(CNN Español) – La justicia federal en Argentina avanzó en las últimas semanas en una investigación sobre la presunta tala ilegal del árbol conocido como palo santo, en un entramado que incluye a exfuncionarios que estaban a cargo de proteger el medio ambiente.
El palo santo sudamericano (Bulnesia sarmientoi) es un árbol que puede crecer hasta 15 metros de altura, con troncos finos, de entre 20 y 40 centímetros de ancho. Su madera es dura y olorosa, de color marrón claro. Se comercializa en rollos y su tala requiere
el uso de motosierras para evitar cortar o dañar los troncos, explicó a CNN uno de los abogados que intervienen en la causa judicial.
El Bulnesia sarmientoi comparte su nombre popular con otro árbol también conocido como palo santo, la “madera sagrada”, que se quema para la popular aromatización energética de ambientes, pero que proviene de otra especie denominada Bursera graveolens, que crece en Centroamérica, según publicó The New York Times.
En cambio, el palo santo del Gran Chaco sudamericano sólo crece en partes de Brasil, Paraguay, Bolivia y Argentina, y se utiliza para la fabricación de muebles, pisos y artesanías, tanto para la producción local como para la exportación a los mercados asiáticos.
También se destina su uso a la industria farmacéutica, en la producción de aceites esenciales, explicó a CNN Juan Pedro Cano, ex director nacional de Bosques de Argentina.
A partir de 2006, el Ministerio de Medio Ambiente de Argentina comenzó a incrementar los controles en el comercio internacional de palo santo “con el fin de detectar exportaciones ilegales, a partir de permisos de extracción vencidos, adulterados y de cupos otorgados por las provincias” donde crece esta especie y que las autoridades nacionales consideraban “imprecisos y/o sobreestimados”, según explica el organismo en un documento sobre el Plan estratégico nacional para el manejo sustentable del palo santo.
El interés de las autoridades se basó en estadísticas: a partir de 2006, comenzaron a observar que la producción de rollos de palo santo aumentaba en Argentina y se destinaba al comercio internacional, especialmente para exportaciones a países asiáticos, según el documento citado.
En 2010, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés), un acuerdo internacional entre países que busca controlar el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres, incorporó a la
Bulnesia sarmientoi en su lista roja, para lograr que su comercio a nivel internacional fuese regulado por las autoridades y prevenir que la especie entré en riesgo de extinción.