(CNN) – Sara Weaver y su marido sabían que la casa que acababan de comprar en Pensilvania necesitaba un poco de amor y atención adicionales, pero lo que no sabían es que unas 450.000 abejas habían estado viviendo en sus paredes durante casi 35 años.
Weaver compró la casa de campo de 1872 en Skippack, a unos 50 kilómetros al noroeste de Filadelfia, en diciembre y dijo a CNN que la declaración de la vendedora mencionaba que había abejas en la pared. Pero como la pareja compró la casa en invierno, Weaver comentó que las abejas no parecían suponer una gran amenaza en el momento de la compra.
“En la declaración de la vendedora decía ‘abejas en la pared’ y eso era todo, y creo que, en primer lugar, no las vimos y, en segundo lugar, estábamos tan sorprendidos de haber encontrado un terreno en el distrito (escolar) que estaba dentro de nuestro rango de precios que no pregunté nada sobre las abejas. No pensé que fuera a ser un problema tan grande. Ni siquiera se me pasó por la cabeza, pero cuando llegó la primavera fue cuando empezamos a verlas”.
“El marido de la vendedora falleció y no estoy segura de lo que pasó exactamente, pero ella no vivía allí, el estado en el que estaba la casa era horrible”, dijo Weaver. “Estaba muy sucia y, ahora que lo pienso, al principio pensé que era suciedad en las ventanas lo que limpiaba, pero probablemente era miel porque había marcas de goteo”.
Cada vez menos abejas en el mundo
La gran importancia de las abejas mieleras para la agricultura no es un producto de la colmena, según la FDA. Se calcula que el beneficio agrícola de las abejas es entre 10 y 20 veces el valor total de la miel y la cera de abeja, de acuerdo con los datos de la FDA.
Los apicultores de todo Estados Unidos perdieron, entre abril de 2020 y abril de 2021, el 45,5% de las colonias de abejas mieleras que gestionaban, según los resultados preliminares de la 15ª encuesta anual a nivel nacional realizada por la organización sin ánimo de lucro Bee Informed Partnership.
Existen más de 20.000 especies de abejas en todo el mundo, y están muriendo debido al cambio climático, el envenenamiento por pesticidas y la pérdida de plantas.
Un arreglo de US$ 12.000
La pareja no hizo una inspección de la casa y Weaver admite que probablemente deberían haber optado por una. Pero ella y su marido habían estado esperando pacientemente a que una casa en el barrio llegara al mercado, así que cuando la casa de campo apareció en su radar, saltaron a la oportunidad.
Ahora, esa situación les está costando casi US$ 12.000 para retirar las abejas y reconstruir la casa.
Tras buscar por todas partes a la persona más adecuada para encargarse del trabajo, los Weaver encontraron a Allan Lattanzi, contratista general y apicultor profesional con experiencia en la zona.
Cuando Lattanzi llegó a la casa, sabía que ya había estado allí antes. Le llamaron cuatro años antes, pero la anterior propietaria no podía asumir el coste de la remoción de las abejas, así que las dejó allí y acabó vendiendo la casa.
Lattanzi calcula que había 450.000 abejas viviendo entre las paredes de la casa de campo. Además, reubicó tres colonias de abejas mieleras, los hogares que las abejas construyen por sí mismas, en la Yerkes Honey Farm, su granja donde aloja a las abejas en colmenas, que son cajas hechas por el hombre.
A lo largo de una semana, Lattanzi retiró todas y cada una de las baldosas de la parte de la casa que ocupaban las abejas, pisando con cuidado para no dañarlas y encontrar a la reina, a la que encontró el viernes.
Abejas dóciles
Los Weaver están alquilando la casa a unos inquilinos, con planes de vivir allí algún día. Los actuales inquilinos no han informado de que la miel gotee por las paredes de la casa, salvo por el zumbido de algunas abejas fuera de la casa al llegar la primavera.
“Las abejas eran dóciles para una colonia que ha estado allí durante un tiempo”, dijo Lattanzi. “Normalmente, cuando una colonia lleva un tiempo en una vivienda suele estar a la defensiva. Normalmente, cuando arranco una baldosa de pizarra de una casa me cubro instantáneamente de abejas muy defensivas que me atacan, pero la mayoría de estas eran bastante dóciles: en todo el proceso puede que solo me hayan picado cinco o seis veces”.
Y aunque Weaver tiene que pagar el cambio por las reparaciones de la casa y la eliminación de las abejas, y ha causado a la pareja un gran dolor de cabeza, dijo que es su única opción si quieren poder ampliar la casa o vivir en ella ellos mismos.