(CNN) – Ciao ciao, Alitalia.
La histórica línea aérea italiana anunció que dejará de emitir pasajes, lo que ha desencadenado una cuenta atrás de unas pocas semanas hasta que sus familiares colores distintivos rojo y verde desaparezcan definitivamente de nuestros cielos.
La aerolínea, de propiedad nacional, será sustituida en octubre por ITA, una compañía más pequeña con un logotipo diferente, pero el servicio que una vez llevó el orgullo, el estilo y la cocina italianos, por no mencionar al papa, a todos los rincones del planeta, desaparecerá.
Si bien la desaparición de Alitalia puede suponer una pérdida para muchos italianos, es poco probable que sea una sorpresa. La aerolínea ha pasado las últimas décadas al borde del colapso mientras las autoridades se esforzaban por conseguir alianzas salvavidas con inversores y otras compañías aéreas mundiales.
“En cada ocasión ha conseguido ser rescatada, aunque con el único resultado de prolongar aún más su agonía”, afirma Giovanni Orsina, director de la Escuela de Gobierno de la Universidad LUISS, con sede en Roma.
Alitalia, fundada hace 74 años, en sus días fue conocida por los italianos como “freccia alata” (flecha alada) en honor a la velocidad, se retirará definitivamente. Las colas de sus aviones llevaban el popular logotipo de una “A” mayúscula con forma de ala de avión y coloreada como la bandera italiana.
Aparte de su cocina y sus marcas de coches, era quizá uno de los símbolos más reconocidos de Italia en el extranjero.
Cuando las familias italianas volvían a casa de un viaje lejano y ponían el pie en un avión de Alitalia, y la azafata les saludaba con un cálido “buongiorno” y les servía espaguetis humeantes con salsa de tomate y cotoletta alla Milanese para comer, era como volver a casa. Para matar el tiempo, los pasajeros podían leer los periódicos nacionales italianos.
Bendición papal
Alitalia se enorgullece del estilo y la comida italianos. En los años 50, los auxiliares de vuelo vestían elegantes uniformes diseñados por la casa de alta costura Sorelle Fontana. En años posteriores, una impresionante lista que incluía a Delia Biagiotti, Alberto Fabiani, Renato Balestra e incluso Giorgio Armani creó trajes elegantes y asientos cómodos.
La cocina italiana caliente que se servía a bordo a veces convertía a la compañía en una de las favoritas de los viajeros internacionales. En el duty free se vendían perfumes italianos de lujo, relojes, pañuelos y corbatas. En épocas menos ilustradas, los maridos que regresaban de un vuelo de larga distancia llevaban a sus esposas lo último en la moda de la boutique.
La aerolínea también contaba con la bendición de las autoridades religiosas. A partir de 1964 fue la aerolínea oficial del papa, y el tamaño del avión variaba en función de la distancia que se recorría. El avión que transportaba al papa solía llamarse “Shepherd One”, el equivalente papal del Air Force One, y recibía el número de vuelo AZ4000.
No todo era glamour y prestigio para Alitalia. En los últimos 30 años, el gobierno de Italia ha invertido miles de millones de euros en la aerolínea en un intento de salvarla de la extinción y mantener a sus empleados en sus puestos de trabajo.
Pero, según Orsina, la aerolínea simplemente no pudo hacer frente a la competencia mundial ni adaptarse a los cambios del sector de la aviación.
“La caída de Alitalia es el símbolo definitivo de la dificultad histórica e innata de Italia para hacer frente a la globalización y a la creciente competencia”, explica a CNN. “El sector de los viajes ha experimentado una revolución mientras que Alitalia estaba estancada, ahogada por las corporaciones, los lobbies, los sindicatos y las presiones políticas para mantenerla a flote a pesar de sus problemas y de la realidad de un sector en evolución”.
Alitalia mostró poca resiliencia, dice Orsina. No pudo seguir el ritmo de la llegada de las eficientes compañías de bajo costo, que operan con tripulaciones más pequeñas y ofrecen tarifas más competitivas, aviones más nuevos y una lista más amplia de destinos globales.
A pesar de que Italia siempre ha sido un destino turístico popular, los beneficios de Alitalia siguieron cayendo debido a la creciente competencia, las deudas se acumularon y se produjo la quiebra. La compañía pasó varias veces a la administración extraordinaria. Se organizaron numerosas misiones de rescate sin éxito a largo plazo.
“Tocando fondo”
Las secuelas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, que afectaron fuertemente a la industria de la aviación, supusieron un duro golpe para Alitalia, pero el golpe letal probablemente fue la pandemia del covid-19.
“Las autoridades siguieron resucitándola, creyendo que Alitalia no podía fallar, pero hay límites y hemos tocado fondo”, dijo Orsina. “Es como curar a un paciente terminal. Puedes intentar que sienta menos dolor durante un tiempo, pero no para siempre. Eso es obstinación terapéutica”.
El asenso y caída de Alitalia
La edad de oro de Alitalia comenzó en los años 50, cuando la reconstrucción posterior a la Segunda Guerra Mundial provocó un boom económico en Italia y las familias pudieron por fin permitirse volar a lugares lejanos.
“Italia era un país vencido que se recuperaba de las heridas de la Segunda Guerra Mundial y Alitalia llegó a representar la esperanza colectiva y la identidad nacional”, dice el experto en la industria aeroespacial Gregory Alegi. “Transmitía un sentimiento de pertenencia”.
Con la llegada de la era del jet, los Juegos Olímpicos de 1960 en Roma ayudaron a difundir la fama de Alitalia por todo el mundo: la compañía incluso creó un póster que mostraba a un lanzador de jabalina con un avión volando sobre su cabeza.
“Tener una compañía aérea estatal era una necesidad para Italia, un icono de orgullo nacional y patriotismo”, dice Orsina. “Italia no podía permitirse el lujo de no tener una, era como tener el cuerpo de policía y de carabineros. Alitalia era un accesorio indispensable del Estado porque era como tener un trozo de Italia volando por el mundo”, dice Orsina.
Los problemas de Alitalia comenzaron en los años 90, cuando la desregulación europea hizo más competitivo el tráfico aéreo y se reforzaron los ferrocarriles italianos, según el experto aeroespacial Alegi.
Retrasos y cancelaciones
La situación empeoró cuando las autoridades intentaron privatizar Alitalia, lo que desencadenó una búsqueda infinita de socios transportistas y empresarios dispuestos a apoyar al Estado para afrontar los retos de un mercado libre. Todas las asociaciones fracasaron, mientras los sindicatos luchaban contra los planes de despido.
Y aunque Alitalia era amada como símbolo, a menudo era aborrecida por sus pasajeros.
La interminable crisis acabó provocando un descenso de la calidad del servicio, dice Orsina, con huelgas de personal, retrasos o cancelaciones de vuelos y menos viajes de larga distancia. Los italianos empezaron a frustrarse.
Según encuestas recientes, la mayoría de ellos cree que el Estado debería haber dejado de financiar la compañía con el dinero de los contribuyentes desde hace tiempo.
Eso no ha empañado la nostalgia que sienten los pilotos, capitanes y auxiliares de vuelo jubilados por los viejos tiempos, cuando los sueldos eran altos y el trabajo conllevaba beneficios y prestigio.
Rosetta Scrugli, una antigua pasajera de Alitalia que volaba regularmente a Asia por motivos de trabajo, se queja de que las protestas sindicales le han hecho perder importantes reuniones en el extranjero.
“El vuelo llegaba tarde o, a menudo, incluso se cancelaba”, dice. “Pasaba horas esperando en la terminal, y mi equipaje se perdió varias veces. Es agradable volar con una compañía nacional si las cosas van bien, de lo contrario puede ser un infierno. El patriotismo no tiene nada que ver, la eficiencia es la clave”.
Scrugli también se quejó de que Alitalia solía volar a Asia vía Milán, sin vuelos directos desde Roma.
Aunque todavía se sabe poco sobre el sucesor de la aerolínea, según Alegi, hay esperanzas de que ITA tenga éxito donde Alitalia ha fracasado.
Pero como será de propiedad estatal, al menos a corto plazo, nadie espera que sea un éxito inmediato.