Nota del editor: Mari Rodríguez Ichaso ha sido colaboradora de la revista Vanidades durante varias décadas. Es especialista en moda, viajes, gastronomía, arte, arquitectura y entretenimiento, productora de cine y columnista de estilo de CNN en Español. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente suyas. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion.
(CNN Español) – Isabel Allende me ha hecho reflexionar. ¡Y lo he hecho muy seriamente! Y no es por su último libro, Mujeres del alma mía, sobre su vida y el feminismo. No. Ha sido por unas palabras muy sencillas y espontáneas, dichas en una entrevista en 2020 en el programa televisivo Mesa Chica con José del Río, de La Nación, de Argentina –la que ha sido difundida en Milenio.com, Yahoo Noticias y otros medios.
Y me ha impresionado porque, al hablar de la pandemia –la que ella ha pasado con su esposo y sus dos perros en su casa de California, lugar donde vive desde hace 30 años–, coincide con pensamientos que tanto yo como otras mujeres, incluyendo amigas y familiares de distintas edades, compartimos y comentamos entre nosotras todos los días.
Uno de ellos es que nada será igual cuando pasemos esta gran tragedia. Y que el mundo quizás despierte de su indolencia y frivolidad cuando podamos sentarnos a pensar cómo deseamos que sea nuestra vida futura.
Segun Isabel Allende, “había el tiempo ‘del antes’, ahora estamos viviendo el ‘del medio’ y después será el tiempo ‘de mañana’. Vamos a ver si el último es un poco más liviano y más claro del que vivíamos antes”. Y el usar la palabra liviano es precisamente lo que más me ha impactado.
Aligerar la vida, no comprar y comprar tantas cosas, saber qué necesitamos y no qué nos hace felices y qué no sirve para nada. Qué nos complica nuestra cotidianidad innecesariamente, qué es un derroche absurdo de ‘cosas’ y qué no…¡Me encanta sentir que muchas mujeres piensan así y esta pandemia me ha demostrado que se puede vivir con poco y, sin embargo, podemos apreciar más lo que nos rodea!
Según Isabel Allende “vivíamos en una situación insostenible, de un abuso del planeta, del clima, de la naturaleza, de otras especies… una sociedad de consumo sin ninguna vida interior y sin satisfacción interior tampoco”.
La célebre escritoria de origen chileno afirma: “Creo que no vivimos en un mundo feliz, ni mucho menos. Es la primera vez, posiblemente en la historia, que hay una sensación de que somos una sola humanidad, que lo que le pasa a uno les pasa a todos. Estamos todos metidos en este virus, en cuarentena”, dijo.
Y es muy sobrio el llegar a esa conclusión. Creo que nunca dejaré de ser una buena “consumerista”. Pero este año y medio, en que hemos hecho tantos sacrificios y hemos temido enfermarnos y morir, me ha enseñado a ser menos impulsiva y comprar menos sin ton ni son. ¡Y a valorar mil veces más lo que YA tengo! ¡Y a ser más espiritual y más agradecida con la vida!
Sus palabras resonaron en mí cuando dijo: “La pandemia me ha enseñado a soltar cosas, a darme cuenta de lo poco que necesito. Me parece que tengo demasiado. A darme cuenta de quiénes son los verdaderos amigos y la gente con la que quiero estar”.
Pues sí, Isabel, estoy de acuerdo contigo. Llevo largos meses tratando de “aligerar” mi vida. Y he reducido mi grupo de seres queridos. Y así tengo más tiempo para ellos. ¡Y lo mismo me han dicho que hacen muchas de mis amigas! Y ahora también me gusta revisar mis adornos, mis armarios, mi librero (¡lleno de maravillas que dejé de leer porque me compré otro libro nuevo que me tentó!), mis álbumes de fotos y regodearme de placer viendo cosas que ya había olvidado que eran mis más queridos recuerdos y pertenencias. ¡Qué alegría descubrir estos viejos amigos materiales!
Y, curiosamente, leyendo esta entrevista a Isabel Allende, cuya vida está llena tanto de alegrías como de profundas tristezas, me han detenido en seco sus palabras. Y sus reflexiones me han hecho reflexionar. Como quien recibe un fuerte abrazo de mujer a mujer, desde California a Nueva York. ¡No estamos solas!