(CNN) – La luna de miel presidencial de Joe Biden ha llegado oficialmente a su fin, con una serie de problemas, encabezados por la actual oleada de la variante delta del coronavirus, que han hecho de los últimos días unos de los peores que ha pasado como presidente.Consideremos el panorama actual al que se enfrenta Biden:
- Estados Unidos tiene ahora un promedio de más de 85.000 casos diarios de covid-19, frente a los 23.000 de hace tres semanas. Si bien la Casa Blanca pregonó este lunes que había alcanzado su objetivo de que el 70% de la población se vacunara al menos una vez, esto se produjo casi un mes después del objetivo declarado públicamente por Biden de alcanzar esa cifra el 4 de julio.
- El gobierno de Biden se ha metido en un cuadrilátero por la recomendación de los CDC de que incluso las personas vacunadas deben usar mascarillas en los espacios cerrados si viven en zonas donde la propagación del virus es alta.
- Tras la expiración de la moratoria sobre los desalojos el 1 de agosto, lo que significa que millones de estadounidenses tendrían que pagar tanto el alquiler como los atrasos o se enfrentarán a que los echen de sus residencias, se ha desatado un juego de culpas. Los demócratas de la Cámara de Representantes, liderados por la presidenta Nancy Pelosi y la diputada de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez, han dicho que no tuvieron suficiente tiempo para solucionar el problema antes de que el Congreso entrara en receso en agosto, y pidieron a Biden que tome medidas. La Casa Blanca insiste en que no tiene el poder de extender la moratoria. Como escribió CNN durante el fin de semana “el tira y afloja expuso una rara división entre el presidente Joe Biden y los miembros de su partido y llevó a acusaciones disimuladas sobre quién tenía la culpa”. En la tarde de este martes, los CDC anunciaron una moratoria de desalojo limitada y selectiva hasta principios de octubre.
- El número de menores no acompañados detenidos en la frontera sur de EE.UU. probablemente alcanzó un máximo histórico en julio. “El fuerte aumento con respecto a junio fue llamativo porque los cruces suelen reducirse durante el sofocante, y a veces letal, calor del verano”, escribió The Associated Press.
Incluso en lo que parece una victoria: el acuerdo bipartidista del Senado sobre un proyecto de ley de infraestructura “duro”, están surgiendo problemas para Biden. La prueba positiva de covid-19 del senador de Carolina del Sur Lindsey Graham, y el tiempo que pasó en el barco del senador Joe Manchin durante el fin de semana con un grupo de otros senadores, podría retrasar la aprobación de la medida en el Senado.
Y, suponiendo que la legislación se apruebe en el Senado, lo cual debería ocurrir, los liberales de la Cámara de Representantes ya están hablando públicamente y en voz alta sobre su insatisfacción con algunas partes del proyecto de ley del Senado. “Buena suerte al hundir la inversión de su propio partido en el cuidado de los niños, la acción climática y la infraestructura mientras presume que sobrevivirá a un margen de 3 votos en la Cámara, especialmente después de elegir excluir a los miembros de color de las negociaciones y llamar a eso un ‘logro bipartidista’”, tuiteó Ocasio-Cortez al la senadora demócrata de Arizona Kyrsten Sinema tras el anuncio de esta última de su oposición a la inversión de US$ 3,5 billones para un segundo proyecto de ley de infraestructura “suave”.
Biden, probablemente influido por el escepticismo de los liberales de la Cámara de Representantes ante el acuerdo bipartidista de infraestructuras, tuiteó esto el martes por la mañana: “El acuerdo bipartidista sobre infraestructuras volverá a dar a los trabajadores una oportunidad de luchar. No podemos permitirnos no hacerlo”.
Aunque la mayoría del país sigue aprobando el trabajo de Biden en la presidencia, en gran parte gracias a la fuerte aprobación de la forma en que él y su administración han manejado la pandemia del covid-19, esas cifras han comenzado a decaer un poco.
En una encuesta de abril de la Universidad de Monmouth, el 54% aprobaba la forma en que Biden estaba gestionando la presidencia, mientras que el 41% la desaprobaba. En la encuesta más reciente de Monmouth, publicada a finales de julio, solo el 48% lo aprobaba y el 44% lo desaprobaba.
¿Qué le depara el futuro o, al menos, las próximas semanas, a Biden? La respuesta honesta es que nadie lo sabe.
Como gran parte de los primeros seis meses de la presidencia de Biden, casi todo depende del covid-19. ¿Seguirá la variante delta haciendo estragos en las comunidades no vacunadas? ¿Aumentarán las muertes por el virus? ¿Durará el reciente aumento de las vacunaciones? ¿Podrá la administración superar sus problemas iniciales de comunicación sobre la necesidad de volver a usar las mascarillas en algunas partes del país?
Las respuestas a estas preguntas determinarán si se trata de un bache temporal o del inicio de un declive más prolongado para Biden y su administración. De momento, las cosas pintan mal para Biden. Una encuesta de Gallup publicada este lunes mostró que solo el 40% de los estadounidenses cree que la situación del coronavirus está mejorando en Estados Unidos. Se trata de una caída impresionante respecto al 89% que decía lo mismo en la encuesta de Gallup de junio.
Todo, y quiero decir TODO, se desprende de las noticias sobre el covid-19. Y la verdad es que la capacidad de Biden para cambiar la historia actual del covid-19 en este país es, sin duda, limitada.