(CNN) – Las agencias de inteligencia de EE.UU. examinan un tesoro de datos genéticos provenientes del laboratorio de Wuhan, en China, que podría ser clave para descubrir los orígenes del coronavirus, en cuanto puedan descifrarlos.
Este gigantesco catálogo de información contiene los planos genéticos extraídos de las muestras del virus estudiadas en el laboratorio de Wuhan, China, que algunos funcionarios creen que puede haber sido el origen del brote de covid-19, dijeron a CNN varias personas familiarizadas con el asunto.
No está claro cómo ni cuándo accedieron las agencias de inteligencia estadounidenses a la información, pero las máquinas implicadas en la creación y el procesamiento de este tipo de datos genéticos de los virus suelen estar conectadas a servidores externos basados en la nube, lo que deja abierta la posibilidad de que hayan sido blanco de un hackeo, según las fuentes.
Sin embargo, convertir esta montaña de datos en bruto en información utilizable -que es solo una parte de un esfuerzo de 90 días de la comunidad de inteligencia para descubrir los orígenes de la pandemia- presenta una serie de desafíos, incluyendo el aprovechamiento de la suficiente potencia de cálculo para procesarlo todo. Para ello, las agencias de inteligencia dependen de los superordenadores de los Laboratorios Nacionales del Departamento de Energía, un conjunto de 17 instituciones gubernamentales de investigación de élite.
Dificultades para el procesamiento
También hay un problema de recursos humanos. Las agencias de inteligencia no solo necesitan científicos gubernamentales lo suficientemente capacitados para interpretar los complejos datos de la secuenciación genética y que tengan la debida autorización de seguridad, sino que también necesitan hablar mandarín, ya que la información está escrita en chino con un vocabulario especializado.
“Obviamente, hay científicos que tienen autorización (de seguridad)”, dijo a CNN una fuente familiarizada con las agencias de inteligencia. “Pero, ¿los que hablan mandarín están autorizados? Es un grupo muy pequeño. Y no cualquier científico, sino los que se especializan en biología. Así que puedes ver cómo esto se vuelve rápidamente difícil”.
Los funcionarios que llevan a cabo la revisión de 90 días esperan que esta información ayude a responder a la pregunta de cómo saltó el virus de los animales a los humanos. Desvelar ese misterio es esencial para determinar, en última instancia, si el covid-19 se filtró desde el laboratorio o se transmitió a los humanos desde los animales en la naturaleza, dijeron múltiples fuentes a CNN.
El foco en 22.000 muestras de coronavirus
Los investigadores, tanto de dentro como de fuera del gobierno, han buscado durante mucho tiempo los datos genéticos de 22.000 muestras del virus que se estudiaban en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV, por su sigleas en ingés). Esos datos fueron retirados de internet por funcionarios chinos en septiembre de 2019, y desde entonces China se ha negado a entregar estos y otros datos en bruto sobre los primeros casos de coronavirus a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a Estados Unidos.
La pregunta para los investigadores es si el WIV u otros laboratorios en China poseían muestras de virus u otra información contextual que podría ayudarles a rastrear la historia evolutiva del coronavirus.
Dos científicos que estudian los coronavirus dijeron a CNN que son escépticos de que haya algún dato genético en el tramo de 22.000 muestras o en cualquier otra base de datos del WIV que los científicos no conozcan ya.
“Básicamente, el WIV hablaba (en un artículo de investigación de 2020 publicado en Nature), de todas las secuencias que tenían hasta un determinado momento; es lo que creen la mayoría de los científicos virólogos, eso es más o menos lo que tenían”, dijo el Dr. Robert Garry, virólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane.
Una fuente familiarizada con la investigación estadounidense no quiso confirmar ni desmentir que alguno de los datos relativos a esas 22.000 muestras se encuentre entre lo que las agencias de inteligencia estadounidenses están analizando actualmente.
No hay “cuerpo del delito”
Fuentes conocedoras de la investigación afirman que completar ese eslabón genético que falta no será suficiente para demostrar definitivamente si el virus se originó en el laboratorio de Wuhan o surgió de forma natural. Los funcionarios todavía tendrán que reunir otras pistas contextuales para determinar los verdaderos orígenes de la pandemia.
Pero es una pieza crítica del rompecabezas a la que el gobierno de Joe Biden ha dado prioridad.
“Los datos técnicos más preciados en este contexto son las secuencias genéticas, las entradas en las bases de datos y la información contextual sobre la procedencia de las muestras y el momento y el contexto en el que fueron adquiridas, información que la gente utilizaría para situarlas en una narración de los orígenes del SARS, covid-19”, dijo a CNN una fuente familiarizada con la investigación.
Por ahora, los altos funcionarios de inteligencia siguen diciendo que están realmente divididos entre las dos teorías predominantes sobre los orígenes de la pandemia, o alguna combinación de ambos escenarios. CNN informó el mes pasado de que los altos funcionarios de la administración Biden que supervisan la revisión de 90 días creen ahora que la teoría de que el virus se escapó accidentalmente de un laboratorio en Wuhan es al menos tan creíble como la posibilidad de que surgió de forma natural en la naturaleza; un cambio dramático desde hace un año, cuando los demócratas minimizaron públicamente la teoría de la llamada fuga de laboratorio.
Múltiples fuentes dijeron a CNN que, a falta de una inesperada cantidad de nueva información, los funcionarios no esperan descubrir un “cuerpo del delito” -como comunicaciones interceptadas, por ejemplo- que ofrezca una prueba definitiva para cualquiera de las dos teorías. El impulso de 90 días de la administración de Joe Biden se basa en la expectativa de que la ciencia, no la inteligencia, será la clave.
“Lagunas de conocimiento”
Los funcionarios de inteligencia tienen la tarea de abordar varias “lagunas de conocimiento científico” sobre la evolución del virus, según la guía de recopilación que rige el impulso de 90 días, distribuida a más de una docena de agencias el 11 de junio por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional y obtenida por CNN.
El memorándum ordena a la comunidad de inteligencia “ampliar su recopilación” y considerar los datos que ya posee para identificar tanto el huésped inicial del coronavirus como cualquier especie por la que pueda haber pasado al adaptarse a los seres humanos, o encontrar como “cualquier virus progenitor y/o virus que pueda servir como columna vertebral para fines de ingeniería genética”.
Sin embargo, el exdirector de Inteligencia Nacional, John Ratcliffe, dijo a CNN que la comunidad de inteligencia de Estados Unidos ya contaba con suficiente información sobre el tema de los orígenes del covid-19.
“Obviamente, cuanto más, mejor. Pero hemos tenido una extraordinaria información sobre este tema durante muchos meses, mucho más de lo que se ha desclasificado. Pretender que no lo teníamos es teatro político y un ejemplo clásico de un político que intenta ganar tiempo utilizando a las agencias de inteligencia como chivo expiatorio”, dijo a CNN en un comunicado.
Profundizar en la ciencia
Ahí es donde podrían entrar los datos genómicos del laboratorio de Wuhan.
El código genético de un determinado virus es la firma que permite a los científicos diferenciar entre las variantes delta y beta del coronavirus, por ejemplo. También puede ofrecer pistas sobre cómo se ha adaptado o mutado el virus a lo largo del tiempo, incluso si muestra signos de manipulación humana, una especie de historia genética.
Muchos científicos siguen creyendo que la hipótesis más probable es que el virus haya saltado de los animales a los humanos de forma natural. Sin embargo, a pesar de las pruebas realizadas en miles de animales, los investigadores aún no han identificado el huésped intermedio a través del cual el virus se adaptó a los humanos.
Sin embargo, algunos investigadores, funcionarios de los servicios de inteligencia y legisladores republicanos creen que los investigadores del WIV podrían haber alterado genéticamente un virus en el laboratorio, utilizando un controvertido tipo de investigación conocido como “ganancia de función” que podría haber infectado a los investigadores que luego lo propagaron en su comunidad.
También es plausible que la infección inicial se produjera de forma natural fuera del laboratorio, quizás mientras un científico recogía una muestra de un animal en la naturaleza, y que ese científico propagara el virus sin saberlo cuando regresó al laboratorio con las muestras, explicaron múltiples fuentes familiarizadas con la inteligencia.
“Si fue esto último, lo más probable es que se llevara al laboratorio para estudiarlo porque alguien enfermó. Lo que significa que había un número incalculable de otras personas que ya estaban enfermas”, dijo la fuente familiarizada con la investigación.
Saber exactamente con qué virus trabajaban los investigadores del WIV podría aportar pruebas importantes para cualquiera de estas teorías. Es una de las razones por las que los investigadores del gobierno de EE.UU. y de otros lugares han estado muy centrados en la base de datos que se sacó de internet en 2019.
Sin pruebas definitivas
Pero puede que no pruebe nada definitivamente, afirman fuentes familiarizadas con la inteligencia. Incluso si los científicos de la comunidad de inteligencia son capaces de utilizar los datos del laboratorio para confeccionar una historia genética completa que muestre cómo mutó el virus, podrían no tener suficiente información sobre cómo fue manejado por el laboratorio chino para determinar con un alto nivel de confianza que se filtró.
“A pesar de tener ese historial completo de variantes, [los funcionarios] podrían carecer de la información contextual para darle un sentido narrativo”, explicó la fuente familiarizada con la investigación.
“Incluso un historial de secuencias completo es difícil de obtener. Y realmente no nos dice nada sobre los orígenes de la pandemia en sí sin el contexto”, añadió esta persona.
Algunos republicanos en el Congreso de EE.UU. han saltado a la incertidumbre con su propio informe en el que afirman que “la preponderancia de las pruebas sugiere” que el coronavirus fue liberado “accidentalmente” desde un laboratorio de Wuhan en 2019, una afirmación que va mucho más allá de la visión actual de la comunidad de inteligencia sobre el asunto.
90 días… ¿y luego qué?
Es posible que al final de los 90 días de Biden, la comunidad de inteligencia no haya alcanzado lo que se conoce como una evaluación de “alta confianza” en cuanto a los orígenes de la pandemia. Funcionarios del gobierno han sugerido previamente a CNN que es posible que se ordene una segunda revisión al final de los 90 días.
Un grupo bipartidista de legisladores de los Comités de Inteligencia y de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU. envió a principios de esta semana una carta en la que se instaba a la administración a seguir dando prioridad a la búsqueda hasta que se pueda emitir ese juicio con el fin de prevenir futuras pandemias.
Pero los legisladores también se centraron en un tema relacionado con los funcionarios de inteligencia que investigan los orígenes de la pandemia: los “esfuerzos de China por ocultar la gravedad y el alcance del brote del virus SARS-CoV-2 que causó la pandemia covid-19”.
“También creemos que la investigación debe abordar los esfuerzos de la RPC (República Popular China) para impedir las investigaciones internacionales sobre los orígenes del SARS-CoV-2, y otras acciones que las autoridades de la RPC han tomado para oscurecer la naturaleza del virus y su transmisión”, dijeron los legisladores.
Los legisladores republicanos de la Cámara de Representantes, por su parte, se han aferrado a la teoría de que el virus se escapó de un laboratorio. En un informe publicado el lunes por el representante Michael McCaul de Texas, legisladores del Partido Republicano han afirmado que “la preponderancia de la evidencia sugiere” que el coronavirus fue liberado “accidentalmente” de un laboratorio en Wuhan en 2019.
Los funcionarios de inteligencia dicen que todavía es demasiado pronto para decirlo.