(CNN) – Un descubrimiento realizado durante una redada policial ha sido identificado como el fósil más completo de un reptil volador de Brasil. Los restos revelan nueva información sobre los tapejáridos, o pterosaurios, que surcaban los cielos durante el período Cretácico Temprano, hace entre 100,5 y 145 millones de años.
Un estudio sobre los hallazgos fue publicado el miércoles en la revista académica PLOS ONE.
Estos pterosaurios en particular son más conocidos por tener una cresta gigante coronando la cabeza. Los tapejáridos son comunes en el registro fósil de Brasil, pero la mayoría de ellos son solo restos parciales.
El fósil recién descubierto conserva casi todo el cuerpo del pterosaurio, incluyendo muestras de tejido blando. Esta especie se conoce como Tupandactylus navigans.
El fósil estaba en seis placas de piedra caliza que fueron confiscadas durante una redada policial realizada en 2013 en el puerto de Santos, en São Paulo.
“La Policía Federal de Brasil estaba investigando una operación de comercio de fósiles y recuperó, en 2013, más de 3.000 ejemplares”, dijo Victor Beccari, autor del estudio y paleontólogo de vertebrados de la Universidad de São Paulo. “Los fósiles en Brasil están protegidos por ley, ya que forman parte del patrimonio geológico del país. Por lo tanto, la recolección de fósiles requiere un permiso, y el comercio y las colecciones privadas de fósiles son ilegales”, agregó.
Una vez trasladadas las placas a la Universidad de São Paulo, las unieron como un rompecabezas para descifrar el fósil y los investigadores realizaron una tomografía computarizada para encontrar los huesos dentro de la piedra. Beccari y sus colegas comenzaron a estudiar el fósil en 2016.
Un descubrimiento clave
El descubrimiento marcó la primera vez que los investigadores han estudiado un esqueleto casi completo, en lugar de solo el cráneo, de T. navigans. Esto les permitió reconstruir el aspecto y el comportamiento de la criatura cuando estaba viva.
“El espécimen está excepcionalmente bien conservado, con más del 90% de su esqueleto e impresiones de tejido blando de la cresta de la cabeza y el pico queratinoso (una estructura similar a la que se encuentra en las aves, denominada rhamphotheca)”, dijo Beccari.
El esqueleto procede de la rica formación fósil de Crato, en el noreste de Brasil, y fue fechado hace unos 115 millones de años.
El pterosaurio tenía un cuello largo y los investigadores creen que pasaba la mayor parte del tiempo en el suelo buscando comida, como semillas y frutos, y que probablemente no volaba largas distancias.
“Este pterosaurio tenía una envergadura de más de 2,5 metros y una altura de 1 metro (el 40% corresponde a la cresta de la cabeza)”, explica Beccari. “Con una cresta craneal tan alta y un cuello relativamente largo, este animal puede haber estado restringido a vuelos de corta distancia”, agrega.
Apto para volar
Sin embargo, estos pterosaurios tenían las adaptaciones necesarias para un vuelo impulsado, incluyendo un notarium, o el hueso que ayudaba a sujetar el pecho contra las fuerzas creadas por el movimiento de sus alas. El pterosaurio también tenía una región de anclaje muscular desarrollada dentro de los huesos de sus brazos, según los investigadores.
“El esqueleto muestra todas las adaptaciones para un vuelo impulsado, que el animal podría haber utilizado para huir rápidamente de los depredadores”, dijo Beccari.
Además de la gran cresta de la cabeza, el T. navigans también tenía una gran cresta en la barbilla. Se necesita más investigación para entender cómo afectaba esto al vuelo del pterosaurio.
“Este espécimen nos permite comprender mejor la anatomía completa de este animal y aporta conocimientos sobre su ecología”, añadió.