Londres (CNN Business) – La rápida caída de Afganistán en manos de los combatientes talibanes dos décadas después de que Estados Unidos invadiera el país ha desencadenado una crisis política y humanitaria. También hace que los expertos en seguridad se pregunten: ¿qué va a pasar con la enorme riqueza mineral sin explotar del país?
Afganistán es uno de los países más pobres del mundo. Sin embargo, en 2010, militares y geólogos estadounidenses revelaron que el país, situado en la encrucijada de Asia central y meridional, contaba con depósitos minerales por valor de casi US$1 billón que podrían transformar radicalmente sus perspectivas económicas.
Las reservas de minerales como el hierro, el cobre y el oro están repartidas por todo el país. También hay minerales de tierras raras y, quizá lo más importante, lo que podría ser uno de los mayores depósitos de litio sin explotar del mundo, un componente esencial –pero escaso– para las baterías recargables y otras tecnologías vitales para afrontar la crisis climática.
“Afganistán es sin duda una de las regiones más ricas en metales preciosos tradicionales, pero también en los metales [necesarios] para la economía emergente del siglo XXI”, afirmó Rod Schoonover, científico y experto en seguridad que fundó el Grupo de Futuros Ecológicos.
Los problemas de seguridad, la falta de infraestructuras y las graves sequías han impedido en el pasado la extracción de los minerales más valiosos. Es poco probable que esto cambie pronto bajo el control de los talibanes. Aun así, hay interés por parte de países como China, Pakistán e India, que podrían intentar participar a pesar del caos.
“Es un gran signo de interrogación”, dijo Schoonover.
Gran potencial
Incluso antes de que el presidente Joe Biden anunciara la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán a principios de este año, sentando las bases para el retorno del control talibán, las perspectivas económicas del país eran escasas.
En 2020, se calculaba que el 90% de los afganos vivía por debajo del nivel de pobreza determinado por el gobierno, que es de US$ 2 al día, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso estadounidense publicado en junio. En su último perfil del país, el Banco Mundial afirmó que la economía sigue “condicionada por la fragilidad y la dependencia de la ayuda”.
“El desarrollo y la diversificación del sector privado se ven limitados por la inseguridad, la inestabilidad política, la debilidad de las instituciones, las infraestructuras inadecuadas, la corrupción generalizada y un entorno empresarial difícil”, señaló en marzo.
Muchos países con gobiernos débiles sufren lo que se conoce como la “maldición de los recursos”, en la que los esfuerzos por explotar los recursos naturales no aportan beneficios a la población local ni a la economía nacional. Aun así, las revelaciones sobre la riqueza mineral de Afganistán, basadas en estudios anteriores realizados por la Unión Soviética, son muy prometedoras.
La demanda de metales como el litio y el cobalto, así como de elementos de tierras raras como el neodimio, se está disparando a medida que los países intentan pasarse a los coches eléctricos y otras tecnologías limpias para reducir las emisiones de carbono.
Demanda en alza
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) afirmó en mayo que el suministro mundial de litio, cobre, níquel, cobalto y elementos de tierras raras debía aumentar considerablemente o el mundo fracasaría en su intento de hacer frente a la crisis climática. Tres países –China, la República Democrática del Congo y Australia– representan actualmente el 75% de la producción mundial de litio, cobalto y tierras raras.
Según la AIE, un coche eléctrico medio necesita seis veces más minerales que un coche convencional. El litio, el níquel y el cobalto son fundamentales para las baterías. Las redes eléctricas también requieren enormes cantidades de cobre y aluminio, mientras que los elementos de tierras raras se utilizan en los imanes necesarios para hacer funcionar las turbinas eólicas.
El gobierno estadounidense ha calculado que los depósitos de litio de Afganistán podrían rivalizar con los de Bolivia, que alberga las mayores reservas conocidas del mundo.
“Si Afganistán tiene unos años de calma, permitiendo el desarrollo de sus recursos minerales, podría convertirse en uno de los países más ricos de la zona en una década”, dijo Said Mirzad, del Servicio Geológico de Estados Unidos, a la revista Science en 2010.
Más obstáculos aún
Esa calma nunca llegó, y la mayor parte de la riqueza mineral de Afganistán ha permanecido bajo tierra, dijo Mosin Khan, investigador principal no residente del Atlantic Council y ex director de Oriente Medio y Asia Central del Fondo Monetario Internacional.
Si bien se ha producido cierta extracción de oro, cobre y hierro, la explotación de litio y minerales de tierras raras requiere una inversión y unos conocimientos técnicos mucho mayores, además de tiempo. La AIE calcula que se necesitan 16 años de media desde el descubrimiento de un yacimiento para que una mina empiece a producir.
Ahora mismo, los minerales generan apenas US$1.000 millones al año en Afganistán, según Khan. Calcula que entre el 30% y el 40% ha sido desviado por la corrupción, así como por los señores de la guerra y los talibanes, que han presidido pequeños proyectos mineros.
Sin embargo, existe la posibilidad de que los talibanes utilicen su nuevo poder para desarrollar el sector minero, dijo Schoonover.
“Se puede imaginar que una de las posibilidades es que tal vez se produzca una consolidación, y que parte de esta minería ya no tenga que ser no regulada”, dijo. Pero, continuó Schoonover, las “probabilidades están en contra”, dado que los talibanes tendrán que dedicar su atención inmediata a una amplia gama de cuestiones de seguridad y humanitarias.
Dificultades para la inversión extranjera
“Los talibanes han tomado el poder, pero la transición de grupo insurgente a gobierno nacional estará lejos de ser sencilla”, afirmó Joseph Parkes, analista de seguridad en Asia de la empresa de inteligencia de riesgos Verisk Maplecroft. “Es probable que falten muchos años para una gobernanza funcional del incipiente sector minero”, sostuvo.
Khan señala que la inversión extranjera era difícil de conseguir antes de que los talibanes derrocaran al gobierno civil afgano respaldado por Occidente. Atraer capital privado será aún más difícil ahora. Sobre todo porque a muchas empresas e inversores mundiales se les exigen normas medioambientales, sociales y de gobernanza cada vez más estrictas.
“¿Quién va a invertir en Afganistán cuando antes no estaba dispuesto a hacerlo?” dijo Khan. “Los inversores privados no van a asumir el riesgo”, aseguró.
Las restricciones de Estados Unidos también podrían suponer un reto. Los talibanes no han sido designados oficialmente como Organización Terrorista Extranjera por Estados Unidos. Sin embargo, el grupo fue incluido en una lista del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de Terroristas Globales Especialmente Designados y en una lista de Nacionales Especialmente Designados.
¿Una oportunidad para China?
Los proyectos respaldados por el Estado y motivados en parte por la geopolítica podrían ser una historia diferente. China, líder mundial en la extracción de tierras raras, dijo este lunes que ha “mantenido contacto y comunicación con los talibanes afganos”.
“China, el vecino de al lado, se está embarcando en un programa de desarrollo de energía verde muy importante”, dijo Schoonover. “El litio y las tierras raras son hasta ahora insustituibles por su densidad y propiedades físicas. Esos minerales entran en sus planes a largo plazo”, aseguró.
En caso de que intervenga, Schoonover dijo que habría preocupaciones sobre la sostenibilidad de los proyectos mineros, dado el historial de China.
“Cuando la minería no se hace con cuidado puede ser ecológicamente devastadora, lo que perjudica a ciertos segmentos de la población sin mucha voz”, dijo.
Sin embargo, Beijing podría mostrarse escéptico a la hora de asociarse en empresas con los talibanes, dada la inestabilidad actual, y podría centrarse en otras regiones. Khan señaló que China ya se ha quemado antes, ya que intentó invertir en un proyecto de cobre que luego se estancó.
“Creo que priorizarán otras geografías emergentes/fronterizas mucho antes que el Afganistán de los talibanes”, dijo el socio de RK Equity Howard Klein, que asesora a los inversores sobre el litio.
Matt Egan y Charles Riley contribuyeron con sus informes.