(CNN) – Un ex francotirador de la infantería de marina que irrumpió en dos casas en las afueras de Lakeland, Florida, la madrugada del domingo y mató a tiros a cuatro personas que no conocía, incluido un bebé de 3 meses, e hirió a un niño de 11 años, dijo que había recibido mensajes de Dios, según una declaración jurada.
Equipado con una armadura corporal, el sospechoso se atrincheró en una de las casas y disparó a los agentes del orden antes de rendirse, dijo el sheriff del condado de Polk, Grady Judd. Una vez bajo custodia, trató de quitarle un arma a un agente de policía de Lakeland y tuvo que ser sometido, dijo Judd.
El homicidio cuádruple no tenía un motivo claro y las autoridades dijeron que no creían que el sospechoso conociera a ninguna de las víctimas.
“Simplemente sabemos que tuvimos un loco con muchas armas que disparó y mató a personas inocentes”, dijo Judd el domingo.
Las autoridades identificaron al sospechoso como Bryan Riley, un hombre de 33 años que vive en Brandon, a unos 45 minutos en automóvil del lugar del tiroteo.
Riley admitió ante los agentes que disparó a varias personas y “expresó que voces y ‘Dios’ le dijeron que lo hiciera”, según la declaración jurada. Le disparó al bebé “porque soy un tipo enfermo”, supuestamente dijo. “Quiero confesarlo todo y ser enviado a la cárcel”.
Ahora enfrenta cuatro cargos de asesinato en primer grado, así como cargos de intento de asesinato, incendio premeditado, robo a mano armada y tiroteo en un edificio, según una declaración jurada.
Riley compareció en un tribunal de Florida el lunes por la mañana ante la jueza Heather Beato, quien ordenó que lo detuvieran sin derecho a fianza por los cuatro cargos de asesinato, según el administrador del Tribunal de Primera Instancia del Décimo Circuito, Nick Sudzina. A Riley se le asignó un defensor público y estará recluido en la cárcel del condado de Polk, según Sudzina.
Esto es lo que sabemos sobre el tiroteo:
Las víctimas
Cuatro personas murieron en el tiroteo y un niño resultó herido por disparos, dijeron las autoridades.
Dentro de una casa en la propiedad, un hombre de 40 años llamado Justice Gleason, un bebé de 3 meses y la madre del bebé de 33 años fueron encontrados muertos. La abuela del bebé, de 62 años, también fue encontrada muerta en una segunda casa de la propiedad, dijo Judd. Ella se había estado escondiendo en su armario, según una declaración jurada.
Cada una de las víctimas tiene múltiples heridas de bala, dice la declaración jurada. El perro mascota de la familia, Diogi, también fue muerto a tiros.
Una niña de 11 años recibió varios disparos y fue trasladada en avión al Hospital General de Tampa para su cirugía. Se espera que se recupere. Otro niño que había desaparecido anteriormente fue localizado vivo y sano, dijo Judd.
El tiroteo
El incidente comenzó el sábado por la noche cuando una mujer llamó a las autoridades para alertar que un hombre sospechoso, que se cree que es Riley, estaba haciendo extrañas declaraciones en su casa.
La persona que llamó dijo que el hombre había estacionado afuera de su casa y afirmó que Dios lo había enviado allí porque una niña llamada “Amber” iba a morir por suicidio, según una declaración jurada. La persona que llamó no tenía una hija llamada Amber, pero el hombre se negó a irse, dijo el sheriff. La persona que llamó, junto con Gleason, le dijeron al hombre que se fuera y que llamarían a la policía, lo que incitó al hombre a abandonar la escena.
Un agente respondió en seis minutos y no encontró al sospechoso ni al automóvil en la residencia, dijo Judd.
Aproximadamente nueve horas después, alrededor de las 4:30 am del domingo, un agente a tres kilómetros de distancia escuchó dos descargas de disparos automáticos. Los agentes respondieron y también comenzaron a llegar llamadas que informaban de un tiroteo activo, dijo el sheriff.
A su llegada, los agentes descubrieron un camión en llamas y escucharon ruidos de estallido del vehículo. Una serie de barras luminosas habían sido colocadas en el patio formando un camino, dijo Judd. Allí, vieron a un hombre vestido con camuflaje que huyó rápidamente dentro de la casa. Luego escucharon sonidos perturbadores.
“En ese momento, escuchamos otra descarga y el grito de una mujer y el gemido de un bebé”, dijo Judd.
Enfrentamiento con la policía
Un teniente trató de entrar por el frente de la casa, pero estaba atrincherada. El teniente luego fue a la parte trasera de la casa y entró y se encontró con el mismo sospechoso, ahora vestido con un chaleco antibalas, camuflaje, protección para las rodillas y protección para la cabeza, según el sheriff.
El sospechoso le disparó al teniente, quien respondió al fuego y se retiró de la casa, dijo Judd. El sospechoso luego comenzó a disparar contra otros agentes, quienes también respondieron al fuego, dijo. Hubo “al menos decenas, si no cientos”, de disparos entre el sospechoso y los agentes.
“Fue una situación difícil e implicó al menos dos tiroteos a corta distancia con el sospechoso”, dijo el sheriff.
Hubo un período de silencio y luego el sospechoso salió con las manos en alto, dijo Judd. El sospechoso, que había recibido un disparo una vez, fue detenido pacíficamente.
“Si nos hubiera dado la oportunidad, le habríamos disparado mucho, pero no lo hizo porque era un cobarde”, dijo Judd el domingo. “Verás, es fácil disparar a niños, bebés y personas inocentes en medio de la noche cuando tienes el arma y ellos no”.
Las fotos publicadas por el sheriff del condado de Polk mostraron el alcance del daño a la casa el domingo por la mañana. Una puerta de vidrio parece completamente rota, dos ventanas y una pared están llenas de agujeros de bala y un camión quemado se encuentra afuera de la casa.
Mientras estaba bajo custodia, el sospechoso admitió haber disparado a varias personas y describió los desgarradores momentos finales de las víctimas, según la declaración jurada.
“El sospechoso confirmó que mientras disparaba a las víctimas, estaban suplicando por sus vidas y él continuó disparándoles de todos modos”, dice la declaración jurada. “El sospechoso admitió que una de las víctimas se estaba escondiendo y siguió diciendo, ‘por favor, no, por favor no’ mientras le disparaba”.
El sospechoso
Riley, el sospechoso, vive en Brandon, Florida, y no parecía tener ninguna conexión con las víctimas, dijeron las autoridades.
El sospechoso fue atendido por las lesiones sufridas durante su aprehensión y luego fue dado de alta. Actualmente se encuentra bajo la custodia de la Oficina del Sheriff del condado de Polk, según Judd.
El sospechoso sirvió cuatro años en la Infantería de Marina y fue dado de baja honorablemente, y luego estuvo otros tres años en la reserva, dijo Judd. Fue enviado a Iraq en 2008 y Afganistán en 2009-2010 como francotirador designado, dijo el sheriff.
Judd dijo que el sospechoso trabajaba como guardaespaldas y guardia de seguridad para ESS Global Corp, pero la compañía emitió un comunicado el lunes diciendo que no era su empleado. ESS Global dijo que Bryan era un contratista independiente que trabajó para ellos tres días durante los últimos dos años.
Tiene una licencia para portar un arma oculta y no tiene antecedentes penales aparte de un “cargo menor” cuando era adolescente, dijo el sheriff.
“No estamos tratando con un criminal tradicional aquí. Con lo que estamos tratando es con alguien que obviamente tenía problemas de salud mental al menos esta última semana, tenía PTSD”, dijo Judd, en referencia a las siglas en inglés del trastorno de estrés postraumático o TEPT.
En una entrevista con los agentes, el sospechoso se describió a sí mismo como “un sobreviviente”, un término que generalmente se refiere a una persona que se prepara de manera proactiva para un mundo postapocalíptico, y confesó estar tomando metanfetamina, dijo Judd.
La novia del sospechoso le dijo a las autoridades que le habían diagnosticado un trastorno de estrés postraumático y que había estado actuando de manera errática la semana pasada, diciendo que estaba recibiendo visiones de Dios, según el sheriff.
“Ella dijo que tenía PTSD. ‘Lo he visto deprimido. Nunca lo he visto violento’”, dijo Judd. “Pero hoy hace una semana, es decir, el domingo pasado, él hizo un trabajo de seguridad en una iglesia en Orlando. Y llegó a casa y dijo, ya sabes, Dios le habló y ahora puede hablar directamente con Dios. Y ella dijo: ‘Yo nunca había visto ese tipo de comportamiento’”.
Después de visitar la casa de las víctimas el sábado por la noche, Riley había regresado a casa alrededor de las 10 pm y le dijo a su novia que Dios le había dicho que interviniera y evitara el suicidio de “Amber”, según a la declaración jurada. La novia trató de razonar con él, pero él se encerró en una habitación, dice la declaración jurada.
Cuando se despertó a la mañana siguiente, descubrió que él no estaba en casa y que las coordenadas GPS de su teléfono celular estaban en el camino de entrada al lugar del tiroteo, dice el documento.
Madeline Holcombe de CNN contribuyó a este informe.