Hong Kong (CNN Business) – China está comenzando a vender parte del petróleo que mantiene en reserva estratégica en un intento por bajar los precios en el mercado, una novedad histórica para el mayor importador de petróleo del mundo y su segundo mayor consumidor.
La Oficina Estatal de Reservas de Granos y Materiales dijo el jueves por la noche que liberará petróleo crudo de su reserva nacional en lotes. Tiene la intención de vender el petróleo a empresas de refinación y petroquímicas.
“Poner petróleo crudo de reserva nacional en el mercado, a través de subastas abiertas, estabilizará mejor la oferta y la demanda del mercado interno y garantizará de manera efectiva la seguridad energética nacional”, dijo la Oficina en un comunicado, agregando que la liberación de petróleo “aliviaría la presión del aumento de precios de crudo de los materiales para las empresas de producción”.
Este jueves, los precios del petróleo cayeron a sus niveles más bajos en dos semanas después del anuncio de China. El Brent, el índice de referencia mundial, cayó un 1,6%, mientras que el petróleo estadounidense cayó un 1,7%. Se recuperaron ligeramente, cotizando por última vez a US$ 71,85 y US$ 68,45 por barril, respectivamente.
El Gobierno chino no dijo cuánto petróleo eventualmente vendería, pero acumular barriles es fundamental para China. El país depende en gran medida del petróleo extranjero para impulsar su economía y ha estado trabajando durante años para reforzar su arsenal de emergencia de reservas de petróleo. China no publica muchos datos sobre sus reservas de petróleo, pero dijo, en 2017, que había establecido nueve bases de reservas importantes en todo el país, con una capacidad combinada de 37,7 millones de toneladas.
El país también ha dicho que quería tener 85 millones de toneladas de petróleo en su reserva de emergencia para fines de 2020, que es casi lo mismo que Estados Unidos mantiene en su Reserva Estratégica de Petróleo, el suministro de petróleo de respaldo más grande del mundo.
Las dificultades de China con el petróleo
Pero la economía de China está lidiando con varios dolores de cabeza en este momento. La inflación se está disparando y el índice de precios al productor del país alcanzó un máximo de 13 años, el mes pasado, impulsado por el aumento de los precios de las materias primas. Los costos de la energía también se están disparando y la demanda es tan alta que algunas provincias incluso han experimentado escasez de energía.
A pesar de los esfuerzos de Beijing por contener el alza de los costos, la inflación de las fábricas sigue siendo elevada. El Gobierno chino advirtió que los altos costos de las materias primas, como la energía y los productos petroquímicos, exacerbarán los desafíos de crecimiento y empleo que enfrentan los fabricantes, especialmente las pequeñas y medianas empresas.
El aumento de los precios también complica cualquier esfuerzo que el Gobierno pueda considerar para prevenir una desaceleración económica con más apoyo fiscal y monetario. La política expansiva destinada a impulsar el crecimiento, como el aumento del gasto público o la expansión de la oferta monetaria, solo aumentará aún más la inflación.
La economía de China también se ha visto afectada por otros problemas, incluido un brote de la variante delta del nuevo coronavirus y la crisis del transporte marítimo.
Una encuesta oficial de la actividad manufacturera, el mes pasado, reportó la tasa de crecimiento más baja desde el inicio de la pandemia, mientras que una encuesta privada mostró la primera contracción desde abril de 2020. Las industrias de servicios también sufrieron, y la encuesta oficial no manufacturera registró la primera contracción desde febrero de 2020.