(CNN Español) – En Necoclí, un municipio en el noroeste de Colombia en la frontera panameña, miles y miles de inmigrantes de varias nacionalidades esperan pasar la frontera para llegar a Panamá, y seguir su camino hacia el norte del continente. La esperanza de muchos es llegar a Estados Unidos.
Miles de viajeros llegaron a este remoto municipio colombiano desde Haití, Venezuela, Chile, Brasil, e incluso desde África —con países como El Congo, Senegal, y Nueva Guinea— según le dijo a CNN el alcalde de Necoclí, Jorge Tobón Castro.
La situación fue novedosa, dijo Tobón Castro, pues “antes la migración era sobre todo cubana, brasileños, chilenos. Pero esta migración es nueva”.
En los últimos días, Necoclí –que tiene unos 48.000 habitantes— llegó a ver hasta 16.000 inmigrantes represados por falta de transporte. Todos ellos buscan viajar hacia el norte del continente. Su fin último es “Norteamérica”, dijo el alcalde.
El gobierno nacional calcula que cada año pasan por Necoclí unos 30.000 inmigrantes, pero desde inicios de agosto han pasado por este municipio 25.000, citó Reuters.
La vicepresidenta y canciller de Colombia, Martha Lucía Ramírez, calificó la situación de los migrantes como una “tragedia humanitaria”.
Según ella, Panamá y Colombia están trabajando en conjunto para resolver la situación y encontrar una “solución definitiva a esta tragedia humanitaria que estamos viendo por muchos años, de los migrantes que vienen del sur hacia el norte, y en donde Panamá y Colombia somos países de tránsito, no somos países de origen; no somos países de destino, pero sin duda, este tránsito está también generando consecuencias sociales muy difíciles en nuestros países”.
La llegada a Necoclí
Muchos llegan desde el sur del continente y llegan a Colombia a través de Ecuador, dijo Tobón Castro. Pasan por trochas y siguen hacia el norte del país en lo que puedan movilizarse.
“Algunas veces les toca a pie, pero ellos llegan a Necoclí desde el Golfo de Urabá porque es el paso más cercano hacia las costas de Panamá”, le dijo el alcalde local a CNN. “Llegan a Necoclí y de allí van al tapón del Darién y de allí a Panamá”.
Ante ellos está el Golfo de Urabá, un tramo del mar Caribe que interrumpe su largo viaje hacia el norte hacia Estados Unidos.
Una vez que cruzan, si cruzan, se enfrentan a una caminata de 60 kilómetros a través de la selva del Tapón del Darién para llegar a Panamá y, finalmente, a Costa Rica y Nicaragua. Si sobreviven hasta ahí, se unirán a los flujos masivos de personas desesperadas que caminan hacia el norte a través de Centroamérica, todos en su camino hacia la frontera entre Estados Unidos y México.
Si bien a los viajeros los acompañan las autoridades para evitar que los viajeros “vayan a ser afectadas por delincuentes, por abuso en el cobro de los precios junto a otro tipo de delitos”, según Gustavo Franco, comandante de la Región 6 de la Policía de Colombia, la canciller de Colombia denunció un “negocio infame de redes de crimen organizado”.
Según ella, existen “unas redes de crimen organizado que están traficando con personas, que están lucrándose de esta necesidad que tienen muchas personas de encontrar un lugar de acogida, un lugar que les dé estabilidad, un lugar donde puedan levantar a sus hijos”.
Por eso dijo Ramírez que se contactaron con Ameripol e Interpol y otras agencias de inteligencia judicial ara detener este flagelo.
Mejora la situación
El alcalde de Necoclí dijo que en los últimos días la situación ha mejorado, pues antes las empresas privadas de yates que transportan entre 80 y 90 pasajeros no prestaban el servicio por miedo a que los inmigrantes tuvieran estatus irregular.
“Pero ya que Migración Colombia logró organizar el tema ya les están prestando el servicio sin ningún problema”, dijo Tobón. “Todos están presentando su pasaporte. Ellos se lo presentan a Migración Colombia, los ingresa a una planilla para tener un control y mirar antecedentes”. Entonces pueden avanzar hacia su próximo destino.
“Hasta el momento no se ha escuchado tema de indocumentados”, dijo Tobón Castro a CNN.
Según las autoridades, a diario salen del municipio, en embarcaciones, entre 700, 800 a 1.000 inmigrantes.
“Ya que Migración Colombia logró organizar el tema ya les están prestando el servicio sin ningún problema”, dijo el alcalde.
A los inmigrantes les cobran el transporte de ida y vuelta, pues la embarcación va llena, pero se devuelve vacía, dijo Tobón Castro. El pasaje cuesta US$50.
“Tratamos de trasladar a ochocientos o novecientos migrantes por día, pero es difícil. Normalmente son trescientas o cuatrocientas personas, tal vez quinientas, pero ahora son novecientas personas día tras día tras día. Nunca había visto algo así antes”, dice Edward Villarreal, quien trabaja como traductor para la empresa de transbordadores Caribe SAS.
Por ahora, una de las mayores preocupaciones para Necoclí es controlar la pandemia, que hasta el momento ha sido efectivo, dijo el alcalde. Y también que con la llegada de tanta gente se desincentive el turismo —una de los principales pilares del municipio— y el colapso de los servicios públicos.
“Se ha visto afectado el suministro de agua potable porque casi 16.000 migrantes que tuvimos ahí represados fue una afectación grande frente a ese tema”, dijo el alcalde Tobón Castro. “Y frente al tema turístico, pues los hoteles están totalmente vacíos porque ya la gente no quiere ir a Necoclí porque quedó el estigma. Y hay que comenzar a hacer un trabajo para ir recuperando ese flujo turístico”.
– Con información de Stefano Pozzebón de CNN y Melissa Velásquez de CNN en Español.