(CNN) – Ebrahim Raisi tomó posesión este jueves como presidente de Irán, señalando el comienzo de una nueva era de línea más dura que podría anunciar cambios importantes en las políticas de la República Islámica en el país y en el extranjero.
“Juro salvaguardar la religión oficial y el establecimiento de la república islámica y la constitución de la nación”, dijo en su juramento en el parlamento de Irán.
Tras los ocho años de la administración de moderado Hassan Rouhani, Irán recurre ahora a Raisi, un jefe del poder judicial ultraconservador cuyas opiniones coinciden plenamente con el pensamiento del poderoso clero del país y del líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, la última palabra en todos los asuntos importantes del Estado.
La toma de posesión de Raisi se produce en un momento crucial, ya que Irán se encuentra actualmente en negociaciones indirectas con Estados Unidos sobre cómo reactivar el acuerdo nuclear de 2015. Raisi también se enfrentará a la tarea de reactivar la economía de su país, golpeada en los últimos años por la campaña de sanciones de “máxima presión” de la anterior administración de Estados Unidos. Las tensiones en la región también son elevadas tras una serie de provocaciones marítimas que Occidente atribuye a Teherán.
Elogios del líder supremo Ali Khamenei
En una ceremonia celebrada a principios de esta semana, el líder supremo elogió a la administración entrante mientras Rouhani observaba en silencio.
“En un traspaso de poder, entran en escena nuevas ideas y nueva determinación, y esto es una fuente de esperanza para todos aquellos que están muy motivados para servir al país, en particular los jóvenes”, dijo Khamenei en un discurso el lunes sobre las polémicas elecciones de junio que llevaron a Raisi al poder. Los comicios se caracterizaron por una participación históricamente baja y fueron criticados como poco competitivos después de que un panel no elegido de clérigos y abogados impidiera a los principales candidatos reformistas y centristas presentarse, lo que prácticamente garantizó la victoria de Raisi.
Raisi no tardó en dejar claro que está en la misma línea que el líder supremo. El presidente electo también cuenta con una sólida mayoría en el Parlamento, lo que le permitirá impulsar rápidamente leyes que podrían dar lugar a importantes cambios en la política interior y exterior de Irán.
“La unidad dentro de los tres poderes del Estado reduce las luchas internas y los desacuerdos, lo que va a ser crucial para él, y no tener que preocuparse por la competencia interna va a ser importante para él”, afirma Fouad Izadi, profesor asociado de la Universidad de Teherán.
Posibles cambios en la economía de Irán
El cambio más fundamental podría producirse en la política económica de Irán. Mientras que Rouhani estaba dispuesto a abrir Irán a la inversión extranjera y a atraer empresas de Occidente, Raisi suscribe la noción de una “economía de resistencia”, un modelo que los partidarios de la línea dura de Irán llevan años propagando. Su objetivo es independizar la economía iraní de las fuerzas exteriores, permitiéndole resistir mejor el impacto de las sanciones internacionales, al tiempo que intenta fomentar las industrias autóctonas.
Si bien Rouhani y millones de iraníes esperaban que el histórico acuerdo nuclear de 2015 (conocido como JCPOA) condujera a una bonanza de inversiones extranjeras, esas esperanzas se vieron frustradas por la salida del acuerdo por parte de la administración Trump y su desencadenamiento de la campaña de “máxima presión” que golpeó a Irán con sanciones más duras que nunca y que siguen paralizando la economía hasta el día de hoy.
El Dr. Seyyed Mostafa Koshcheshm, analista político en Teherán, dice que la creencia de Rouhani en mejorar las relaciones con Occidente, incluso después de que la administración Trump comenzara su campaña de máxima presión, puede haber sido su mayor error.
“Rouhani marginó los lazos con otros países. Su punto central era el JCPOA, el acuerdo nuclear y la eliminación de las sanciones. Muchos iraníes que votaron a Raisi creen que Rouhani estaba comprometiendo la política exterior de Irán a instancias de soluciones cómodas con Estados Unidos y no tenía suficiente cuidado con los lazos con otros países como China, Rusia, América Latina y África”, dijo.
Negociaciones estancadas en torno al acuerdo nuclear
Se está negociando cómo hacer que Estados Unidos vuelva al acuerdo nuclear y que Irán se comprometa a cumplirlo plenamente, después de que Teherán respondiera a las sanciones de Trump aumentando significativamente tanto sus existencias como la pureza del uranio enriquecido en los últimos años. Aunque ambas partes dicen querer llegar a un acuerdo, las negociaciones se han estancado recientemente.
Raisi, al igual que el líder supremo y la mayoría de los partidarios de la línea dura, no es partidario del JCPOA. En un discurso pronunciado tras recibir sus credenciales presidenciales, dijo que, si bien estaba dispuesto a eliminar las sanciones, no volvería al acuerdo a toda costa.
“Definitivamente buscaremos eliminar y levantar las sanciones tiránicas”, dijo Raisi, pero “no condicionaremos el sustento de la gente, no ataremos todas las cosas a los extranjeros. Definitivamente perseguiremos los asuntos que son inmediatos para nosotros, a los que nos enfrentamos hoy”.
A pesar de los planes de Raisi para lograr una economía más autosuficiente, el levantamiento de al menos algunas de las sanciones contra Irán será clave, ya que la administración entrante se enfrenta a una economía en dificultades, una alta tasa de desempleo y una moneda que ha estado en casi caída libre, lo que ha provocado un importante aumento de los precios al consumidor.
El impacto de escasez de agua
Además, Raisi debe encontrar una solución a la escasez de agua del país, especialmente en el suroeste de Irán, que ha provocado protestas a veces violentas con varios muertos.
El líder supremo de Irán ha dicho que comprende a quienes protestan por la escasez de agua y ha pedido al gobierno que actúe. Raisi dice que ha recibido el mensaje y que quiere atajar el problema, lo que requerirá grandes inversiones en infraestructuras locales.
“Se han detectado estos asuntos y aseguro a la gente que se han delineado las soluciones y nos hemos beneficiado de las opiniones de expertos y eruditos y esto se tratará con urgencia”, dijo Raisi a principios de esta semana.
Política exterior “activa y dinámica”
En política exterior, la línea dura de Irán podría acentuarse aún más. Como gran potencia regional con amplia influencia en el gran Oriente Medio, la política exterior de Irán será “activa y dinámica”, prometió Raisi.
El gobierno de Rouhani, y en particular su ministro de Asuntos Exteriores, Javad Zarif, tenían una relación algo tensa con los poderosos militares iraníes y con la influyente Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria, responsable de las operaciones exteriores en países como Irak, Siria y Líbano. Con el presidente electo que asume este jueves, no existen estos desencuentros.
Hossein Amir-Abdollhian, asesor de asuntos exteriores del Parlamento y posible próximo ministro de Asuntos Exteriores, declaró a CNN en una entrevista reciente que Irán no tiene previsto limitar su política exterior.
Irán tendrá “una política exterior equilibrada con la vista puesta en todos los países, con un discurso lógico y al mismo tiempo fuerte, un discurso que podrá asegurar los derechos de Irán en todos los frentes”, dijo Amir-Abdollhian.
Esto podría provocar importantes enfrentamientos con Estados Unidos. El gobierno de Biden ha dicho que quiere que Irán inicie conversaciones sobre su programa de misiles balísticos y el “comportamiento” del país en Oriente Medio. Teherán ha rechazado incluso la idea de mantener conversaciones directas con Washington. Cuando se le preguntó en su primera conferencia de prensa tras su elección si hablaría con el presidente Biden, Raisi se limitó a decir: “¡No!”
Posible desescalada con Arabia Saudita
Sin embargo, mientras que las tensiones entre Irán y Estados Unidos podrían intensificarse aún más, otros conflictos podrían experimentar al menos una cierta desescalada. Recientemente, Irán ha entablado conversaciones con su principal rival regional, Arabia Saudita, en un intento de poner fin a un largo enfrentamiento que ha contribuido a la inestabilidad en gran parte de Oriente Medio. El analista político Mostafa Khoshcheshm cree que la distensión con Riad es clave para la agenda política y económica de Irán.
En su primera rueda de prensa como presidente electo, Raisi dijo que preveía la reapertura de las embajadas iraní y saudita en Riad y Teherán. Las relaciones entre ambos países están congeladas desde 2016.
“El objetivo final de Raisi es la economía”, dijo Khoshcheshm. “Uno de los medios para lograrlo es el comercio exterior y cuando hablamos de comercio exterior eso significa desescalada, eso significa distensión con Arabia Saudita y eso significa tratar con otros países”. Por eso, en su primera rueda de prensa tras ser elegido, dio una cálida bienvenida a Arabia Saudita”.
Con información de Mostafa Salem y Hamdi Alkhshali.