en las rocas de carbonato cálcico que probablemente se crearon cuando los cuerpos de esponja córnea se descompusieron.
“Este esqueleto orgánico es muy característico y no se conocen estructuras comparables”, dijo Joachim Reitner, profesor del Departamento de Geobiología de la Universidad de Goettingen que revisó el estudio de Turner antes de su publicación.
La vida de las esponjas antiguas
Las esponjas antiguas vivían en “rincones y recovecos oscuros” sobre y debajo de grandes arrecifes hechos de bacterias que habitaban en el agua y que hacían fotosíntesis o convertían la energía de la luz en energía química.
“Es posible que se hayan acomodado y vivido una buena vida sin tener que evolucionar mucho por unos cientos de millones de años”, explicó Turner.
El “oasis de oxígeno” y las fuentes de alimento potenciales producidas por las bacterias podrían haber sido un lugar muy conveniente para las esponjas.
Estas esponjas aparecieron 90 millones de años antes de los eventos que se consideraban necesarios para la aparición y diversificación de la vida animal.
Hace unos 800 millones de años, los niveles de oxígeno de la Tierra aumentaron durante lo que los científicos llaman el evento de oxigenación neoproterozoica, cuando hubo un aumento sustancial en la cantidad de oxígeno en los océanos y la atmósfera.
Es posible que las esponjas toleraran niveles bajos de oxígeno, por lo que lo que le proveían las bacterias podría haber sido suficiente.
Luego también hubo episodios glaciares criogénicos, durante los cuales gran parte de la Tierra probablemente experimentó edades de hielo severas entre 635 millones y 720 millones de años atrás. Las esponjas probablemente tampoco se vieron afectadas por esto.
El hallazgo de Turner “es un hito en la comprensión” del árbol genealógico de los animales y revela que su origen fue muy anterior a lo que se pensaba, dijo Reitner.
La cronología de la vida animal
Muchos fósiles se remontan a la explosión cámbrica, un período sucedido hace 540 millones de años en el que diversa vida animal floreció en el planeta, según David Bottjer, profesor de Ciencias de la Tierra, Ciencias Biológicas y Estudios Ambientales en la Universidad del Sur de California. Bottjer no estuvo involucrado en este estudio.
“El registro fósil de la vida animal es algo que interesa a muchas personas, y en particular (la cuestión de) cuándo los animales evolucionaron por primera vez en la Tierra”, dijo. “La gran discusión ha sido si hubo o no vida animal de manera significativa en el precámbrico, antes de la explosión cámbrica”, explicó.
Los investigadores usan dos fuentes de información para abordar este tema, indicó. Una es el registro fósil. Después están los relojes moleculares, que se utilizan para ayudar a los científicos a estimar cómo se produjo la evolución de diferentes organismos a lo largo del tiempo. La idea es que el ADN de los organismos evoluciona a un ritmo constante y la evidencia genética puede llenar los vacíos donde el registro fósil es escaso o directamente no existe.
“Este enfoque del reloj molecular dice que los animales estaban en la Tierra mucho antes del (período) Cámbrico”, afirmó Bottjer.
Anteriormente muchos científicos creían que las espículas —la estructura esquelética mineralizada de las esponjas— eran necesarias para demostrar la existencia de las esponjas. Pero algunas esponjas no tienen esqueletos mineralizados.
Si aparecen fósiles diversos y de estructura compleja en el registro rocoso de antes y durante el período Cámbrico, esto sugiere que los animales tuvieron que evolucionar antes de eso, señaló Turner.
Bottjer cree que Turner realizó “un artículo muy bien fundado”. También reconoce que sus hallazgos ciertamente van a dar lugar a discusiones entre los investigadores.
“Les digo a mis estudiantes que todos los fósiles precámbricos son cuestionados por algunos porque es muy temprano en la evolución”, dijo Bottjer. “Estos animales no suelen tener todas las características que evolucionan más tarde, por lo que puede ser un poco engañoso. Espero ver cuál es la respuesta, pero creo que es un caso muy sólido”, agregó.
Lo que no es sorprendente es que los primeros animales evolutivos probablemente fueran esponjas, dijo Turner. Las esponjas son animales simples y básicos con una larga historia en el registro fósil, e investigaciones anteriores sugieren que probablemente aparecieron por esa época.
Investigar el pasado lejano
Ahora Turner quiere investigar cuándo surgieron las esponjas si ya estaban presentes hace 890 millones de años.
“La evolución temprana de los animales sigue siendo turbia, independientemente de lo que yo tengo para ofrecer en este artículo”, comentó. “Lo que se necesita es mucho trabajo realmente enfocado en rocas de la misma edad elegidas con mucho cuidado, así como rocas más jóvenes y más viejas, para buscar otra posible evidencia física de los primeros animales, tanto los que son tipo esponjas y posiblemente otros tipos de animales más complejos”, agregó.
También sugiere mantener la mente abierta durante la búsqueda. Cuando se trata de la vida animal más antigua, los investigadores realmente no tienen idea de qué es lo que van a encontrar.
Turner también dijo que el estándar académico actual y el sistema de becas de investigación brindan menos apoyo a los tipos de trabajos que consumen mucho tiempo, y que ha menudo dan lugar a hallazgos no publicables, que serán necesarios para comprender e investigar a fondo el registro rocoso de la evolución animal temprana.
“Si buscamos algo que que parezca familiar a los animales, fracasaremos, porque lo familiar es demasiado complejo para los primeros animales”, dijo. “Necesitamos hacer un verdadero examen de conciencia sobre cómo pudo haber sido la preservación de los primeros animales”, explicó.
Esta investigación podría incluso ayudar en la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta. Mientras el rover Perseverance busca evidencia de vida microbiana antigua en Marte en el lecho de un antiguo lago, el registro de rocas antiguas en la Tierra podría ayudar a los científicos a detectar objetivos intrigantes.
“Si vamos a encontrar cosas en otros planetas, probablemente se parecerán más a las cosas precámbricas que a algo que tenga un millón de años y huesos de mamut”, aseguró Bottjer.